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El Barça gana la Copa del Rey de fútbol sala para secar las lágrimas de Lozano

El equipo azulgrana vence al Cartagena (3-4) en la prórroga y conquista la competición tras la nueva y grave lesión del capitán

Jordi Quixano
Waltinho trata de proteger el balón ante Carlos Ortiz durante la final.
Waltinho trata de proteger el balón ante Carlos Ortiz durante la final.Daniel Pérez (EFE)

Durante la arenga del técnico Jesús Velasco se quedó un poco al margen, entero, en silencio, con la procesión por dentro. Pero cuando ya vio que sus compañeros estaban a punto de salir a la cancha, justo cuando se descorchaba el espectáculo de luces previo a la final de la Copa del Rey, Sergio Lozano (Madrid; 34 años) se quebró, de nuevo lágrimas de dolor por lo que podía ser y no era, porque su rodilla derecha le había vuelto a jugar una mala pasada. Testarudo como es, el Búfalo no quiere acabar así su carrera, pues se niega a que la cuarta rotura de ligamentos en la articulación le exija abandonar el balón. Eso, dice estos días por el vestuario, lo decidirá él, ni que sea tocando una vez más la pelota con la zamarra azulgrana. Es el capitán, el que lo ha ganado todo y siempre quiere más, el ejemplo del camerino, también el compañero al que el Barcelona le dedicó su octavo laurel de la Copa tras apear al Jimbee Cartagena (3-4) en la prórroga, supremacía absoluta en la competición porque les siguen el Inter y El Pozo con dos.

Un día antes, en la semifinal ante el Mallorca Palma Futsal, Lozano acudió al quite en un lance del encuentro y el pie izquierdo no resbaló para que la rodilla derecha, esa que tanto tiempo le ha tenido a maltraer, volviera a crujir. Como le sucedió en 2015 en un duelo ante el Inter; como le ocurrió en el Mundial de Colombia un años después con la selección española; como le pasó en 2021 en un envite europeo frente al Prishtina de Kosovo; y como el sábado, momento en el que se derrumbó sobre el parquet y no pudo evitar el lloro desconsolado, pabellón helado y compañeros inquietos, drama ya vivido. Y, aunque faltan por hacerle las pruebas médicas definitivas -así lo decidió el jugador porque no quería que nada desconcentrara al equipo en su lucha por el trofeo-, Lozano y el galeno del Barça coinciden en que el diagnóstico es claro, que es la cuarta rotura. “Quien me conoce sabe que soy cabezón y que por más veces que me tire, lucharé con todas mis fuerzas por levantarme”, resolvió poco después y en las redes sociales el futbolista, ya acompañado de su mujer y digerida la lesión. “Pero es que realmente quiere volver”, señalan desde el club; “es una bestia y seguro que consigue volver de nuevo más fuerte”.

Quiso el Barça que Lozano se vistiera de corto para la final, pero no lo logró porque la normativa lo impidió, puesto que en caso de llegar a los penaltis no podría evitar lanzarlo en el hipotético caso de que no quedaran más jugadores por chutar. Por lo que se contentó con verlo desde detrás del banquillo y con recibir una calurosa bienvenida, un aliento más, del estadio cartaginés. También, claro, con el triunfo del Barça.

El primero en marcar, control de pivote orientado, giro y remate duro a la red, fue Ferrão. No tardó el brasileño en coger una camiseta con el nombre de Lozano para dedicárselo, agradecido y con la sonrisa en la boca en la grada junto a su mujer. Después fue Dyego, a escasos segundos del entreacto, el que hizo diana con una falta. Pero se enredó el choque para el Barça por la acumulación de faltas, por el tanto con el doble penalti de Motta y después con un tanto en propia puerta de Antonio. Ferrão volvió a remarcarse con un chut desde los 10 metros -ya hizo dos así en semifinales- pero Bebe cazó un balón a falta de un minuto y medio, un tanto que convocó a la prórroga y que explicó que en esta Copa el Jimbee Cartagena no se rinde jamás, pues ya igualó las semifinales en los últimos segundos para luego imponerse en los penaltis. Pero en este tiempo extra apareció Pito para batir a Raúl, para después abrazarse con su capitán, que se comía las uñas en las gradas. “Se ha sufrido pero demostramos que estamos hechos para ganar. Este título es para Sergio que seguro que vuelve más fuerte”, resolvió Pito al acabar la final.

No será una temporada memorable como la anterior para el Barça -que ganó todo menos la Copa del Rey- porque quedó manchada con la eliminación de la Champions antes de pisar la Final Four, también porque no pudo en semis de la Copa de España contra el Inter, entonces con el equipo descosido por las lesiones. Pero el Barça tiene la Liga casi en el bolsillo y esta Copa del Rey en el zurrón. Una alegría para soliviantar, también, la desgracia de Lozano. El Búfalo que espera resoplar, tozudo y profesional él, de nuevo en una cancha.

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