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El sábado se inaugura la XXXVI Feria del libro

El próximo sábado se inaugura en el Retiro de Madrid la XXXVI Feria Nacional del Libro en la que toman parte un total de 298 expositores -69 más que el año pasado-, de los que 169 son editores, 78 libreros y el resto distribuidores y organismos oficiales.

La novedad más importante del presente certamen -informaron los directivos del Instituto Nacional del Libro Español (INLE) en la rueda de prensa convocada al efecto- es la instalación de ferias satélite en dos zonas periféricas de Madrid: plaza de Castilla y plaza de Puerto Rubio, en Vallecas. Otra de las novedades es la creación de una tercera fila de casetas orientada hacia el Paseo de Coches que permitirá concentrar el recinto ferial y facilitar la circulación del público visitante. Los directivos del INLE señalaron también el cambio favorable en la actitud del Ayuntamiento que por primera vez se ha decidido a colaborar en la organización de la muestra. Gracias a la ayuda de la corporación municipal se ha podido proporcionar casetas a todos los que la han solicitado. Además el Ayuntamiento se ha ofrecido a habilitar la antigua Casa del Guarda, del parque de Fieras, para montar allí, con los fondos que cedan los editores, una biblioteca pública y popular.

Jornada de libro infantil

Siguiendo una larga tradición de las jornadas feriales se dedicarán dos días -el 4 y 5 de junio- al libro infantil. En una caseta se expondrán exclusivamente las colecciones infantiles de las diversas editoriales y en los jardines de Don Cecilio -cedidos por el Ayuntamiento- se instalará una exposición también dedicada a los niños.Se han impreso carteles especiales para anunciar estas jornadas y los centros de enseñanza de Madrid recibirán una información especial sobre novedades bibliográficas.

Respecto al posible futuro de la feria, el presidente del INLE, señor Timermann, comentó: «Hay que dar al certamen un cauce más adecuado. En estos últimos años la Feria se ha convertido en una especie de monstruo -tres kilómetros de casetas- que pocos visitantes pueden abarcar.»

Una de las soluciones a esta hipertrofia ferial sería -apuntó el señor Ruiz, del gremio de editores- desglosar la exposición en una muestra sólo para libreros destinada a la venta y promoción del libro que se celebraría en abril -fiesta del libro- y una feria orientada prioritariamente a la exhibición de novedades editoriales en la que concurrieran las editoriales.

Sector editorial: tenebrosas perspectivas

De tenebrosas calificó el señor Ruiz las perspectivas del sector editorial. La restricción de los mercados latinoamericanos ha provocado una reducción del 3 % en las exportaciones, aunque el valor total de los libros exportados haya aumentado en un 12 % debido a la inflación y encarecimiento de los precios.En cambio el consumo de libros en el mercado interior tiende a crecer y se espera que la tónica se mantenga siempre que no se agrave la crisis económica. Sin embargo, los 95 millones de pesetas que se esperan vender en esta Feria no representa -en opinión de los organizadores- un beneficio extraordinario. En cuanto al precio de los libros -que la mayoría de las opiniones considera excesivo- los directivos de INLE aseguraron que los libros son hoy más baratos que y nunca, en relación con los precios actuales, y que de los 21.700 títulos publicados en el año 76, el 70 % costaba menos de trescientas pesetas.

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