Rubén Baraja sustituye a Voro en el banquillo del Valencia: una leyenda para paliar la crisis

La baza de Voro no ha surtido efecto esta vez. La sexta experiencia del preparador de L’Alcúdia en la silla incómoda de Mestalla ha sido traumática. Tras mantener una reunión en Singapur con Miguel Ángel Corona y el director corporativo Javier Solís, Peter Lim ha activado el segundo cambio de entrenador de esta temporada, apartando a Voro, tras 15 días en el cargo, y sentando en el banquillo a Rubén Baraja, uno de los héroes del doblete del Valencia en el curso 2003-04, durante la etapa dorada de Rafa Benítez. Tras Gattuso y Voro, Singapur entrega un equipo en descenso, a falta de 17 jornadas por disputarse, al preparador de Valladolid, de 47 años, que firma hasta final de temporada. El Pipo Baraja, sin contar los seis periodos de transición de Voro como interino, es el décimo entrenador desde que Lim compró el club en noviembre de 2014.

Formado como técnico en la Academia de Paterna, donde preparó al Juvenil de División de Honor, la contratación de Baraja es arriesgada, ya que no entrena desde noviembre de 2021, cuando salió del Zaragoza, y su experiencia se reduce a la segunda división tras pasar por Elche CF, Rayo Vallecano, Sporting de Gijón, CD Tenerife y Real Zaragoza. Su figura, idolatrada por la afición, implica un componente sentimental que Singapur entiende que será útil para anestesiar a la grada, de uñas con el propietario. Una leyenda del doblete para paliar la crisis deportiva y las críticas a Lim.

La presidenta del Valencia CF, Layhoon Chan, y el director de fútbol, Miguel Ángel Corona, habían decidido jugarse el resto de la temporada con la carta Voro tras la dimisión de Gennaro Gattuso. El técnico de valenciano, habitual comodín de Meriton Holdings cuando el equipo entra en barrena, abandonó el 30 de enero su despacho en Paterna y se puso el chándal por octava ocasión desde que en 2008 sustituyó a Ronald Koeman para salvar al equipo del descenso. Con Peter Lim como propietario, Voro había realizado cinco campañas como el apagafuegos habitual del vestuario cumpliendo con su objetivo de reflotar el equipo.

A disgusto y consciente de sus limitaciones, por su inactividad como entrenador y su rol actual como Team Manager en un despacho, Voro aceptó el cargo “por un ejercicio de responsabilidad” y por temor a ser represaliado por Singapur con el despido si se negaba. En todas sus apariciones, tanto su lenguaje corporal como el verbalizado, exudaba rechazo. “Yo me llamo Salvador, pero eso no funciona así”, dijo a modo de epitafio, el sábado tras perder ante el Athletic en Mestalla. Su rueda de prensa en Girona, segundo partido en el que se sentaba en el banquillo, fue alarmante. “No puedo hacer más”, dijo el preparador valenciano. Esa frase y otras similares empujaron a Layhoon Chan y a Corona a valorar un nuevo cambio en el banquillo, conscientes de que se habían equivocado entregándole el equipo a un técnico que ni lo quería ni estaba preparado para manejarlo durante 20 jornadas de liga.

Las tres derrotas seguidas de Voro, ante Real Madrid, Girona FC y Athletic Club, llevaron a Corona a organizar una selección de aspirantes contra el crono. El director técnico se entrevistó con el entorno de Vicente Moreno, actualmente en el Al Shabab, de la liga saudí, y comió el jueves pasado con Rubén Baraja y el hijo del agente Manuel García Quilón, Roberto, en un restaurante de València. Al mismo tiempo, diferentes intermediarios que trabajan con Singapur sondearon, entre otros, a Abel Ferreira, técnico portugués del Palmeiras, según publicó la prensa brasileña, y al ex de River Plate, Marcelo Gallardo.

Finalizado el sondeo de entrenadores disponibles, la presidenta Layhoon pidió audiencia con el gobierno central del Valencia en Singapur y el domingo por la tarde, vía Múnich, Corona y Solís viajaron a la república asiática. La solución se anunció este lunes a la una de la tarde, las ocho en Singapur. Las circunstancias personales y económicas de cada candidato cerraron el círculo en Vicente Moreno y Rubén Baraja, elegidos por Corona. Lim tomó la decisión de mantenerse al margen y validó la opción con mayor carga sentimental y menor coste económico. Baraja estaba sin equipo, su caché es menor, no reclamaba dos temporadas y media de contrato como Moreno y, además, no había que pagar por su fichaje tal y como sucedía con el de Massanasa, con contrato en vigor en el Al Shabab. El vallisoletano llega al banquillo acompañado, como segundo entrenador, por otro héroe del doblete como Carlos Marchena. Se espera que ambos se pongan a entrenar inmediatamente para preparar el duelo ante el Getafe del próximo lunes.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.