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Vettel se retira: “Mis metas han pasado de ganar carreras a querer ver crecer a mis hijos”

El alemán, con el cuarto mejor palmarés de la F1, colgará el mono a final de curso y ante el aplauso general de sus rivales

Sebastian Vettel, el pasado domingo en el circuito francés de Paul Ricard.Foto: DPA VÍA EUROPA PRESS (DPA VÍA EUROPA PRESS)
Oriol Puigdemont

Fiel a ese estilo que siempre le hizo distinto al resto de pilotos de la parrilla de Fórmula 1, Sebastian Vettel no se creó un perfil de Instagram, la plataforma que ha hecho todavía más millonarios a la mayoría de sus rivales, hasta el día que anunció su retirada. El día elegido para ambas cosas que fue este jueves, en la previa del arranque del Gran Premio de Hungría, la última cita antes del parón veraniego. A sus 35 años, el alemán dejará el Mundial tras 15 temporadas, de las que sobresalen las cuatro entre 2010 y 2013, en las que encadenó los cuatro títulos mundiales que figuran en su hoja de servicios, y cuatro de los cinco de los que presume hasta ahora Red Bull.

Tras unos inicios vinculados a BMW, el corredor de Heppenheim se convirtió en el principal exponente del Red Bull Junior Team, que le fogueó en Toro Rosso, su segunda escudería, donde en 2008 se convirtió en el ganador más precoz de siempre (Monza). Inmediatamente promocionó al primer equipo en 2009, un curso antes de su primer entorchado (2010), que todavía le subraya como el campeón más joven que ha existido. Junto a la tropa de Milton Keynes escribió una de las etapas más dominantes que ha dado el certamen, en la que sumó 38 victorias de las 53 que acumula, y 44 ‘pole position’. El zarandeo en el reglamento que dio entrada a los motores híbridos (2014) propició que Mercedes le arrebatara la hegemonía a la marca energética y le llevó a cambiar de aires.

Ferrari le reclutó (2015) para sustituir a Fernando Alonso, por más que los seis ejercicios que completó vestido de rojo no le dieran para lograr la corona, el objetivo que se había marcado ‘Il Cavallino Rampante’ con su contratación. Casualidad o no fue otro español, Carlos Sainz, quien le dejó sin asiento en los bólidos rojos (2021) y le empujó a firmar por Aston Martin (2021), donde en ningún momento se encontró a gusto habida cuenta de que el propietario de todo el tinglado es Lawrence Stroll, el padre de Lance, su vecino de taller.

Convencido de que el mundo que le espera lejos del ‘paddock’ puede ser tan o más apasionante que el que ha vivido dentro de él, el conocido como ‘Baby Schumi’, por su admiración y estrecha relación con Michael Schumacher, se irá con todos los honores y como el cuarto mejor corredor de la historia si tenemos en cuenta que sus logros le sitúan en el mismo plano que Alain Prost –pero con dos victorias más que el francés–, y solo superado por los siete títulos de Schumacher y Lewis Hamilton, y por los cinco de Juan Manuel Fangio.

“Adoro este deporte, que ha jugado un papel central en mi vida desde que recuerdo. Pero ser un piloto de carreras no ha sido mi única identidad. Creo que eso lo define cómo tratamos a los demás”, se arranca Vettel, en un discurso mucho más humano que deportivo, sin ninguna marca o patrocinador a la vista, y sin hacer mención alguna a sus distintas etapas deportivas. “Soy Sebastian, padre de tres hijos y marido de una mujer maravillosa. En paralelo a las carreras he formado una familia y me encanta estar rodeado de ella. Mis metas han cambiado, y han pasado de ganar carreras y pelear por títulos, a querer ver crecer a mis hijos, ayudarles a levantarse cuando se caigan y aprender de ellos”, reconoce el piloto, un auténtico ‘rara avis’ por su por los valores que se esfuerza en transmitir.

Estamos hablando de alguien que no tiene ningún problema en reconocer las contradicciones que le han atormentado últimamente, a raíz del compromiso que ha adquirido con las cuestiones relacionadas con el medio ambiente. Lo verbalizó en ‘Question Time’, un programa de debate de la BBC en la que Vettel se autodefinió como “hipócrita”, por defender la causa climática subido a un monoplaza que quema combustible en cantidades industriales, y que le obliga a desplazarse en avión por todo el mundo.

“Le echaremos de menos después de tantos años. Seb es un gran campeón y una gran persona, con unos valores muy potentes y una gran familia, que seguramente ha tenido una influencia importante en esta decisión”, le piropeó Fernando Alonso, con quien se jugó, hasta la última prueba, los campeonatos de 2010 y 2012. “Verle irse te lleva a pensar que a todos nos llega nuestro momento. La F1 te exige mucho a todos los niveles, de modo que ahora le toca disfrutar”, prosiguió Max Verstappen, desde Budapest. “Sebastian fue un modelo en el que me reflejé cuando comenzaba a correr”, terció Carlos Sainz, que coincidió con el protagonista del día en Hungaroring, cuando el madrileño formaba parte del Red Bull Júnior Team, y le tenía como ejemplo de éxito. “Yo era piloto de simulador, pero siempre me ayudó. Es un gran embajador de nuestro deporte. No encontraréis a nadie que hable mal de él, como piloto y como ser humano, y eso es muy difícil”, remachó el de Ferrari. “Ha sido un honor poder llamarte rival, pero todavía mayor el considerarte un amigo. Dejar este deporte mejor de cómo estaba cuando llegaste es siempre la meta”, remachó Lewis Hamilton, otro con quien Vettel se las tuvo tiesas.

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