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La reconstrucción de la mejor Inglaterra

La seleccionadora Weigman ha rearmado un equipo azotado por las lesiones de varias piezas clave desde que ganó la Eurocopa de 2022

Las jugadoras de la selección inglesa junto a su entrenadora, en el centro, Sarina Weigman.
Las jugadoras de la selección inglesa junto a su entrenadora, en el centro, Sarina Weigman.HANNAH MCKAY (REUTERS)

A veces las identidades se ayudan a construir a través de una simple etiqueta. Ahora que son algo más que el equipo de fútbol femenino de Inglaterra, se escarba en un relato que apenas se remonta 11 años y se origina en una publicación en redes sociales y una etiqueta que intentaba identificar a un grupo de deportistas alejadas de cualquier foco. Las Leonas (lionesses) son hoy algo más que una estrategia de márketing porque abanderan un modo de entender el deporte, quizás también la vida, que trasciende de quien porte su camiseta, un orgullo alimentado obviamente desde los resultados. Semifinalistas en los Mundiales de 2015 y 2019, también en la Eurocopa de 2017, campeonas en la de 2022 con Wembley a reventar, Inglaterra llegó este verano a las antípodas como una de las favoritas al triunfo, también tras recorrer revirados vericuetos futbolísticos.

Las leonas lucen voraces en la víspera de la final. Pero ese apetito se entiende desde la gestión del hambre durante una travesía complicada desde que hace un año alzaron la copa de Europa. En ese tiempo se lesionaron varios de sus pilares. Leah Williamsson, capitana del equipo, líder de la zaga e icono del deporte inglés, se rompió el cruzado de la rodilla derecha el pasado abril. Para entonces, la mejor jugadora y máxima goleadora de la Eurocopa, Beth Mead, peleaba por acortar plazos y llegar al Mundial tras sufrir en noviembre una lesión similar en la rodilla izquierda. No lo consiguió. Poco después de que cayese Williamson se supo también que Fran Kirby, una delantera titular en la final contra Alemania, pasaría por el quirófano. Entonces tampoco estaba claro si Millie Bright, socia de Williamson en el eje defensivo y afectada de una dolencia en un cartílago, podría viajar a Australia. En el estreno contra Haití disputó sus primeros minutos desde marzo.

Ya en el torneo se produjo un terremoto cuando en el segundo partido la centrocampista Keira Walsh se marchó lesionada. El golpe animó a la técnica Sarina Wiegman a cambiar el dibujo para blindarse con tres centrales. Nada varió cuando Walsh regresó en los octavos de final, así que contra España parece lógico esperar que con Bright, intensa y contundente, pero con problemas en campo abierto, se alisten Jess Carter y Alex Greenwood, dos centrales con experiencia como laterales, rápidas, con mejor pie la segunda que la primera, más fuerte en los duelos. Tras ellas estará la meta Mary Earps, que ofrece el valor de la regularidad: apenas comete errores.

Los costados son para Lucy Bronze, cuatro veces ganadora de la Champions entre Lyon y Barcelona, donde acaba de cumplir su primera campaña. Campeona en Inglaterra, Francia y España, su palmarés está a la altura de su carisma y aportación al equipo, hábil con balón y audaz para trazar largos recorridos. En la izquierda Wiegman ha adaptado a Rachel Daly, una delantera que ha encontrado espacio en un once donde los puestos de ataque se cotizan caros. Allí operan dos futbolistas que se han revelado como complementarias. “Tenemos una conexión muy fuerte”, confirman. Lauren Hemp sabe ir al espacio y ve bien el último pase. Alexia Russo opera como referencia. Y pocas tienen su fortaleza en el juego aéreo.

Inglaterra asume que perseguirá a España. Pero cuando tenga el balón sabrá qué hacer con él. Walsh, superado el susto, está en perfecto estado de revista. La última temporada en el Barcelona le ha dado nuevos matices. El pasado verano se pagó por su ficha el mayor traspaso jamás visto en el fútbol femenino: 400.000 euros. Y cuando llegó al primer entrenamiento sintió que aquello era otro deporte. “Igual no soy tan buena para jugar aquí”, confiesa que se le pasó por la cabeza. Pero no tardó en entrar en un engranaje que le ha mejorado, capaz como es de jugar a uno o dos toques. En Inglaterra sostiene el centro del campo, bien engrasada a Georgia Stamway, que se despega más para llegar a zonas de remate: suyo fue el gol en la prórroga que eliminó a España de la última Eurocopa, una conducción, llegada y disparo desde la frontal. Apenas se alberga una duda en torno a la elección de la jugadora que operará entre mediocampo y delantera. Ella Toone lo hizo con singular éxito en la semifinal ante Australia, pero ya cató el banquillo en este Mundial ante la emergente Lauren James, una novedad respecto a la Eurocopa.

Es algo más que el equipo de fútbol femenino de Inglaterra. Las lionesses son una marca y un estilo que alimentan un debate en un entorno afecto a las tradiciones y el inmovilismo en el que también hay litigios porque se llegó al Mundial sin un acuerdo sobre los premios que deben percibir las jugadoras y se discute sobre los motivos que ofrece una fotografía del equipo con apenas dos futbolistas de raza negra, lejos de la realidad social del país y, sobre todo, del deporte inglés. Pero hoy saldrán a completar un doblete que les señalaría como un equipo de leyenda.

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