Así venció el Real Madrid al Barcelona: bloque bajo y Valverde volando por todo el campo
Los blancos se imponen en el clásico del Bernabéu gracias al poderío del uruguayo y la buena defensa colectiva ante un equipo que remató 18 veces
El Real Madrid se llevó el clásico ante el Barcelona gracias a su eficacia en las dos áreas, siendo tremendamente contundente en ataque, y con una gran solidez en defensa, a pesar de que no contaba con su guardameta titular, Thibaut Courtois. Su sustituto, Andry Lunin, tuvo bastante trabajo durante el partido, pero el meta ucranio terminó con un solo gol encajado, menos de lo esperado según los datos.
Según Stats Perform, el equipo azulgrana ha tenido 2,26 goles esperados en relación con las ocasiones de las que ha gozado en el partido, sobre todo una muy clara de Lewandowski en el minuto 25 que hubiera supuesto el empate a uno. El Madrid, en cambio, solo ha tenido 1,44 goles esperados, y ha acabado consiguiendo el doble. El último tanto de Rodrygo de penalti ha disparado la estadística de su equipo, que hasta ese momento tenía 0,6 goles esperados.
Esta variación de las estadísticas con la realidad se debe en gran parte a que el Real Madrid ha rematado en ocho ocasiones, cuatro de ellas a puerta, por las 18 de Barcelona, cinco a portería. Lewandowski ha sido el jugador que más ha buscado el gol, con seis disparos en total, dos a puerta, pero más allá de su ocasión errada en la primera parte, no ha tenido otra oportunidad tan clara. Doce de los remates del Barcelona han sido desde dentro del área, más seis disparos lejanos de los cuales ninguno ha ido a portería.
El Barça pagó su falta de puntería ante un equipo tremendamente acertado. Ter Stegen llegaba al encuentro con la mayor racha de imbatibilidad de su carrera, pero Benzema paró su contador en 636 minutos. El portero alemán ha encajado tres goles en cuatro disparos a puerta, deteniendo solo un remate. La jugada del tanto de Valverde tenía unas probabilidades de acabar en gol de 0,11, dada la lejanía del remate y la cantidad de jugadores en el área.
Aunque los 18 disparos del Barcelona parezcan ocasiones de sobra para acabar con más goles, el Madrid no se ha visto asediado en ningún momento. El conjunto blanco ha empleado la fórmula que mejor resultado le da en los partidos grandes: una buena defensa en su propio campo y unos extremos veloces que castiguen a la contra. Sin necesidad de vivir perpetuamente en la frontal del área contraria, los de Ancelotti han protegido a Lunin y han tenido muy vigilado a Lewandowski. Kroos se ha colocado muy cerca de Tchouameni para formar un doble pivote e impedir que los mediocentros del Barcelona estuvieran cómodos. El posicionamiento medio de los de Ancelotti ha sido bastante más atrasado que el del Barcelona, con Benzema lejos del área de Ter Stegen, mientras que Lewandowski se ha mantenido muy cerca de la frontal.
Donde más claro se observa esta situación es en la posición media de las defensas. La línea de centrales del Barcelona se ha pasado el partido prácticamente en el centro del campo, intentando mantener el bloque unido. Tan solo Balde, Eric García y Koundé tienen una posición media en su propio lado del campo, con el resto del equipo al otro lado de la línea divisoria. El Madrid ha sido todo lo contrario. Benzema, Valverde y Vinicius son los únicos que aparecen situados en campo contrario, con Modric posicionado justo en el vértice. El resto, bien juntos, formando un bloque compacto que no tenía miedo a echarse para atrás. La posición media de Militão lo sitúa casi en la frontal de su área, lo que refleja las pocas aventuras que ha tenido la defensa blanca.
Pero con espacios, el Madrid ha sido un martillo cada vez que ha podido salir con Vinicius o Valverde. A pesar de que el equipo se encontraba lejos del área, los dos extremos han lanzado los vertiginosos contraataques que han acabado en los goles de su equipo. Una carrera de Vinicius desembocó en el tanto de Benzema que abría la lata. Valverde, la figura del clásico, anotó el segundo llegando por dentro y fue clave en el tercero con una carrera de área a área para asistir a Rodrygo, que acabó provocando el penalti.
El uruguayo fue el factor decisivo para sostener al Madrid. Enfrente, Xavi intentó una maniobra arriesgada cambiando el rol de Dembélé para que se moviera más por dentro y dejara la banda a Balde primero, y Jordi Alba después. El francés tiene una posición media muy cercana a la de Lewandowski ya que se movió por todo el frente del ataque, pero no encontró el hueco para desbordar ni rematar.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
