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Andreeva, castigo de Jabeur, también tumba a las fuertes

La rusa de 16 años noquea en 54 minutos a la tunecina, triple finalista de Grand Slam, y prosigue la meteórica escalada que emprendió la temporada pasada

Mirra Andreeva celebra la victoria contra Jabeur, este miércoles en la Rod Laver Arena de Melbourne.
Mirra Andreeva celebra la victoria contra Jabeur, este miércoles en la Rod Laver Arena de Melbourne.LUKAS COCH (EFE)
Alejandro Ciriza

De nuevo, Mirra Andreeva. Pura inocencia. “Siento que soy más madura”, dice después de batir (desbordar con todas las letras, más bien) a la tunecina Ons Jabeur, la sexta mejor jugadora del mundo en estos momentos. “Pero solo tienes 16 años”, le recuerda la entrevistadora a pie de pista. “Bueno, el año pasado eran 15…”, continúa la rusa, protagonista de la gran campanada de la cuarta jornada del grande australiano, donde ya intuían cómo se las gasta esta adolescente que el curso pasado alcanzó la final del torneo júnior y que después, catapún, sin aviso previo ni término medio, explotó en Madrid, París, Londres y Nueva York. Aquí estaba (y aquí está) ella, la simpática Mirra, de mirada tierna, tan joven y con tanto que aprender. Ninguna angelita, ojo: si puede, destroza. Avisada está Diane Parry, próxima rival.

“Decidí disfrutar, porque era la Rod Laver Arena [la central de Melbourne] y estaba jugando contra una persona que me gusta”, se explica la tenista de pelo ensortijado, dorado, tan luminoso como el tenis que viene proponiendo desde que decidiera quitar el corcho a la botella y presentarse, volar, fulminar ahora a toda una Jabeur, triple finalista de un major. La africana, cierto es, no atraviesa por su mejor momento y languidece desde hace unos meses, pero no deja de ser una de las jugadoras más talentosas del circuito y en un abrir y cerrar de ojos, 54 minutos exactamente, se encuentra ya sobre la lona: 6-0 y 6-2. Desde 1968, cuando nació la Era Abierta, nunca alguien tan joven le había endosado un 6-0 a una top-10 en un grande. Así que aquí está Andreeva, a la carga otra vez.

La Caja Mágica —octavos de Madrid, viniendo de la fase clasificatoria— asistió a la eclosión; Roland Garros —tercera ronda, también desde la previa— descubrió sus prometedoras facultades; el All England Club—igualmente desde abajo— vibró con el trazado hasta los octavos, hasta que se topó con Madison Keys; y el US Open, tras el carrusel de emociones y sin la necesidad de sortear la criba inicial gracias a la escalada en el ranking, alcanzó la segunda ronda y anticipó que desembarcaría en la siguiente temporada con tanto o más vigor. Cumple su palabra en Australia, donde no renuncia a nada. Fue premiada por la WTA como jugadora revelación y ahora sigue y sigue, instalada ya entre las 50 mejores del circuito.

“Tengo 16 años, así que no hay por qué pensar en qué posición estoy”, expresa en la sala de conferencias. “Para mí era un sueño jugar contra Ons, me encanta su tenis y me inspira. Después de perder esa final [la de los júniors del año pasado] estaba muy enfadada, pero ahora estoy muy contenta por mi nivel”, prosigue. “Las reglas son así, y no puedes ir contra ellas. ¿Dónde estaría ahora si pudiera jugar más torneos? Trato de no pensar en eso, porque no creo que vaya a hacer algo increíble a corto plazo. Mi objetivo es ir hacia arriba, cada día un poco más. Eso es todo. Quiero centrarme por encima de todo en mi tenis”, contesta cuando se le recuerda que la normativa le impide competir lo que desee, sino de forma militada por su edad; 12 torneos entre los 16 años y los 17.

La más joven entre la élite

A sus 16 años, Andreeva es la menor del top-100 y la segunda entre el top-500. Representada por la multinacional estadounidense IMG, simultanea los estudios con la raqueta y forma parte del nutrido grupo de tenistas rusas que se han establecido en la élite del circuito; 11 entre las cien más fuertes del momento. Ella se eleva, y siguen su estela estos días australianos otras dos jóvenes compatriotas que también han logrado acceder a la tercera ronda: Maria Timofeeva, de 20 años, y Anastasia Zakharova, de 21. Las tres progresan y Andreeva —17 el 29 de abril y residente en Cannes, donde se ejercita— ya deslizó en su momento una frase que describe su mentalidad, la de alguien que quiere comerse el mundo: “Sé que Djokovic ha ganado 22 grandes, así que yo quiero ganar 25 si es posible. Ya veremos. Por ahora lo que quiero es jugar”.

Djokovic celebra su triunfo contra Popyrin.
Djokovic celebra su triunfo contra Popyrin.TRACEY NEARMY (REUTERS)

El serbio, por su parte, ruge después en la central, cuando el reloj está a punto de alcanzar la medianoche. De nuevo, Nole lo ha pasado mal. Si el primer día superó un duro cruce con el joven croata Dino Prizmic, quien le arrebató un set e hizo sudar de lo lindo, esta vez es el local Alexei Popyrin el que le birla otro (6-3, 4-6, 7-6(4) y 6-3) y el que conduce el pulso hacia un instante muy delicado. El australiano llega a disponer de cuatro bolas en el tercero para ponerse por delante, 2-1, pero choca con la dura realidad: no hay quien escape como el balcánico. Si en el estreno invirtió cuatro horas para avanzar, esta vez son 3h 11m. Pero ahí aquí la virtud de los más fuertes entre los fuertes, la de saber sacar adelante los días de escasa inspiración. El viernes le aguarda en la tercera estación el argentino Tomás Martín Etcheverry, superior al veterano Gael Monfils (triple 6-4).

“Espero poder mejorar mi nivel, es lo que necesito para llegar lejos en el torneo. No he jugado a mi mejor nivel, sigo tratando de encontrar mi buena forma”, transmite ante los aficionados, tras habérselas tenido tiesas con uno que quizá se había tomado un par de copas de más. “En las primeras rondas juegas contra gente que no tienen nada que perder, que salen a la pista tratando de jugar su mejor tenis y que tienen mucha calidad. He tenido que encontrar la manera de ganar en cuatro sets; eso es lo que cuenta y ojalá pueda ir construyendo conforme avance el torneo”, valora antes de retirarse a descansar.

BADOSA PROGRESA: “NO ESPERABA JUGAR TAN BIEN, TAN PRONTO…”

A. C. | Melbourne

Al margen de Andreeva, la jornada de este miércoles deparó el contundente triunfo de Paula Badosa, que tras medio año sin competir por una lesión de espalda ha firmado dos victorias seguidas, algo que no lograba desde mayo. Después de batir en el estreno a Taylor Townsend, la catalana (26 años) superó a la rusa Anastasia Pavyuchenkova por 6-2 y 6-3 (en 72 minutos).

“No esperaba jugar tan bien, tan pronto…”, concedía ante los enviados especiales. “Estoy bastante feliz, pero vamos a ver cómo reacciona mi cuerpo. Espero que mi espalda esté bien durante los próximos meses; entonces, mi nivel hablará. Hay que ir con cuidado. Voy haciendo ecografías y antes y después de los partidos me trato”, agregó.

La victoria le reporta un buen salto en el listado, del 100 al 81. Y se enfrentará el viernes con la estadounidense Amanda Anisimova, que tras un largo periodo de ausencia para proteger su salud mental ha ofrecido un buen nivel en sus dos primeras apariciones. “Yo pasé por algo parecido”, responde a este periódico; “así que mucho respeto por haber hablado de ello y por haber parado. Es muy buena, muy peligrosa”.

El tenis español lamentó las eliminaciones de Rebeka Masarova (6-3 y 6-4 ante Lesia Tsurenko) y Jaume Munar (6-3, 6-3, 1-6, 2-6 y 6-3 frente a Adrian Mannarino).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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