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Griezmann como remedio del Atlético para remontar al Inter

El regreso del galo tras su lesión de tobillo es la gran esperanza rojiblanca para pasar a cuartos de final

Antoine Griezmann saluda a los aficionados del Atlético en el Metropolitano, en febrero.Foto: ANGEL MARTINEZ (GETTY IMAGES) | Vídeo: EPV
Ladislao J. Moñino

El bajón de juego y resultados de los últimos partidos del Atlético, culminados con la bochornosa derrota liguera en Cádiz, provocó este martes un hecho insólito en las comparecencias de Diego Pablo Simeone previas a una cita tan trascendente como la de este miércoles ante el Inter de Milán (21.00, Movistar LC). Por primera vez, el preparador argentino esbozó no sentirse legitimado para reclamar a su hinchada que convierta el Metropolitano en una caldera que favorezca la remontada del gol de ventaja que el Inter logró en San Siro. “No puedo decirle nada en estos momentos a la afición. Silencio y aceptar todo lo que ellos nos quieran dar”, sentenció el técnico. En parte, esa resignación penitente tiene tintes tribuneros porque Simeone sabe que el coliseo rojiblanco será un hervidero esta noche. Por otra parte, su negativa a inflamar a la grada refleja la profunda decepción que envuelve al técnico por el bajo rendimiento que asola al equipo.

Decibelios no faltarán en el Metropolitano desde la propia llegada del autobús del equipo. El envoltorio que rodea al partido no será el problema. La preocupación de Simeone se centra en el juego que su equipo sea capaz de desarrollar. Si el entrenador no ha querido apelar a la generación de un ambiente volcánico, sí lo ha hecho a la figura de Antoine Griezmann, su futbolista fetiche. No hay jugador en el plantel por el que el técnico argentino sienta más devoción.

El atacante francés reaparece tras las tres semanas de baja a las que le ha relegado el esguince de su tobillo derecho que se produjo en el partido de ida. “El ingreso de Griezmann nos da más soluciones y más posibilidades en cuanto a lo táctico, como también en el juego. Esperemos que le salga el partido que él quiere hacer”, deseó el Cholo. Por sus palabras, el técnico espera una actuación estelar del galo. Espera que sea el alma de un equipo alicaído y también el futbolista que ponga más en jaque el sólido sistema defensivo del Inter.

Griezmann se presenta a la cita como fundamental para que el Atlético recobre brío y desequilibrio en el juego de ataque. Griezmann saltará esta noche al césped del Metropolitano sin minutos de rodaje. Su inclusión en un partido de tanta exigencia será a capón. Su primer entrenamiento con el grupo fue el pasado viernes. Los servicios médicos han sido extremadamente cuidadosos y cautos para que llegue a la cita sin molestias en la articulación dañada. Simeone pudo incluirlo en la lista para el partido de Cádiz, pero prefirió no arriesgar. Ya intentó forzar para el partido de vuelta de las semifinales de Copa ante el Athletic, pero la hinchazón del tobillo apenas bajó.

Alrededor de la figura del francés se ha generado una ola de optimismo en el propio vestuario, pese a que sus actuaciones antes de caer lesionado no fueron brillantes. Tampoco se desempeñó mostrando esos sobreesfuerzos que tanto le aplaude su entrenador. Este llegó a reconocer que su futbolista de cabecera se dosificaba cuando empezó a ser cuestionado por el estado físico del galo. Después del partido de Copa en el que el Atlético eliminó al Real Madrid se vio a un Griezmann menor, menos participativo en el ataque y poco resolutivo. Su mal partido en San Siro confirmó esa versión rebajada. “Grizzi le da al equipo mucha fuerza. Cuando está listo para jugar o no está, es diferente. Es muy importante para nosotros”, remarcó ayer Axel Witsel, el único jugador del plantel que en los últimos partidos ha tenido un rendimiento satisfactorio. El belga apuntó a la sensación de desamparo que ha creado la ausencia de Griezmann y también reflejó el aura que se le ha otorgado de redentor y líder para que el equipo alcance los cuartos de final.

Siempre proclive a armar un discurso en torno al colectivo, nunca una individualidad parece haber pesado tanto en el desenlace de un partido del Atlético de Simeone. Desde hace unas semanas, ante los reveses sufridos, se ha instalado en los análisis del técnico rojiblanco una preponderancia de la necesidad de mejora del rendimiento individual de sus futbolistas. Los traspiés son achacados por el cuerpo técnico a fallos individuales que debilitan o echan por tierra el trabajo colectivo.

Bajo ese escenario, Griezmann se rebela para la dura contienda con el Inter como un salvador y el remedio que ponga fin a todos los males que han descabalgado al Atlético de la final de la Copa y de la pelea por el título de Liga. “Este es un partido que pide una concentración altísima”, recalcó Simeone. El mensaje escondía su frustración ante la multitud de errores individuales, sobre todo en defensa, que han convertido al Atlético en un equipo vulnerable. “En los últimos días, el equipo no mantuvo el nivel y el fútbol no perdona. Cuando te equivocas, pierdes. Esperemos seguir creciendo”, advirtió Simeone. El técnico, como el vestuario, se aferran a que sea Griezmann el que haga crecer a un equipo que no se reconoce para que pueda corresponder a una hinchada entregada. Aunque Simeone no la haya agitado.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
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