Tadej Pogacar: “Giro y Tour el mismo año es un reto mental”

Cuando sale a hablar con las dos docenas de periodistas de medio mundo que se han plantado de un día para otro en el patio del hotel, Tadej Pogacar está de tan buen humor como cuando se entrena por las carreteras tranquilas de Alacant haciendo wheelies sin parar para alimentar sus reels en Instagram. No son ni las cuatro de la tarde y el sol tibio de invierno, tan fugaz su paso, le da de pleno en el rostro barbilampiño, de niño, y él entrecierra los ojos y musita ante las grabadoras on the record; “Uhhmm, estaría chulo aquí con unas gafas de sol, como si tuviera resaca”.

Domina el escenario y se ríe, Pogacar ante unos periodistas que, serios como ajos, sienten que en ese hotel de cinco estrellas a las afueras de Benidorm están a punto de presenciar un momento señalado en la historia del ciclismo: Pogacar, nada menos, va a explicar a la humanidad por qué ha decidido correr en 2024 el Giro y el Tour, lo que, implícitamente, significa que va a cumplir uno de los grandes deseos de los aficionados, ver en su vida con sus ojos, no en la boca de su abuelo o en un viejo YouTube, a un ciclista ganar el mismo año las dos carreras de tres semanas más antiguas. Ni siquiera Pogacar había nacido cuando Marco Pantani, el último del doblete, lo cerró en el turbio (Caso Festina) julio del 98. “Uuhhhm, tengo 25 años, ya no soy tan joven como para no poder intentar correr dos carreras de tres semanas el mismo año, pero soy demasiado joven para conocer a Marco Pantani más que por lo mucho que he oído hablar de él”, dice Pogacar, definitivamente sin gafas de sol, definitivamente más serio. “Sé que es un mito para toda Italia, un héroe ciclista, pero yo solo tenía cuatro años cuando él murió”.

No muchos ciclistas han conseguido ganar Giro y Tour el mismo año y todos los que lo han conseguido son mitos —Fausto Coppi lo hizo dos veces. Jacques Anquetil, una; Eddy Merckx, tres; una Stephen Roche, y Bernard Hinault, dos, las mismas que Miguel Indurain—, pero tampoco muchos lo han intentado. Desde Pantani solo Alberto Contador, en 2015, y Chris Froome, en 2018, lo intentaron. Ambos ganaron el Giro, la parte más fácil del doblete, pero Contador terminó quinto en el Tour y Froome, tercero.

“Lo más difícil de doblar Giro y Tour es la cuestión mental”, explicaba el chico de Pinto en junio de 2015, una semana antes de lanzarse al Tour. “No es nada fácil terminar el Giro sabiendo que al día siguiente no podrás tomarte un descanso, comer de todo, olvidarte del mundo unos días”.

Y Pogacar, antes siquiera de empezar 2024, el año del desafío, está ya de acuerdo. “No quiero pensar en el doblete, no, solo quiero pensar ahora en ganar el Giro, después ya veremos”, advierte el ciclista esloveno que antes de cumplir 25 años había participado en cinco carreras de tres semanas —una Vuelta y cuatro Tours— y en ninguna de las cinco se había bajado del podio: dos victorias en el Tour y dos segundos puestos, y un tercero en su debut en la Vuelta—. “Físicamente me siento preparado hasta para correr las tres grandes el mismo año, como hizo Sepp Kuss este, pero no sé si resistiría mentalmente estar tantos días seguidos concentrado al 100%”.

—¿No cree que Vingegaard, que le ha derrotado los dos últimos Tours, estará pensando que lo tendrá más fácil aún este año?

—Hay 33 días entre una carrera y otra. Tiempo de sobra para recuperarse físicamente.

Las cuatro semanas habituales entre Giro y Tour son casi cinco este 2024, gentileza de los Juegos Olímpicos de París. Y este elemento ha sido clave a la hora de que el UAE tomara la decisión de que a Pogacar le había llegado el momento de afrontar el desafío. “Esa semana de más le vendrá muy bien para descansar después del Giro antes de cerrar la preparación para el Tour en altitud”, explica Javier Sola, sevillano de Alcalá de Guadaira y nuevo entrenador del esloveno después de que el anterior, el vasco Íñigo San Millán, fichara por el Athletic. “De hecho, Tadej llegará al Tour con solo 31 días de competición, porque hemos limpiado mucho el calendario. Debutará en las Strade Bianche, el 2 de marzo y a continuación, antes de Giro, solo correrá Milán-San Remo, Volta a Catalunya y Lieja-Bastoña-Lieja. 10 días preGiro solamente”. Renuncia al Tour de Flandes, el Monumento de los muros de pavés en el que se coronó en 2023. “Y fastidia, porque en los Monumentos es en las carreras en las que más me divierto”, dice Pogacar. “Pero tengo que pensar que después del Tour quiero correr las pruebas de los Juegos Olímpicos y el Mundial”. En el Tour le acompañará el español Juan Ayuso, que adelanta un año su debut. Lo hará a los 21.

Y al anunciarlo estaba el español casi tan contento como el patrón del UAE, y casi del pelotón, Pogacar, quien como un obseso de la pizza, el sueño prohibido a veces de los ciclistas, diseñó entre carcajadas para terminar su pizza ideal: con piña, no, con kiwi y hot dogs y canela y salsa de chocolate... Y se tronchaba.

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