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El Barça se engancha a Mirotic

Los azulgrana exhiben repertorio ofensivo para tumbar al Madrid en el primer duelo de la final de la ACB: 97-88

Mirotic, ante Yabusele.
Mirotic, ante Yabusele.Enric Fontcuberta (EFE)
Juan Morenilla
ACB - final - jornada 1
Barça
Barça
97 88
Finalizado
Real Madrid
Real Madrid

El Barça aparcó el terremoto del caso Mirotic y golpeó primero en la final de la ACB ante el Madrid. La estrella azulgrana contribuyó con 14 puntos y siete rebotes a devolver el foco al juego. Y ahí el conjunto de Jasikevicius exhibió su amplio repertorio ofensivo (siete jugadores con 10 o más puntos, con Laprovittola al frente) para apuntarse el asalto inicial.

El envite había comenzado de color visitante. Un triple de Williams-Goss y un dos más uno de Tavares permitieron al Madrid dar el primer bocado (0-6). El Barça despertó con los tiros a media distancia de Vesely, a un par de palmos del coloso de Cabo Verde. Goss abrió el libro de las penetraciones y Mirotic se estrelló en su intento de anotar ante el corpachón de Yabusele (4-12). Saras zarandeó el banquillo y Abrines prendió la chispa con el primer bingo de tres, al que respondió Musa. Los blancos giraban alrededor de Tavares, que además de ser un imponente faro sabe mover los pies (16-17).

La agitación de Jokubaitis, la muñeca de Sanli y un esfuerzo extra en defensa permitieron a los azulgrana firmar la escalada (28-23) con un parcial de 17-5. La maquinaria del tiro exterior comenzaba a carburar en el Palau.

El Barça ya se había enchufado al triple y Kuric se unió al carrusel. Claro que no iba a quedarse atrás Sergio Rodríguez, bendecido en este último tramo de curso. Vesely continuaba percutiendo desde los cinco metros y Rudy dejaba también su sello desde el perímetro. El encuentro corría a muchas revoluciones y Satoransky cargó con la tercera falta personal mediado el segundo cuarto (37-33). Laprovittola apareció con cinco puntos seguidos en un Barça muy solidario, engordando el cesto de las asistencias. Y al fin llegó la primera canasta de Mirotic, en los morros de Tavares. La cita se desató y entró en un correcalles. Es decir, territorio Llull, pillo para encestar y para conectar a Yabusele: 47-50 en el descanso tras un meneo de 5-15.

Jasikevicius mantuvo la apuesta por Jokubaitis y Sanli, un perfil movido con el que buscar las cosquillas por fuera. Mirotic comenzaba a dar algunas señales de vida, aunque tímidas, aún lejos en la cancha del protagonismo que se había ganado en la víspera fuera de ella. En esa batalla que se vivía bajo los tableros Tavares cometió su primera falta cuando se apuntaba al ecuador del tercer cuarto. Las defensas tenían más peso que los ataques, seguramente para satisfacción de los entrenadores, y en cinco minutos de ese periodo el marcador apenas se movió unos centímetros (51-54). La alegría ofensiva había desaparecido. Las estrellas de los dos equipos botaban el balón con los grilletes puestos. Se buscaban revolucionarios. El Barça erraba ahora los triples que antes celebraba y al Madrid le lastraban las pérdidas. Mucho ajedrez en el Palau. Chus Mateo recurrió a su triplete de capitanes (Sergio Rodríguez, Llull y Rudy) y el Barça alcanzó la pausa por delante (63-61).

Chocaron los trenes, Mirotic contra Tavares, y del rebote salió el hispanomontenegrino con la tercera falta en la mochila. En la siguiente jugada, la estrella que se despedirá en los próximos días acertó con su primer triple. Son las últimas píldoras de un astro del que se esperaba un brillo mayor.

Quería correr el Barça, a lomos de Laprovittola. La tensión era máxima en el parquet y en los banquillos. Una técnica a Chus Mateo y la fiabilidad de Abrines para sumar de tres en tres permitieron al Barça ensanchar la brecha (74-64). Sergio Rodríguez tardó un pestañeo en responder y el Madrid recuperó a Tavares tras su descanso entre los suplentes. En esa encrucijada también Llull gritó ¡presente!, comodísimo en el final de la película.

Satoransky emergió sin miedo ante la muralla de Tavares. Por ahí también picaba Da Silva. El Barça lograba provocar lanzamientos forzados, rebotear y correr. El Madrid perdía pie con las pérdidas (80-70), sostenido por la fe de los eternos Chacho, Llull y Rudy. Mirotic cazó un rebote, salió al perímetro y conectó el triple (85-77). Los blancos cedieron en los tiros libres y el Barça, con 34 puntos en el último cuarto, manejó la ventaja sin excesivo sudor. Este domingo (18.30), en el mismo escenario, la segunda cita de la final.

BARCELONA, 97; REAL MADRID, 88

Barcelona: Satoransky (11), Laprovittola (19), Abrines (10), Mirotic (14), Vesely (10) —equipo inicial—; Kalinic (4), Da Silva (10), Paulí (0), Sanli (14), Kuric (3), Jokubaitis (2), Nnaji (0).

Real Madrid: Williams-Goss (9), Hanga (0), Musa (5), Yabusele (11), Tavares (15) —equipo inicial—; Rudy (7), Hezonja (9), Sergio Rodríguez (16), Causeur (2), Poirier (0), Llull (14). 

Parciales: 28-23, 19-27, 16-11 y 34-27.

Árbitros: Hierrezuelo, Perea y Caballero. 
Palau Blaugrana. 6.819 espectadores.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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