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El Real Madrid empieza remontando

El equipo de Ancelotti, en el que destaca Bellingham, se recupera de la ventaja inicial del Milan con dos goles de Valverde y uno de Vinicius (3-2) en el primer partido de la pretemporada

Real Madrid
Fede Valverde celebra su segundo gol al Milan.ETIENNE LAURENT (EFE)
David Álvarez

El Real Madrid echó a andar en Pasadena contra el Milan con una fórmula que le ha permitido avanzar a menudo en los últimos años, una remontada que cerró con una carrera de Vinicius a la espalda de la defensa para solventar lo que se había atascado por otras vías. Después de la primera función, el equipo de Carlo Ancelotti, en el que brilló Bellinhgam, deja unos cuantos ajustes pendientes en la defensa, más propios de la falta de ritmo de competición que de otra cosa. Pero sobre todo la gran incógnita que destacaba al ver la plantilla sobre el papel y que siguió abierta en el campo: cómo va a conseguir ser efectivo en ataque el Madrid sin Benzema ni otro nueve de nivel mundial. Eso queda pendiente, pese a la victoria levantada sobre dos goles de Valverde a raíz de sendos fallos del Milan.

A la búsqueda de solución para el gran enigma del curso, Ancelotti comenzó remodelando el esquema clásico de los últimos años para acomodar al recién llegado Jude Bellingham. También para intentar disimular el enorme vacío dejado por Benzema. Del 4-3-3, a un 4-3-1-2, o un 4-4-2 con los cuatro de en medio en rombo y el inglés por detrás de los dos delanteros, que en el primer tiempo fueron Brahim y Joselu. Por detrás de él, Kroos como pivote, con Camavinga a la izquierda y Valverde a la derecha.

En ese primer once, lo que mejor funcionó fue Bellingham. Desde su mirador situado en la zona central, contribuyó a elaborar con apoyos a los que construían por detrás. Pero sobre todo brillaba cuando se lanzaba hacia delante. Cuando encontró a Brahim dentro del área con un pase filtrado. Cuando disparó contra un defensa después de una combinación también con Brahim y un pequeño eslalom. Cuando dejó de cabeza para un tiro de Militão. El último en llegar parecía lo menos provisional de un equipo en el comienzo de su rodaje.

Sobre todo en la defensa, donde Mendy se convirtió en el principal surtidor de balones para el Milan, pérdida tras pérdida. A los italianos les bastaba con poco para desarmar la salida del Madrid. Y de un mal pase de Nacho salió la recuperación que terminó en el segundo gol de los italianos, un zurdazo a la escuadra de Lunin del ex del Mallorca Luka Romero. El primero había salido de otro desajuste de la zaga. Pulisic sacó un córner y Tomori cabeceó solo en el área pequeña, entre Militão y Nacho.

El Milan llegó al descanso con esa ventaja (0-2), aunque el Madrid había manejado más tiempo la pelota. Pero con poco filo, salvo lo poco que se juntaron Bellingham y Brahim. Apenas mostró amenaza por las bandas, por las que no llegaron Lucas Vázquez y Carvajal. Y Joselu resultó bastante invisible.

A Ancelotti le funcionó mejor la unidad que introdujo en la segunda parte, cuando entraron en los laterales Carvajal y Fran García, que agitó algo más la banda izquierda. Allí se encontró con Vinicius, que estrenaba el 7, y cambió el ataque con Rodrygo. Este espabiló al Madrid por la derecha, muy rápido de pies, siempre hacia el área. Hasta que apareció él en el campo, Sportiello no había necesitado realizar ninguna parada.

Al Real empezaba a funcionarle el ataque, pero los goles los encontró en errores del Milan, al revés de lo que había sucedido en el primer tiempo. El 1-2 fue un regalo de Sportiello, que dejó pasar bajo las manos un tiro muy lejano de Valverde. Los italianos entraron en unos momentos de desconcierto, que solo dos minutos después desembocaron en una pérdida que aprovechó el uruguayo para anotar el empate. El Milan perdió en un suspiro atolondrado lo que habían ganado en dos vahídos del Madrid.

El equipo de Ancelotti se había ordenado con los cambios, y sobre todo con la amenaza de los dos brasileños en ataque. Había regresado algo de la fantasía de los extremos, y los 70.000 espectadores del Rose Bowl, en su mayoría madridistas, entraron en ebullición con Vinicius. El brasileño no se afinó tan rápido como Rodrygo, cuyo efecto fue instantáneo. Le costó redescubrir los espacios, después de tres o cuatro caídas en las que parecía que le habían destrozado un tobillo, y luego no era nada.

El partido se resolvió con un clásico del Madrid recuperado en California, un automatismo que funcionó a ciegas. Modric lanzó un balón largo a la espalda de la defensa, Vinicius ganó la carrera, se quedó a solas con el portero y marcó. Una jugada de siempre para un desenlace acostumbrado: el Madrid empieza a andar con una remontada.

Ficha técnica

Real Madrid: Lunin; Lucas Vázquez (Carvajal, m. 46), Nacho (Alaba, m. 46), Militão (Rüdiger, m. 46), Mendy (Fran García, m. 46); Kroos (Tchouameni, m. 46), Valverde, Camavinga (Modric, m. 46), Bellingham (Nico Paz, m. 63); Joselu (Vinícius Jr., m. 46), Brahim (Rodrygo, m. 46).

Milan: Sportiello (Maignan, m. 70); Calabria (Saelemaekers, m. 70), Simic (Kjaer, m. 70), Tomori  (Thiaw, m. 70), Florenzi (Hernández, m. 70); Krunic (De Ketelare, m. 70), Loftus-Cheek (Adli, m. 70), Pobega (Reijnders, m. 70); Messias Jr. (Romero, m. 32), Colombo (Giroud, m. 70), Pulisic (Leao, m. 70).

Goles: 0-1, m. 25: Tomori. 0-2, m. 42: Romero. 1-2, m. 57: Valverde. 2-2, m. 59: Valverde. 3-2, m. 84: Vinícius Jr.

Árbitro: Timothy Ford. Amonestó a Romero en el Milan.

Estadio Rose Bowl, 70.814 espectadores.

Ambiente latino y colas de dos horas para entrar al Rose Bowl

Los Ángeles tiene una cierta forma de comportarse con sus eventos, distinta a lo que para muchos espectadores sería canónica. Ocurre con las películas o con los conciertos, y sucedió también en el Rose Bowl de Pasadena. Tras el himno de EE UU, el partido empezó con unos cuantos minutos de retraso y con lo que parecía un campo a medio gas. Pero es que aquí todo lleva otros tiempos. Las distancias son inmensas, los atascos son enormes, apenas hay transporte público y la velocidad es, en todo, diferente. Si aquí se come en los conciertos o se habla (bajito, pero se habla) en las salas de cine, al estadio se llega tarde, la gente se mueve entre los vomitorios y la comida se ve desde horas antes, dentro y sobre todo fuera. Fueron muchos quienes llegaron al Rose Bowl con horas de antelación para hacer pícnic en los prados que lo rodean y huir del calor del domingo en la ciudad. Además, así se evitaron las inmensas colas que acompañaron a los que trataban de acceder en coche (la inmensa mayoría) desde la ciudad. Los trayectos de 20 o 30 minutos desde Los Ángeles, situada más al sur, se convertían en ratoneras de dos horas o más para conseguir acceder, muy lentamente y rodeados de vendedores ambulantes, al aparcamiento de este campo con 101 años de vida. De ahí que, también, no fuera hasta bien entrada la primera parte cuando se vio el estadio repleto, sobre todo, de ambiente latino; al fin y al cabo, de los 10 millones de habitantes del condado de Los Ángeles 4,8, la mitad, son latinos, con barrios donde se supera el 96%. Los seguidores del Real Madrid, al menos por el color de sus camisetas, ganaban por amplia mayoría, y los dos goles seguidos de Valverde en apenas dos minutos fueron un estallido de júbilo mucho mayor que los del Milan. Informa María Porcel.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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