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Los PC rumano y español defienden en Sofía la cooperación comunista con China

Los partidos comunistas de España y Rumania defendieron ayer en la conferencia ideológica internacional sobre la construcción del socialismo y el comunismo la idea de una reconciliación del movimiento comunista con China, pero quedaron totalmente aislados, en una reunión que se convirtió rápidamente en un foro antichino.

Los delegados rumano, Dimitri Popescu, y español, Daniel Iríbar, director titular del diario del PCE, Mundo Obrero, se vieron muy marginados en esta conferencia, iniciada el pasado día 12 y convocada a iniciativa del PC búlgaro y la revista Problemas de la Paz y el Socialismo.

El PCE se había negado hasta ahora a participar en ninguna conferencia comunista internacional donde se atacase formalmente a algún partido comunista. Aunque formalmente la conferencia de Sofía ha sido teórica y no política, Daniel Iríbar declaró que el Partido Comunista, de España quiere «continuar esforzándose para mejorar sus relaciones con el Partido Comunista de la Unión Soviética, pero que desea también normalizar sus relaciones con el Partido Comunista chino».

Las intervenciones tanto del delegado español como del rumano sonaron un tanto extrañas y fuera de lugar frente a una concurrencia que en realidad quería justificar la actual tendencia a reforzar el Pacto de Varsovia, a condenar a China y, sobre todo, la asistencia militar de Occidente a Pekín. Los más violentos críticos de Pekín han sido, no obstante, los partidos comunistas de Asia, particularmente de la India, Malasia, Thailandia y Filipinas, que consideran el refuerzo militar de China como una amenaza directa a la seguridad de sus países.

La URSS, informaba ayer el corresponsal de ELPAIS en Moscú, atacó duramente al delegado rumano, que había señalado como «inadmisibles las críticas que formula un solo país a las distintas naciones que existen dentro del comunismo», y calificó de anacronismo las propuestas hechas en la conferencia de coordinar la acción de todos los comunistas del mundo.

El diario oficial, Pravda, agregaba el corresponsal, se hizo eco de las posturas de los rumanos, aunque dedicaba los mayores espacios a señalar el resto de las posturas de los partidos que hablaron en Sofía en el» mismo sentido qué la Unión Soviética.

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Dicho periódico calificó de «disonancia clara en el conjunto de la conferencia» la postura de los rumanos, aunque también hubo otra más, aparte del representante del PCE español, en la ingervención del delegado italiano, Rossi.

Los rumanos reiteraron en Sofía su negativa a un incremento del presupuesto de defensa del Pacto de Varsovia y, alparecer, a petición expresa del presidente Nicolae Ceaucescu, el representante rumano pidió «solución para las diferencias mediante el respeto al espíritu unitario, la solidaridad y la aceptación mutua». Rumania repitió en la conferencia, en una clara alusión a sus relaciones con China, que éstas no van dirigidas contra ningún otro país. «Nadie -dijo el delegado rumano- puede obligar a nadie a reconocer un solo modelo socialista.»

La prensa soviética también se hizo eco amplio de la intervención en Sofía del primer secretario del PC paraguayo, Antonio Maydana. En un claro ataque al eurocomunismo, aunque sin mencionarlo por este nombre, el delegado paraguayo criticó «las tendencias oportunistas y revisionistas de renuncia a las posiciones del internacionalismo, rasgo esencial del movimiento comunista y obrero internacional». El paraguayo Maydana, como muchos otros representantes en la conferencia de Sofía, reiteró que «la actitud hacia el PC soviético es el criterio principal del internacionalismo proletario».

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