Prefieren el seguro de desempleo a trabajar en la central de Lemóniz
Víctimas de una psicosis de miedo, una quincena de trabajadores de la central nuclear de Lemóniz ha pedido a su empresa que les rescinda el contrato de trabajo y les pase al seguro de desempleo por haberse modificado sustancialmente las condiciones de seguridad en que fueron contratados. Obreros de la contrata Bengoa han anunciado, por su parte, el propósito de pedir la baja si no se extreman las medidas de seguridad.
Las condiciones de seguridad han sido objeto de varias asambleas desde que Iberduero, SA, anunció su intención de hacer caso omiso de las llamadas telefónicas que anunciaran la colocación de bombas, debido a que este tipo de alarmas sin fundamento les había obligado a desalojar las obras con una periodicidad casi diaria desde el atentado del 17 de marzo.La inmensa mayoría de los trabajadores aceptaron, sin embargo, en sus respectivas asambleas, mantenerse en sus puestos de trabajo. Aceptaban así, de hecho, la decisión de Iberduero sobre las llamadas telefónicas, pero al propio tiempo exigían una mayor vigilancia.
Entre las medidas adoptadas figura la adquisición de equipos para detectar explosivos y metales, similares a los empleados en los aeropuertos. Al mismo tiempo que entraban en funcionamiento tales aparatos, se ha intensificado la vigilancia interior a cargo de una empresa especializada. Carnets acreditativos que se revisan permanentemente completan este cuadro de precauciones adoptadas en previsión de algún nuevo atentado.
Mientras en Lemóniz se extrema la seguridad, en los distintos foros públicos del País Vasco se ha intensificado la campaña de conferencias y coloquios en los que se trata de demostrar la dependencia energética de Euskadi y de defender con toda suerte de argumentos, sobre todo económicos, la necesidad de recurrir a la energía nuclear.
