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Bach: “Hemos tenido dudas a diario”

El presidente del COI reconoce sus desvelos antes del inicio los Juegos. “El mundo tiene que ver que podemos albergar un evento seguro”, afirma el primer ministro japonés, Yoshihide Suga

El presidente del COI, Thomas Bach, en una conferencia previa al inicio de los Juegos de Tokio
El presidente del COI, Thomas Bach, en una conferencia previa al inicio de los Juegos de TokioFABRICE COFFRINI (AFP)

A tres días de la que probablemente sea la ceremonia de apertura más atípica de las que se tenga memoria en la historia del olimpismo, los organizadores de los Juegos de la XXXII Olimpiada continúan nadando a contracorriente. En medio de un estado de emergencia en Tokio, con contagios de covid-19 dentro de la Villa Olímpica y sin opciones ya de ganarse el voto popular a estas alturas del partido, la tantas veces repetida meta de celebrar un evento “con garantías” se presenta como una tarea, cuanto menos, hercúlea.

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“El mundo tiene que ver que Japón es capaz de albergar unos Juegos Olímpicos seguros”. Así de claro y conciso fue el primer ministro nipón, Yoshihide Suga, durante una reunión a puerta cerrada celebrada ayer en la capital japonesa con la alta jerarquía del Comité Olímpico Internacional (COI). Según informan medios locales, 85 de los 101 miembros del COI que debían hacer acto de presencia han asistido a la cita, el primer encuentro no virtual de la entidad desde enero de 2020.

El presidente del COI, Thomas Bach, principal abanderado del optimismo de cara a esta edición admitió sus “dudas a diario”. “Ha habido noches sin dormir. No sabíamos qué nos depararía el futuro”, dijo. No obstante, ha insistido en que la cancelación de los Juegos nunca ha sido una opción que se haya barajado.

La vacunación al 21% en el país

Ya son 71 los casos de covid-19 vinculados a los Juegos que se han detectado en lo que va de julio, 31 de ellos foráneos. Los pesimistas vaticinios de los expertos sanitarios se están cumpliendo: el aumento de la movilidad y la contagiosa variante delta del virus han provocado un aumento de las infecciones. La urbe tokiota suma seis jornadas consecutivas registrando más de un millar de contagios diarios, y los profesionales de salud advierten de que podrían superarse los 2.000 el próximo mes, coincidiendo con la cita olímpica. El domingo se detectaron los primeros positivos de deportistas en la Villa Olímpica, ubicada en la Bahía capitalina, dos futbolistas de la selección masculina de Sudáfrica; el lunes, un tercero, el jugador checo de voleiplaya Ondrej Perusic. Todos ellos se encuentran en un aislamiento de dos semanas que, en el caso de Perusic, le obligará a perderse los tres partidos que tiene programados junto a su compañero David Schweiner. El seleccionado sudafricano de balompié, por su parte, todavía confía en poder debutar el jueves ante el once anfitrión.

También el lunes se confirmaba el contagio de la suplente del equipo estadounidense de gimnasia artística Kara Eaker, aunque en una base de entrenamiento en la prefectura de Chiba, razón por la cual una persona que tuvo contacto directo con ella ha debido mantenerse en cuarentena junto a la gimnasta, mientras el resto de las seleccionadas, encabezadas por la multimedallista olímpica y mundial Simone Biles, se ha trasladado a otra sede para dar los toques finales a su preparación. Héctor Velázquez y Sammy Solís, integrantes de la novena mexicana de béisbol, igualmente arrojaron positivo el domingo en el hotel japonés en el que se hospedaba su delegación antes de partir hacia Tokio.

Pese a las estrictísimas medidas de seguridad implantadas en la Villa, y a que los organizadores reiteren que el 85% de los que se alojarán en ella estará vacunado, Kenji Shibuya, exdirector del Institute for Population Health del King’s College de Londres, afirma que la burbuja está “medio rota”. Existe un gran riesgo de que se produzca un brote masivo en las instalaciones que acogerán a unos 11.000 deportistas, añade el experto. Solo el 21% de los 126 millones de japoneses está vacunado con las dos dosis, la tasa más baja entre los países ricos.

Con este escenario tan poco alentador de fondo, altos cargos de Panasonic, Fujitsu y NEC –entre los grandes patrocinadores de los Juegos– han seguido los pasos de los ejecutivos de Toyota Motors en su decisión de no asistir al espectáculo inaugural del viernes, con la excusa de que de esta manera cumplen con las restricciones de distanciamiento físico, no obstante haber sido invitados con carácter VIP a un estadio que tendrá las gradas vacías. Toyota, además, anunciaba el lunes la cancelación de todas las emisiones de anuncios televisivos relacionados con el certamen en un claro intento por distanciarse de un evento impopular.

Ciertamente agobiados por esta avalancha de titulares de horror y misterio –y los que están por venir antes del 23 de julio–, la esperanza tanto de los promotores nipones, como del COI y, sin lugar a dudas, de los millones de aficionados que seguirán por sus telerreceptores y dispositivos móviles las incidencias de este magno evento es que una vez que empiecen a sucederse las hazañas deportivas, la tónica cambie por completo; que los récords de estrellas de la talla de los nadadores Katie Ledecky (EE UU), Caeleb Dressel (EE UU) y Adam Peaty (Reino Unido), o de los vallistas de 400 metros Sydney McLaughlin (EE UU) y Karsten Warholm (Noruega), y del de 110 Grant Holloway (EE UU) sean las noticias que ocupen portadas y entusiasmen a una nación que, como la mayoría en el planeta, no ha tenido en 2020 y en lo que va de calendario 2021 sobrados motivos para vibrar de emoción.

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