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Joel Embiid, el pívot que aprendió a encestar con un tutorial de YouTube, elegido mejor jugador de la NBA

El jugador de los 76ers, gran aficionado del Real Madrid, ha superado lesiones y se ha convertido en el máximo anotador de la liga estadounidense

Joel Embiid NBA
Joel Embiid, en un partido de abril de los Philadelphia 76ers contra los Brooklyn Nets.JUSTIN LANE (EFE)
Miguel Jiménez

El pívot de los Philadelphia 76ers Joel Embiid, seis veces All-Star, ha sido nombrado mejor jugador de la NBA de la temporada 2022-23, según ha anunciado este lunes la liga profesional de baloncesto estadounidense. El jugador nacido en Yaundé (Camerún) jugaba al fútbol de pequeño y era seguidor del Real Madrid. No empezó a jugar al baloncesto hasta que era un adolescente. Contó hace unos años que aprendió a lanzar a canasta con un tutorial de gente anónima en Youtube. Aprendió bien. En la temporada regular ha sumado 33,1 puntos por partido y ha sido el máximo anotador por segunda temporada consecutiva, algo que no lograba un pívot desde Bob McAdoo, hace casi medio siglo.

El jugador de 29 años y 2,13 metros de altura ha superado a los también finalistas Nikola Jokic, serbio, y Giannis Antetokoumpo, griego, y ha ganado el premio por primera vez en su carrera. En las dos temporadas anteriores, el mejor había sido Jokic y en las dos previas, Antetokoumpo. Es el quinto año consecutivo que la distinción no se la lleva un estadounidense de nacimiento. El último en lograrlo fue James Harden, ahora compañero de Embiid, que le ha abrazado junto al resto de jugadores de los 76ers al conocerse el fallo en el hotel de concentración del equipo en Boston, donde juega las semifinales de la Conferencia Este. “¡MVP!, ¡MVP!, ¡MVP!”, han coreado sus compañeros.

Embiid ha hundido la cabeza entre los brazos, emocionado. “Ha tardado mucho en llegar”, ha dicho luego. “He trabajado mucho. He pasado por muchas cosas. No hablo solo de baloncesto. Hablo de mi vida. De mi historia. De dónde vengo. Cómo llegué aquí y qué me costó estar aquí”, ha añadido.

Una historia de talento y superación

La de Embiid es una historia de cualidades naturales, talento y superación. Se crio jugando al fútbol y al voleibol en su Camerún natal y aspiraba a aprovechar su altura para convertirse en jugador profesional de voleibol e instalarse en Francia. Le sigue gustando el fútbol y es un gran seguidor del Real Madrid. Con frecuencia tuitea durante los partidos del club blanco: “Vaya partido. Hala Madrid”, escribió el pasado 21 de febrero cuando los blancos remontaron y ganaron 2-5 al Liverpool.

A los 15 años, sin embargo, empezó a jugar al baloncesto y fue descubierto en un campus en Camerún por su compatriota Luc Mbah a Moute, que por entonces era jugador de los Milwaukee Bucks. Mbah a Moute convenció a Embiid para viajar a Estados Unidos. “Cuando vine de Camerún a los 16 años, no sabía nada de inglés, no conocía a nadie en Estados Unidos, no entendía la cultura excepto el hip-hop básico. Y sé que la gente conoce más o menos mi historia, pero no creo que entiendan realmente lo loca que es. Porque yo solo había empezado a jugar al baloncesto, literalmente, tres meses antes de que me hicieran una oferta para ir a jugar al instituto en Florida”, contó hace unos años.

Se instaló en Florida y no encajó bien en el primer instituto. Sabía hacer mates, pero apenas botar o tirar a canasta. En el primer entrenamiento lo hizo tan mal que sus compañeros se reían de él y acabó llorando en el vestuario y preguntándose qué hacía ahí. “Cuando la gente dice que no puedo hacer algo, me encanta. Me dan muchas ganas de demostrarles que están equivocados. Así que me dije a mí mismo: muy bien, voy a trabajar y trabajar en el gimnasio hasta que sea bueno”.

Se cambió a The Rock School, un instituto de Gainesville el segundo año. Cuenta que mejoró rápido en el juego cerca del aro, pero seguía sin saber tirar a canasta. Le empezó a enseñar un compañero de equipo, pero no había forma de superarle, le fallaban los principios básicos. Así que una noche empezó a buscar en YouTube y cuenta que la búsqueda que le dio resultado fue “Gente blanca tirando triples”. “Esos son los tipos de los que aprendí en YouTube. Solo gente al azar tirando triples con una forma perfecta. (...) Fue una locura, porque conseguir algo de lanzamiento cambió todo mi juego. Los equipos ya no podían jugar contra mí y empecé a hacerlo mucho mejor. Sé que la gente va a pensar que exagero, pero es una historia real”, contó.

En su último año en el instituto lideró al equipo, que logró el campeonato estatal con 33 victorias en 37 partidos. Por entonces no era tan anotador. Tuvo numerosas propuestas de universidades y se decantó por la de Kansas, donde coincidió con el canadiense Andrew Wiggins, actual jugador de los Golden State Warriors. Se perdió las eliminatorias por una lesión y el equipo cayó eliminado.

Tras solo un año en la universidad, se declaró seleccionable para el draft de 2014, pero en una sesión de entrenamiento con los Cleveland Cavaliers, que tenían la primera elección, se lesionó de gravedad en un pie. Cleveland eligió a Wiggins y Embiid fue el tercero en ser seleccionado, por los 76ers. Los de Filadelfia ya contaban con que se perdería la primera temporada en el equipo, pero cuando estaba recuperándose sufrió una recaída y se pasó otra temporada en blanco.

No se rindió. El 26 de octubre de 2016 se convirtió en el tercer camerunés en debutar en la NBA, tras Ruben Boumtje-Boumtje y el citado Luc Mbah a Moute. Fue titular ante Oklahoma City Thunder en el primer partido de la temporada regular y logró 20 puntos, 7 rebotes y 2 tapones en 25 minutos de juego. Jugó a gran nivel y todo parecía encaminado para que se proclamase mejor novato del año cuando otra lesión, ahora de menisco, se cruzó en su camino.

Tuvo que esperar a la temporada siguiente, la 2017-2018, para volver a exhibir sus cualidades. Desde que en 2018 jugó el partido de las estrellas ha sido seleccionado cada año para esa cita, siempre como titular. Tomó el apodo de “el Proceso” en respuesta al estribillo de los seguidores de los 76ers durante la era de Sam Hinkie como director general, que era “confía en el proceso”.

Mientras los aficionados corean su apodo, él ha ido engordando sus estadísticas. Hay pocos jugadores tan completos y determinantes. En la pasada temporada ya se convirtió en el máximo anotador de la liga regular, algo que no conseguía un pívot desde Shaquille O’Neal en 2000. Al repetir este año, el precedente se remonta a 1976, con Bob McAdoo, el último pívot que fue el máximo encestador dos años seguidos.

Embiid es el quinto jugador de los 76ers, con los que tiene contrato hasta 2027, que consigue el MVP de la liga, uniéndose a Wilt Chamberlain, Julius Erving, Allen Iverson y Moses Malone. El camerunés es el séptimo jugador no nacido en Estados Unidos nombrado MVP desde la creación del premio.

Embiid y Harden han llevado a los 76ers a un balance de 54 victorias y 28 derrotas en la temporada regular, el mejor del equipo desde 2000-01. Los de Filadelfia, terceros cabezas de serie en los playoffs, han ganado esta semana en Boston el primer partido de las semifinales de la Conferencia Este contra los Celtics. Curiosamente, se han impuesto pese a la baja de su mejor jugador, baja por lesión en una rodilla.

Esta temporada, Embiid también ha sumado 10,2 rebotes y ha encestado un 54,8% de sus tiros de campo, la mejor marca de su carrera. Es el tercer jugador en la historia de la NBA que promedia al menos 33 puntos y 10 rebotes con un 54% de acierto en tiros de campo, junto a Chamberlain (MVP de 1965-66) y Kareem Abdul-Jabbar (MVP de 1971-72). Antetokounmpo y Jokic tenían también unas estadísticas envidiables.

En defensa, Embiid puso 1,7 tapones (séptimo de la NBA) y tuvo 1,0 robos de balón por partido en la temporada regular. Él y Jaren Jackson Jr., jugador defensivo del año, fueron los dos únicos jugadores de la liga esta temporada que promediaron al menos 1,5 tapones y 1,0 robos, pero en el caso de Embiid quizá no reflejan lo mucho que intimida en defensa.

Ha dejado partidos de los que rompen las estadísticas, como cuando en noviembre pasado, contra Utah Jazz sumó 59 puntos, 11 rebotes, 8 asistencias y 7 tapones. Ha superado los 50 puntos en tres partidos y los 40, en 13. Eso le ha hecho merecedor del título de mejor jugador de la liga, el segundo africano que lo consigue tras el nigeriano Hakeem Olajuwon en 1994. Ahora tiene otro reto: ganar el título de campeón de la NBA.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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