Pablo Barrios, ‘el presidente’ de Simeone

En tiempos de zozobra, la cantera siempre es un elemento de agitación de la competencia interna. Con esa intención, Diego Pablo Simeone tiró de Pablo Barrios (Madrid, 19 años) semanas antes de la llegada del parón mundialista. Fuera de Europa, y con la Liga medio perdida, Simeone decidió subir al primer equipo al canterano de la Academia del Atlético que estaba en boca de todos. Un interior con panorama, trabajo y buen pie para pasar y definir. “Ojo, que este va a llegar”, le auguró Fernando Torres a un dirigente del Atlético que fue a felicitar al chaval un día después de que Barrios ofreciera una exhibición en Valdebebas con el juvenil rojiblanco en la Youth League. “Es diferente”, suele decir Torres como garante de la esperanzadora carrera que se le augura al que fuera su pupilo en el juvenil. Los dos goles que marcó aquella tarde en la que fue su casa no solo supusieron la revancha personal del chico. Simeone inició una cuenta atrás para darle la alternativa que se aceleró con la crisis de resultados que padeció su equipo entre octubre y noviembre.

Criado en la Escuela Deportiva Moratalaz, Barrios fue captado por los ojeadores del Real Madrid en 2011. De benjamines hasta infantiles, categoría en la que fue cortado, se desempeñó como central. “Jugador polivalente e inteligente en la colocación. Es un central muy participativo en todas las acciones que juega al primer toque. Saca el balón desde atrás y hace jugar a los demás. Defiende bien la portería al despejar con facilidad los balones de los rivales y es muy trabajador en las tareas defensivas”, le definían los informes de los técnicos blancos publicados en la web del club. “No acababa de convencer, en el Madrid tenía dudas y él tampoco estaba del todo contento”, recuerda Armando de la Morena, extécnico de las categorías inferiores del Atlético y uno de los mejores conocedores de la cantera rojiblanca.

“Tiene mucha personalidad. El año pasado murió su madre, a la que había prometido que sería jugador profesional, y no se derrumbó. Otro chico podría haber entrado en una depresión o haber sufrido un bajón y con él no sucedió”, prosigue De la Morena. Barrios sigue viviendo en Moratalaz junto a su padre y su hermana mayor. El viernes estuvo con sus amigos a los que relata la confianza que le ha transmitido Simeone para que despliegue todo su fútbol. “A mí me regala botas cuando le pido. Le están atosigando mucho y es normal, pero Pablo tiene carácter, es un líder que sabe soportar la presión. No me extraña verle dar órdenes a los del primer equipo. En el Real Madrid era el capitán y en el juvenil del Atlético le llamaban el Presi por lo que mandaba. A todos nos extrañó que no siguiera en el Madrid y a él también”, cuenta David Romero, vecino, amigo y excompañero de Barrios en el Moratalaz.

“Le venimos siguiendo desde hace tiempo, no entrenó mucho con nosotros porque estaba con el juvenil, pero sabíamos que había cosas importantes. No hay edades, sino jugadores que entienden el juego, que tienen personalidad y hay que saberlos llevar en un camino que tiene un futuro prometedor. Hace mucho que un jugador de la cantera no viene con nosotros a este nivel”, le elogió Simeone el pasado miércoles tras el partido copero en Oviedo en el que Barrios hizo el segundo gol del Atlético.

“Acaba las temporadas con muchas asistencias y con goles, en el último tercio es un jugador que puede ser definitivo. Me recuerda al primer Koke, aunque quizá con un poco menos de trabajo”, matiza De la Morena. Koke es uno de los referentes de Barrios y su irrupción puede suponerle ser la competencia directa de su ídolo. En todas las pruebas que Simeone ha realizado con vistas al partido de esta noche contra el Barcelona, Barrios ha figurado en el once. En la sesión del viernes, Simeone estuvo muy encima de él. “¡Si vas, vas de verdad!”, le gritaba el técnico mientras ensayaba la presión sobre la salida del balón que practica el conjunto de Xavi. El técnico argentino está tan ilusionado con el chico como la hinchada. La cantera también es un reactivador de sentimientos en medio del guerracivilismo que se vive en el Metropolitano.

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