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Así ha conseguido el Madrid la mejor defensa de su historia sin sus jugadores más importantes

Pese a las lesiones de Courtois, Militão y Alaba, nunca había recibido menos goles. El equipo, impulsado por la adversidad, presiona más veces y más en el campo contrario y se ha encontrado además con la explosión de Lunin

David Álvarez

El Real Madrid juega sin su mejor portero y sin sus dos mejores centrales (a veces sin ninguno), y sin embargo nunca había defendido mejor. El 1-0 al Sevilla del domingo, otra portería a cero, dejó en 16 los goles que ha recibido en las 26 primeras jornadas de Liga, la cifra más baja de su historia a estas alturas de campeonato, según Opta, a ritmo de cerrar su mejor campaña en defensa. Ha encajado un promedio de 0,62 tantos por encuentro. Por debajo, solo queda el 0,60 con el que cerró la temporada 1964/65, un campeonato más corto, de solo 30 jornadas, cuando le marcaron 18 goles.

Aquella vieja marca de hace seis décadas la consiguió el Madrid bajo la dirección de Miguel Muñoz, el técnico del club con más victorias en la Liga, 257. Ahora ronda la hazaña Carlo Ancelotti, el segundo con más triunfos, 127. Después de la duodécima portería a cero del curso, el 4-0 al Girona, que no tiró ni una vez a puerta, el italiano explicó la paradoja de esta solidez extrema en las condiciones más complejas, con Courtois, Militão y Alaba lesionados durante meses: “La emergencia ha aumentado el compromiso colectivo defensivo del equipo”, dijo. El técnico siempre ha sostenido que la buena defensa depende más de la voluntad que del talento.

El Madrid presiona este curso una media de 147 veces por partido, 20 más que en la primera temporada del italiano. En los últimos ocho años, nunca había presionado tanto, según los registros de StatsBomb. Al regresar al Bernabéu en la 2021/22, la intención de Ancelotti era defender bastante arriba, pero enseguida se dio cuenta de que sus futbolistas se encontraban más cómodos esperando. Ahora, no ha sido solo el compromiso ante la adversidad el que le ha permitido avanzar posiciones. También el relevo generacional.

El despliegue físico de Bellingham supera al de Benzema, como el de Camavinga al de Modric, cada vez menos habitual en el once. Además, Hazard, Bale y Asensio han sido relevados por jugadores con mayor entrega. Brahim y Bellingham son el segundo y el tercer jugador con más acciones defensivas por partido, con 23 y 20. Benzema el curso pasado realizaba 10 por encuentro.

Más allá del cambio en lo físico, la ausencia del francés también invitó a apretar la defensa por la pérdida de pólvora. Sin un nueve natural que lo relevara, lo natural habría sido que el Madrid marcara menos, aunque la explosión de Bellingham le ha permitido mantener el ritmo anotador.

La intensidad es un parche habitual ante la pérdida de fuego. Cuando Zidane, que aprendió con Ancelotti como entrenador y como jugador, regresó al equipo después de irse el mismo verano que Cristiano, firmó la segunda mejor temporada defensiva de la historia del club: ganó la Liga 2019/20, la primera sin el portugués, recibiendo solo 0,66 goles por partido.

El Madrid no solo presiona con mayor frecuencia, sino que lo hace más arriba. Por primera vez en las últimas ocho temporadas, lo hace más veces en el campo contrario que en el propio: 52% en territorio rival, siete puntos más que el 45% que alcanzó en la primera temporada con el italiano. El equipo defiende más lejos de su portería que nunca en los últimos cinco años: la media de distancia a la que realiza sus acciones defensivas es de 46,75 metros, casi tres metros y medio más que los 43,36 de la 2021/22.

El buen momento de Camavinga, Tchouameni y Valverde, más retrasado que en los cursos anteriores, protege al equipo desde posiciones más avanzadas y admite menos llegadas a las cercanías del portero. El Madrid permite solo 1,50 pases por partido en su área, uno menos que hace dos temporadas. En las cinco grandes ligas europeas, solo la Juventus tiene mejor cerrojo en esa zona comprometida (1,46). Si se miran toques en el área, el Madrid también es el segundo de Europa que menos permite (14,6 por partido), solo por detrás del Arsenal (14,5), según fbref.com.

Por allí ronda Antonio Rüdiger, que ha ocupado el espacio de liderazgo dejado por las lesiones de Alaba y Militão, y la bajada de rendimiento de Nacho. Todos esos factores llevan a que los contrarios apenas registren 1,65 tiros limpios por partido, sin defensas entre el atacante y el portero, la segunda mejor marca de la Liga por detrás de la de la Real Sociedad (1,46), según StatsBomb. En el primer curso de Ancelotti el equipo era el 13º: permitía 2,13.

Ya en el último tramo de resistencia, Ancelotti se ha encontrado con otra revelación inesperada. Cuando se lesionó Courtois, el club fichó a Kepa Arrizabalaga, cedido del Chelsea, por la poca fe que tenía en Lunin. En ese contexto de precariedad y de desconfianza manifiesta, el ucranio se está destapando con un rendimiento formidable. Es el segundo portero de Europa que más para, el 83% de los tiros que recibe, solo por detrás del 84% de Di Gregorio, del Monza. Y es el octavo que más goles evita, 0,2 por partido, según el modelo de StatsBomb, algo más del triple de lo que evitaba Courtois la temporada pasada (0,06). Ese punto de inspiración de Lunin, junto a la aportación de muchos futbolistas comprometidos con la emergencia, explica que un Madrid sin su portero y sin sus dos centrales titulares esté ejecutando la mejor defensa de su historia.

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