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Marta Figueras-Dotti: “Hay que creer en la mujer deportista”

La pionera del golf femenino español y actual presidenta del circuito europeo habla sobre la histórica Solheim Cup que España acoge por primera vez

Marta Figueras-Dotti
Marta Figueras-Dotti, el pasado 7 de septiembre en Madrid.AFP7 (Getty Images)
Juan Morenilla

La pionera del golf femenino español nunca pudo jugar una Solheim. Marta Figueras-Dotti (Madrid, 65 años) vive estos días con las emociones a flor de piel el gran duelo entre Europa y Estados Unidos que el campo de Finca Cortesín (Málaga) acoge entre el viernes y el domingo. Es la primera vez que este Mundial del golf se celebra en España y Figueras-Dotti, presidenta del Ladies European Tour (LET), el circuito femenino europeo, unas de las pocas españolas en un gran puesto directivo en el deporte internacional, revive la larga lucha que ha conducido a esta meta. Ella fue la primera española en lograr una beca deportiva en Estados Unidos y la primera que jugó el circuito americano y ganó un torneo, el Open de Hawai de 1994. Vivió durante 23 años en Estados Unidos, fue seleccionadora olímpica en los Juegos de 2016 y vicecapitana de la Solheim en 2017. Hoy, como siempre ha hecho, alza la voz contra el prejuicio elitista de quienes menosprecian el golf y su importancia deportiva y económica para España, critica la falta de inversiones y reivindica el papel de la mujer.

Pregunta. ¿Qué supone para España acoger la Solheim?

Respuesta. Es el torneo más importante del golf femenino mundial. Es un orgullo. Tiene una repercusión mediática, económica y deportiva bestiales. Es muy, muy importante. Es muy difícil ser sede de una Solheim. En Estados Unidos se la pelean todos los estados, y en Europa, muchos países.

P. ¿Cómo ve el duelo?

R. Sobre el papel suele pasar que siempre son mejores las americanas, según el ránking mundial, pero creo que este año estamos muy igualadas o les superamos. Luego las jugadoras se transforman. El duelo va a ser muy duro y reñido. Deberán todas demostrar su mejor juego.

P. Históricamente, ¿EE UU ha agrupado a más estrellas y Europa ha sido más equipo?

R. Sí, siempre. En Europa estamos muy acostumbradas a jugar torneos por equipos, territoriales, autonómicos, interclubes, algo que en Estados Unidos no se juega nunca. La naturaleza de la jugadora americana, y en general del atleta americano, es muy competitiva y muy individualista. Miran muchos por ellos mismos. Es una ventaja que siempre ha tenido Europa. El espíritu de equipo siempre ha sido más potente en el equipo europeo que en el americano. En Colorado 2013, cuando ganó Europa por primera vez en suelo americano, fue precisamente por eso. La capitana americana me dijo que no había unión, que cada una luchaba por sí misma. Eso es esencial.

Marta Figueras-Dotti y Carlota Ciganda, en la Solheim de 2013 en Colorado.
Marta Figueras-Dotti y Carlota Ciganda, en la Solheim de 2013 en Colorado.David Cannon (Getty Images)

P. ¿Un ingrediente para ganar la Solheim?

R. La compenetración entre las jugadoras, el apoyo. Y obviamente el demostrar buen juego. En cuatro partidas de foursomes y fourballs, o estás compenetrada con tu pareja o se puede liar. Y mucha agresividad, mucha pasión por ganar.

P. ¿Qué espera del público español?

R. Mucho ruido y mucho chillido. Como somos nosotros, ruidosos, apasionados e intensos. No paramos de chillar. Eso animará al equipo europeo.

P. Personalmente, ¿qué representa esta Solheim?

R. Tengo todo tipo de emociones. En muchos momentos pensaba que no la conseguiríamos. Hemos negociado y sacado adelante muchos retos. El LET ha jugado un papel súper importante, y yo personalmente, dicho con todo el orgullo y todo el cariño. Va a ser una de las mejores experiencias para el todo el mundo jugar en Finca Cortesín.

P. ¿Qué destaca de Carlota Ciganda, única española en el equipo europeo?

R. La intensidad, la energía que transmite, esté jugando o no, es brutal. Es una líder sin ninguna duda. Lo fue siempre en los equipos amateurs y desde que empezó a jugar la Solheim es muy apasionada y da una energía muy positiva. Tiene un juego brutal. Intimida. No se achica con nada. Se puede enfrentar a cualquier situación que puede superarlo.

P. ¿Está más cerca que una española gane un grande?

R. Sí, con Carlota Ciganda, o Azahara Muñoz... Cada semana es una lucha. Siempre lo he visto cerca.

P. ¿Qué necesita el golf femenino para seguir creciendo?

R. Que se apoye más al deporte femenino y en concreto al golf. Que no se haya aprobado ni pedido ninguna ayuda económica por parte del Gobierno a un acontecimiento como la Solheim me parece demencial. Se piden 93 millones para una Ryder de 2031 que ni siquiera se ha concedido, y para una Solheim, con lo que contribuye y repercute esto, que no haya una ayuda pública es muy triste. Empezaría por ahí. Creo que hay que creer en la mujer deportista, y en nuestro caso en el golf, con lo que aporta a este país a nivel deportivo y económico. Si la gente no se quiere dar cuenta es porque se da la vuelta. Yo cambiaría muchísimo.

P. ¿Hay todavía un prejuicio elitista sobre el golf?

R. Yo creo que ya no. Se ha mejorado un montón desde mi época. Hay campos públicos y el acceso al golf es enorme. Es más un tema del deporte femenino en sí. Repito, el golf da tremendos recursos a España. Hay grandes golfistas y no hay grandes ayudas. Eso es muy triste. Si fuéramos elitistas, no se producirían tantos golfistas buenos.

P. ¿Cómo ve el momento de cambio en la sociedad respecto al papel de la mujer en el deporte?

R. Yo me canso de luchar por este tema, aunque seguiré haciéndolo. No es fácil ni va a serlo cambiar el aspecto cultural que uno tiene en la mente, no solo en España, sino a nivel mundial. Es complicado conseguir patrocinios para mujeres atletas, de todos los deportes, en el continente europeo. Eso es así. Hay que seguir luchando y darnos a conocer. Un jugador de golf mediano, o mediocre, se divierte mucho más jugando al golf con una mujer profesional que con otro hombre. Porque se identifican más con el juego, porque la mujer es más agradable cuando hay que pasarse cinco horas en el campo… Todo ese camino de darse a conocer la mujer lleva un tiempo. Hay que darle más importancia a las deportistas que a los presidentes de las federaciones.

P. En una entrevista en EL PAÍS en 2019 dijo que en España hay “miedo a darle el poder a una mujer”. ¿Sigue siendo así?

R. Totalmente. Apenas hay presidentas de federaciones. Tienen el miedo de darle el poder a una mujer, claro. Es un tema cultural apoyado por el mundo masculino. Confío en que seguirá cambiando.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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