Lino destroza al Lazio y le da al Atlético el liderato del grupo
El brasileño, con una asistencia a Griezmann y un buen gol, comanda la victoria de su equipo y permite que los rojiblancos eviten a la mayoría de los grandes favoritos en octavos
A lomos de un determinante Samuel Lino, el Atlético certificó la primera plaza del grupo y la vigésima victoria consecutiva en el Metropolitano. El lateral brasileño asistió a Griezmann e hizo el segundo tanto de los rojiblancos con un zambombazo que terminó por finiquitar a un Lazio bonito de ver, pero pacato en los metros finales. Se esperaba más batalla por parte del equipo de Maurizio Sarri, ajusticiado por la velocidad y la puntería de Lino. El chico había perdido el puesto por una lesión y la pujanza de Riquelme, pero se ha empeñado en recuperarlo y en no soltarlo.
Al Atlético le bastaba el empate, pero salvo una desconexión de un cuarto de hora en el primer tiempo, superó al Lazio con claridad. El primer puesto le ha evitado al Atlético un hipotético cruce con el City, el Bayern, el Arsenal y el Dortmund.
Hizo tres movimientos en la alineación Simeóne significativos de su intención de repartir esfuerzos. Sentó a Koke, al que el desplome del equipo el pasado domingo ante el Almería condenó a jugar los 90 minutos. Witsel asumió el mando del centro del campo y Hermoso retornó al once para formar el trío de centrales junto a Savic y Giménez. El tercer damnificado fue Marcos Llorente para darle más carrete a Saúl. El centro del campo, completado con De Paul también destilaba cierta intención de forraje para compensar que Witsel no tiene tanto recorrido. Enfrente, Sarri le concedió la titularidad a Pedro como novedad más interesante.
De las propuestas iniciales de ambos entrenadores salió ganador con premura el Atlético. Los rojiblancos comenzaron a despachar al Lazio pronto. Un robo de Lino le dio para correr la banda al brasileño y poner un preciso centro atrás. Por el punto de penalti emergió Griezmann. El sibilino giro de tobillo que ejecutó mandó la pelota al rincón. Inalcanzable para Provedel.
De nuevo, como contra el Almería, el Atlético tuvo que administrar una ventaja madrugadora. Esta vez solo de un gol, pero tuvo un tramo de un cuarto de hora en el que los futbolistas de Simeone parecieron prolongar el mismo estado de desafección a la pelota en las entregas. La pájara le dio al Lazio para un racimo de ocasiones que no concretaron ni Zaccagni, ni Guendozi, ni Immobile. Concedió el Atlético ese crecimiento del conjunto romano, con Luis Alberto a la cabeza. Un estilista que juega andando en el calcio es todo un caso de estudio. Una prueba de que con clase y velocidad de pensamiento aún se puede sobrevivir en medio de la modernidad y su juego ultrafísico y ultrarápido.
Oxigenar piernas
Para el Atlético, esas desconexiones no son un buen síntoma. Los equipos dominadores y autoritarios gestionan con más contundencia esas ventajas. Al menos, el lapsus de fútbol no fue tan pronunciado en el tiempo como el del Almería. Recobraron el pulso al duelo los rojiblancos en el último tercio del primer tiempo. No hay como pasar la pelota bien a un compañero para empezar a reconstruirse dentro de un partido. El temple lo lideraron entre Griezmann y Witsel. El belga volvió a jugar de mediocentro desde el inicio. Si como central reconvertido está siendo uno de los mejores de su equipo en lo que va de curso, en su posición natural hizo un ejercicio de pulcritud y criterio que agradecieron sus compañeros y también Simeone. La lesión de Barrios, que era la opción del preparador argentino para darle aire a Koke, le ha abierto de nuevo las puertas del centro del campo a Witsel de manera ocasional. En ese recuperar el gobierno del partido, al Atlético le dio para ligar una buena jugada que Hermoso embocó con una preciosa volea en el segundo palo. El VAR determinó que Lino estaba en la trayectoria del balón y que incluso hizo intención de rematarlo con la cabeza.
La ventaja en el marcador animó a Simeone a seguir oxigenando piernas. Griezmann y Giménez se quedaron en la caseta por Memphis y Soyuncu. Delantero y central andan a la búsqueda de un hueco en el once que por ahora tienen complicado. Sin embargo, ambos sí tienen un efecto palpable cuando juegan. El neerlandés es una atracción por sus golpeos inverosímiles y sus intentos de jugadas y remates en los que prima la inventiva. Desde el suelo, hasta intentó un remate de escorpión. La filigrana precedió al gol de Lino. Cazó el brasileño una volea con la derecha que reventó por alto a Provedel. Ese segundo tanto ya fue la señal definitiva para uno y otro entrenador de que el partido estaba finiquitado. Simeone concedió que Witsel y Koke, que le reemplazó, se llevaran la ovación de la noche. Correa y Savic también dejaron su sitio a Morata y a Azpilicueta. Por su parte, Sarri sentó a Pedro, Immobile y Luiz Alberto. Ya había poco que jugar.
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