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Mercedes afila sus flechas en Brasil

Russell y Hamilton monopolizan la línea delantera en Interlagos en busca de un primer triunfo con efecto redentor

George Russell y Lewis Hamilton celebran después de conseguir los primeros puestos la clasificación en el GP de Brasil este sábado.
George Russell y Lewis Hamilton celebran después de conseguir los primeros puestos la clasificación en el GP de Brasil este sábado.Andre Penner (AP)
Oriol Puigdemont

Mercedes llega tarde a la cita con Red Bull, ya campeón del mundo con Max Verstappen desde hace semanas, pero no ha levantado el pie del acelerador en ningún momento, conscientes como son sus responsables de la ventaja que supondrá su empeño con vistas al curso que viene. Tras un arranque de año de pesadilla, provocado por un diseño demasiado agresivo, la marca de Stuttgart ha ido de menos a más, afilando poco a poco sus Flechas de Plata, que este domingo (19:00 horas, Dazn), en Brasil, dispondrán de una oportunidad inmejorable para estrenar su casillero de victorias. Tras llevarse este sábado su primera carrera al esprint, George Russell saldrá desde la pole en Interlagos, donde estará escoltado por Lewis Hamilton, su vecino de taller. Esta es la primera vez que la escudería con sede en Brackley (Gran Bretaña) copa la primera línea de la parrilla desde el Gran Premio de Arabia Saudí de la temporada pasada. Carlos Sainz cruzó la meta el segundo en la última de las carreras cortas de este 2022, pero una penalización de cinco posiciones por cambiar elementos del motor de su Ferrari le llevará a arrancar el séptimo. Fernando Alonso, por su parte, terminó el 15º, condicionado por un roce con Esteban Ocon, “nuestro amigo”, como irónicamente definió el asturiano a su compañero, por la radio, en el momento del incidente.

Mercedes ha pillado carrerilla y la inercia que lleva pone a Ferrari entre la espada y la pared. La estructura alemana da la impresión de estar tan centrada como perdida parece la italiana, que va de charco en charco a pesar de disponer del monoplaza más equilibrado de todos durante el primer cuarto de calendario. Hay estadísticas de lo más significativas. Que los cuatro triunfos de los de Maranello (tres de Charles Leclerc y uno de Sainz) puedan no ser suficientes para lograr el subcampeonato frente a un rival que aún no ha ganado una sola prueba es el mejor reflejo de la tremenda inconsistencia de la Scuderia, lastrada por una infinidad de meteduras de pata a nivel estratégico, que han dejado vendidos a sus pilotos día sí, y día también. En las últimas dos carreras y media (Austin, México y la esprint de Brasil), Mercedes le ha recuperado 31 puntos en la tabla reservada a los constructores, dejando la diferencia entre ambos en solo 36 puntos, a falta de dos grandes premios para que el certamen ponga el cerrojo, la semana que viene, en Abu Dabi.

La segunda plaza final en la clasificación de fabricantes no solo simbolizaría de manera brillante la recuperación del equipo germano, sino que, además, le reportaría un plus económico en concepto de premios. “Hemos trabajado muy duro desde el principio. En ningún momento pensábamos que podríamos llegar a estar en esta posición. Pero la gente no se ha rendido en ningún momento”, valora Hamilton, que actualmente figura el quinto en la cuadrícula general, a 17 puntos de su compatriota y compañero, que en la antesala del plato fuerte se deshizo de Verstappen (saldrá el tercero), limitado el neerlandés por la elección de las gomas –optó por la especificación media, un error–, y que sigue en busca de su primer gran domingo. “Estamos en una situación de privilegio”, advierte Russell.

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