El juez del ‘caso Rubiales’ cita como testigos a tres compañeras de selección de Jennifer Hermoso

El juez del caso Rubiales, Francisco de Jorge, da otro paso más en su investigación abierta en la Audiencia Nacional por el beso que Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), dio a la jugadora Jennifer Hermoso durante la celebración por la victoria en el Mundial femenino, así como sobre las supuestas coacciones posteriores para que la deportista avalara la versión del exdirectivo. Este viernes, el magistrado ha citado a declarar como testigos a tres compañeras de equipo de Hermoso, según ha informado el tribunal. Los nombres de las tres futbolistas no han trascendido, pero se suman a otros cuatro empleados de la federación que también serán interrogados: entre ellos, Albert Luque, director de la selección.

El juez De Jorge aún no tomado declaración a Hermoso, según confirman fuentes jurídicas, pero sí ha impulsado en los últimos días toda una batería de iniciativas para acelerar la instrucción. El magistrado, que intenta avanzar en la causa con la mayor discreción, ha llamado igualmente este viernes a testificar a otros “allegados” de la jugadora y a dos peritos propuestos por la defensa, que acudirán “para ratificar un informe aportado al juzgado por la abogada de Rubiales”, Olga Tubau. A su vez, siguiendo sus órdenes, la Policía Nacional ha recabado varios vídeos emitidos por los medios de comunicación sobre el beso; y la Embajada de Australia ha enviado a la Audiencia un certificado sobre la existencia allí de delitos de agresión sexual que podrían ajustarse a los hechos investigados en España.

Según fuentes de la Audiencia Nacional, el calendario de declaraciones fijado por el magistrado ha quedado así: el lunes 25 de septiembre se interrogará a los “allegados” de Hermoso y a los dos peritos de la defensa; el jueves 28, a los cuatro empleados de la RFEF —además de Luque, se encuentran citados Rubén Rivera, responsable de marketing; Miguel García Caba, director del área de Integridad; y Patricia Pérez, jefa de prensa del equipo femenino—; y el 2 de octubre, a las tres compañeras de selección. Algunas de estas comparecencias serán por videoconferencia, según ha informado el juzgado, que no ha querido facilitar los nombres de los “allegados”, de las futbolistas ni de los peritos. Ninguno de estos testigos ha sido solicitado por la Fiscalía, según fuentes jurídicas.

La expectación sobre el caso Rubiales es máxima. El jueves, volvía a protagonizar la rueda de prensa ofrecida por las jugadoras Alexia Putellas e Irene Paredes, previa al partido que enfrenta este viernes a la selección española femenina con la sueca en Gotemburgo. “Veníamos reclamando que nos escucharan durante bastante tiempo. Durante décadas había una discriminación sistémica con el femenino. Tuvimos que pelear muchísimo para ser escuchadas. Eso como sabéis conlleva un desgaste que no queremos tener”, explicó Putellas, ganadora del Balón de Oro. “Ayer [en referencia al miércoles], hacía un mes del Mundial. Allí sucedieron unos hechos inadmisibles, con la gota que colmó el vaso con la asamblea posterior. No podía ser, no queríamos seguir por ese camino. Teníamos que decir tolerancia cero. Primero por ella, también por nosotras y para que no volviera a suceder”, remachó la número 11.

Estas palabras de Putellas se produjeron apenas unas horas después de que, el mismo jueves, se supiera que la Audiencia reimpulsaba la investigación con la citación de los cuatro empleados de la RFEF, centrando la diana en las supuestas coacciones sufridas por Hermoso. Un paso que no resulta baladí. El 5 de septiembre, antes de abrirse la vía penal contra Rubiales, la deportista testificó en la sede de la Fiscalía General del Estado, donde no solo negó que el “pico” —palabra que usó el propio expresidente para minimizar su actuación— fuese consentido; sino que relató que también sufrió presiones para que saliera en público a justificar los hechos. “En su declaración, [la jugadora] refirió que tanto ella como su entorno más próximo sufrieron una presión constante y reiterada por parte de Luis Rubiales y el entorno profesional de este, para que justificara y aprobara los hechos”, recoge la querella del ministerio público.

Precisamente, la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, se interesó por ello durante el interrogatorio al exmandatario de la federación, que declaró como imputado la pasada semana, cuando se le impuso una orden de alejamiento de 200 metros de la jugadora y se le prohibió comunicarse con ella. Rubiales negó los dos delitos que se le atribuyen (agresión sexual y coacciones), pero el ministerio público puso sobre la mesa los nombres de cinco empleados de la RFEF para saber el papel que habrían desempeñado en la ejecución de esas supuestas presiones. Según fuentes jurídicas, entre otros, Durántez mencionó a Albert Luque, Rubén Rivera y Jorge Vilda (este último, exseleccionador del equipo femenino).

A Luque y Rivera, que viajaron supuestamente a Ibiza para presionar a Hermoso, el juez decidió llamarlos a declarar. También interrogará a Miguel García Caba, responsable de Integridad, que redactó el informe interno sobre el beso a Hermoso, que exculpaba al expresidente al asegurar que “no existió conducta que invite a concluir que se forzó, violentó o agredió” a la delantera. Patricia Pérez, jefa de prensa del equipo femenino, también está citada. Según el medio especializado Relevo, Pérez intentó buscar el aval de la jugadora para difundir un comunicado que justificara el acto de Rubiales, donde se incluían unas supuestas palabras pronunciadas por la deportista.

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