El paso adelante de Erik Lamela en el Sevilla

“Lamela es ordenado y muy profesional, menos caótico que algunos de sus compañeros argentinos”, señalan fuentes del Sevilla en torno a Erik Lamela, el futbolista más en forma de este Sevilla que se enfrenta al Madrid (21.00, Movistar) hoy en el Bernabéu. El delantero presenta a sus 30 años una dilatada carrera en el fútbol europeo. La sombra de ser un eterno niño prodigio no ha dejado de acompañarle desde que a los 12 años jugara un torneo en España en las filas del River Plate. Tras dejar atrás numerosas lesiones, golea y brilla en el Sevilla a las órdenes de Jorge Sampaoli.

Lamela deslumbró en aquel torneo celebrado curiosamente en Galicia, donde nacieron sus abuelos. Este gallego ahora andaluz recibió entonces la propuesta del Sevilla para hacerse con sus servicios. Tenía 12 años. Con esa misma edad descartó otra propuesta del Barcelona, que le ofrecía un contrato y la posibilidad de formarse en La Masia. Sus padres decidieron que era mejor quedarse en Argentina. “Primero la escuela”, afirmaron. Tras 36 partidos en el River Plate, Lamela fue traspasado a la Roma.

Dos años a gran nivel en el conjunto italiano le abrieron las puertas del Tottenham, que pagó 30 millones de euros. En la capital de Italia le llegaron a comparar con Totti. En Londres, una lesión de cadera lastró su rendimiento, bastante irregular en la Premier. La carrera de la eterna promesa del fútbol argentino volvió a detenerse. Lamela era una vieja aspiración de Monchi, el director deportivo del Sevilla, que no dudó en aceptar la propuesta del Tottenham de incluirlo en la operación de venta de Bryan Gil en el verano de 2021 (30 millones y el argentino a cambio del canterano). “En Inglaterra sufrió las consecuencias de un traspaso millonario. Me sorprendieron sus ganas por triunfar en el Sevilla”, destacó el director deportivo al inicio de la pasada temporada.

Lamela llegó a ser el máximo goleador de la Liga en el inicio de un curso altamente prometedor, en el que anotó tres tantos en las dos primeras jornadas, ante el Rayo Vallecano y el Getafe. En las 13 primeras jornadas, que jugó de manera consecutiva, el Sevilla ganó ocho partidos, empató tres y perdió solo uno. Hasta que un hombro crujió. Lamela se lesionó en el mes de noviembre y regresó al equipo en marzo. Perdió casi todo el año. Pero no se vino abajo. El argentino encaró la pretemporada como un cohete después de pasar las vacaciones con Acuña, su mejor amigo en la plantilla. Ha recogido los frutos a su gran trabajo. “Es el futbolista más en forma que tenemos”, recalcan en el Sevilla.

A Sampaoli le ha seducido su polivalencia. Lo utiliza en cualquier puesto del ataque incluso de delantero centro, como en Mallorca (0-1 para el Sevilla), por su poca confianza en los tres puntas del equipo: Mir, En-Nesyri y Dolberg. Ante el Valencia, Lamela salió en la segunda mitad y marcó un gol de puro nueve. Suma ya dos en esta campaña tras el que le hizo al Espanyol en el otro triunfo andaluz de la temporada (2-3).

Sampaoli lo ha entendido: Lamela es el único que le genera superioridades por el centro y capacidad para profundizar. El mediapunta es el segundo jugador de campo que más partidos ha jugado (12), solo superado por Telles e Isco. Además, es el segundo goleador con dos dianas. “Aprieta coco, sin miedo”, le suele gritar Sampaoli.

Jugador básico para el entrenador de Casilda, lo era también para Julen Lopetegui antes de que su hombro se fracturara y de que el vasco fuera destituido. Ante el Madrid, contra el que solo ha jugado un partido, el curso pasado con derrota y un gol (2-3), tendrá la oportunidad de volver a ser importante para el Sevilla y soñar con jugar el Mundial con Argentina. 25 veces internacional y con tres goles anotados, lleva tres años sin ser convocado por la selección albiceleste. Lamela se ha convertido en el arma más importante de un Sevilla que llega a Madrid con las bajas de Acuña, Corona, Salas, Nianzou, Rekik y Fernando. El equipo andaluz es el 12º clasificado, con 10 puntos.

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