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Un foco de mortalidad aceptado socialmente

En España murieron 4.487 personas y resultaron heridas otras 93.144 en los 62.123 accidentes de tráfico ocurridos a lo largo del año 1975. Ello supuso un aumento del 3,89 por 100 respecto a 1974, aunque en relación con el crecimiento del parque de vehículos, el número de muertos descendió en un 3,98 por 100.El aumento progresivo de vehículos desborda las posibilidades de nuestra infraestructura de comunicaciones. De 3.803.659 turismos que había en 1973 se pasó a 4.806.833 en 1975. A esta saturación de nuestras carreteras hubo que añadir el fuerte incremento del número de camiones, que de 887.981 en el año 1973, pasaron a 1.00 1.074 en 1975.

Está constatado que la mayoría de las imprudencias que cometen los conductores se deben al resultado del estado emocional que originan distintas saturaciones de stress y congestión en carretera. Los accidentes son achacados a los clásicos tópicos de adelantamientos peligrosos, velocidad inadecuada, conducción bajo los efectos del alcohol, irrupción de peatones en la calzada., etcétera. Y la realidad es que esos son los motivos visibles, pero si se quiere intentar solucionar este problema habría que intentar estudiar los fenómenos que llevan a esas imprudencias.

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Once posibles causas del desastre en carretera

En el año 1975 fueron sancionados 44.040 conductores con la suspensión o privación del permiso de conducir. Sin embargo, estas medidas no impiden que las carreteras sigan arrojando sus altos índices de mortalidad.

El mes que ofrece mayor número de accidentes es agosto. En 1975 la cifra de muertos en este mes del verano fue de 524 víctimas, mientras que el número total de accidentes con heridos se elevó a 6.399. Este año, agosto fue también un mes trágico: 519 muertos y 322 heridos. De ellos tan sólo 40 muertos correspondieron a los días calificados de operación retorno, implican una disminución respecto a los mismos días del año 1975 donde la cifra de muertos llegó a 58. Tal vez la explicación a esta reducción del número de accidentes mortales resida en las medidas de precaución especiales adoptadas en estos días de retorno de las vacaciones. De todos modos, es un hecho que las muertes en carretera siguen produciéndose ante la pasividad de la sociedad que ha llegado a aceptar este foco de mortalidad como un mal inevitable.

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