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A España le suenan las alarmas

La Roja, aún más deslucida que contra Suecia, no pasa del empate ante Polonia y se la tendrá que jugar en la última jornada, en la que recibe a Eslovaquia

Gerard Moreno falla el penalti contra Polonia.
Gerard Moreno falla el penalti contra Polonia.Alejandro Ruesga Sanchez
José Sámano

Una España más chata que contra Suecia tuvo las mismas consecuencias: otro empate decepcionante. El sellado frente a Polonia todavía más. Esta vez sobraron dedos para contar las ocasiones y el juego fue aún menos ilustrado. De nada sirvió que Morata recuperara la puntería y fuera ovacionado en su retirada. De nada sirvió que Gerard Moreno, titular, tuviera a tiro un penalti, suerte que suele peritar de maravilla. No en La Cartuja, donde de nuevo la Roja no solo no tuvo colmillo ante la portería adversaria. En la propia, un poste alivió a Unai Simón antes de que Lewandowski, que es un pariente de lo más cercano del gol incluso cuando hay cocodrilos a su alrededor, cazara un cabezazo tras sacudirse a Laporte como el que espanta una mosca con un meñique.

ESPEspaña
España
1
Unai Simón, Alba, Pau Torres, Marcos Llorente, Laporte, Pedri, Koke (Sarabia, min. 67), Rodrigo, Morata (Oyarzabal, min. 86), Gerard Moreno (Fabián, min. 67) y Dani Olmo (Ferrán Torres, min. 61)
POL Polonia
1
Polonia
Szczesny, Bereszynski, Bednarek (Dawidowicz, min. 85), Glik, Jakub Moder (Linetty, min. 85), Tymoteusz Puchacz, Jozwiak, Zielinski, Klich (Kozlowski, min. 54), Swiderski (Frankowski, min. 67) y Lewandowski
Goles 1-0 min. 25: Morata. 1-1 min. 53: Lewandowski.
Árbitro Daniele Orsato
Tarjetas amarillas Klich (min. 36), Jakub Moder (min. 57), Jozwiak (min. 58), Pau Torres (min. 80), Lewandowski (min. 93) y Rodrigo (min. 94)

Ni delante ni atrás, ni por el medio ni por los costados. Una España plana que ahora tendrá que apretar la mandíbula en la última jornada, el miércoles ante Eslovaquia, que como los rivales precedentes tampoco figura entre la nomenclatura del fútbol europeo. La Roja nada tiene asegurado, pero en un campeonato en el que se clasifican para octavos de final 16 de los 24 participantes, irse de este torneo por la gatera resultaría un siniestro colosal.

Hay veces que el gol va por libre. No siempre es ahijado del juego. Le ocurrió a España, que con menos hilo y ocasiones que contra Suecia, encontró la divisa antes de dar con el fútbol, que, por cierto, nunca llegó. Ni siquiera con el anestésico emboque de Morata, el más necesitado, el jugador al que la portería le parecía un borroso espejismo. Gerard Moreno, de los pocos aventureros de la noche, quebró hacia al área y armó el zurdazo. Morata, pillo, se anticipó a Bereszynski y dejó tieso a Szczesny, su camarada en la Juventus. Suspense, intriga, angustias... Momento VAR. El pie izquierdo del zaguero polaco evitó el fuera de juego del atacante español. Una liberación para Morata, que esprintó como un jamaicano para abrazarse con Luis Enrique, su tutor, y hacer piña con todo el banquillo.

En vídeo, las declaraciones de Jordi Alba (en la imagen) y del seleccionador nacional, Luis Enrique, en la rueda de prensa posterior al encuentro. Vídeo: ALEJANDRO RUESGA | REUTERS

Antes y después del bingo del delantero madrileño, España fue un equipo plomizo, sin luces ni armadura. La formalidad del toque a toque y nada más. A la Roja no le falta su buena ración de pases, pero no basta. Hay que distraer cuando conviene para luego confundir. El fútbol precisa otra marcha, desequilibrio, movimiento, ingenio, embustes.

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Crónica visual: España gana presencia en ataque pero sigue sin puntería

La Roja remató nueve veces desde dentro del área, solo consiguió un gol y falló un penalti.

De monserga con la pelota, solo Gerard Moreno, anclado en la banda derecha, intentaba romper los protocolos con algún que otro quiebro. El resto, pese al bullir constante de Morata, todo era muy cartesiano, sin soltura, sin fluidez.

Con Jordi Alba y Marcos Llorente, los laterales, tan avanzados, todo resultaba aún más previsible. Más que llegar por sorpresa como ventiladores, se anclan, lo que agradecen sus alguaciles. Tan estática estaba España que no había forma de que Pedri y Koke filtraran algún correo. En el primer tiempo, la Roja quedó reducida a un par de oportunidades episódicas, como un lanzamiento de falta de Gerard Moreno.

Cambio de Gerard

Rasa en ataque, tampoco se advirtió una España categórica delante de Unai Simón. A Suecia le valió con un par de revuelos de Isak para tener en guardia al equipo de Luis Enrique. Polonia, que futbolísticamente circula en el pelotón de los suecos, también puso a la Roja en aprietos. Y con una sencillez pasmosa. Una pifia de Jordi Alba derivó en un remate de Swiderski al poste derecho de Unai, atento para repeler el rebote cazado por Lewandowski.

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La nevera está vacía

Peor le fue a Unai ya en el segundo tramo. Lewandowski se quitó del medio a Laporte como si el central del City fuera un cadete y cabeceó a la red. Su tercera diana en Mundiales y Eurocopas tras 13 partidos. El fenomenal ariete del Bayern no tiene coro en su selección, pero se sobra ante marcajes de monaguillo como el de Laporte, al que le faltó hueso, mucho hueso. Lo mismo que a Pau Torres en varios lances.

Al borde de la tiritona, la Roja tuvo socorro en una torpeza de Moder. Su pisotón a Gerard Moreno fue chivado por el VAR y el árbitro italiano sancionó el penalti. Como presunto verdugo, alguien tan puntual como Gerard, que llevaba 12 penaltis consecutivos anotados. Llegada la gran pasarela internacional, falló. El rechace en el poste derecho del meta polaco se le extravió a Morata con la puerta abierta de par en par. Ni de penalti. No hay manera. España ha fallado los cuatro últimos: dos Sergio Ramos ante Suiza, uno Abel Ruiz frente a Lituania y el subrayado de Gerard Moreno.

No cambió el paisaje con las mudanzas de Luis Enrique. Irrumpieron Ferran, Fabián y Sarabia —sorprendentemente por Gerard, el único revoltoso— y apenas dejaron rastro. No encuentra el equipo una percha, un jugador diferencial, alguien que rompa el cascarón. Tampoco quien toque la corneta para un arrebato. Lo mismo da el sector del campo. Las manos blandas de Szczesny en un par de barullos pudieron dar vuelo a una España que no lo mereció. Le falta un poco de todo. Por ahora, es lo que hay. Y no es mucho. Pero torneos como la Eurocopa tienen picos y curvas. Algunos dan con las teclas por el camino. Otros se quedan en la cuneta sin remedio. Veremos. Toca Eslovaquia el miércoles y un traspié ya entonces será terminal. Luis Enrique tiene tajo por delante.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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