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Eurocopa Femenina 2022 - Grupo a - jornada 1
Inglaterra
Inglaterra
Beth Mead 16'
1 0
Finalizado
Austria
Austria

La fiesta en el estreno de la Eurocopa femenina la pone el público con un récord de asistencia en el torneo

68.871 espectadores ven en Old Trafford la victoria sin brillo de Inglaterra ante una Austria menor

Lorenzo Calonge
Beth Mead supera por alto a la portera austriaca, Manuela Zinsberger, en la acción del 1-0.
Beth Mead supera por alto a la portera austriaca, Manuela Zinsberger, en la acción del 1-0.CARL RECINE (REUTERS)

Old Trafford lleno, récord de asistencia en una Eurocopa femenina de fútbol (68.871 espectadores; el absoluto fueron los 91.648 del Barça-Wolfsburgo) y victoria de Inglaterra. La fiesta estuvo más en la grada que en el campo, escenario de un encuentro inaugural que se desarrolló sin grandes luces con la pelota por medio. La anfitriona, uno de los equipos que arrancan la cita con el cartel de favorita colgado al cuello, resolvió en mate su puesta de largo en un lugar muy imponente que respondió a la llamada de las suyas. En el césped, sin embargo, no hubo mucho de Inglaterra ante una Austria de corte menor que apenas se sintió viva al inicio y en sus aproximaciones finales. Solo la inquietud del marcador le puso algo de intriga a la noche.

INGInglaterra
Inglaterra
1
Mary Earps, Millie Bright, Leah Williamson, Rachel Daly, Lucy Bronze, Beth Mead, Lauren Hemp, Keira Walsh, Fran Kirby, Georgia Stanway y Ellen White
AUS Austria
0
Austria
Manuela Zinsberger, Carina Wenninger, Viktoria Schnaderbeck, Laura Wienroither, Verena Hanshaw, Sarah Zadrazil, Laura Feiersinger, Sarah Puntigam, Katharina Naschenweng, Barbara Dunst y Nicole Billa
Goles 1-0 min. 16: Beth Mead.
Árbitro Marta Huerta de Aza

A la España doliente y huérfana de Alexia Putellas le toca el turno este viernes contra Finlandia (18.00, TVE) y, si supera la primera fase (pasan dos de cuatro), se cruzaría con las clasificadas del grupo A, donde además de Inglaterra y Austria están Noruega e Irlanda del Norte.

Por su potencial y condición de gran aspirante, nadie duda de la candidatura de Inglaterra a levantar el trofeo en Wembley. Y al cuarto de hora dejó una de esas señales que distinguen a las favoritas: marcar sin llegar a merecerlo. Había comenzado con mejor pinta Austria, aunque sin ocasiones, y las locales solo se habían acercado con dos cabezazos inofensivos. Pero la primera que tuvieron las Leonas terminó dentro. Encontró un boquete por el centro y Beth Mead se vio frente a frente con la portera, Manuela Zinsberger, a la que le picó la pelota. Para cuando quiso sacarla Wenninger, el balón ya se había colado, como le chivó al segundo la tecnología a la árbitro española Marta Huerta de Aza.

El zarpazo amilanó a las centroeuropeas, que tardaron un mundo en volver a acercarse a la otra orilla. A partir de entonces, la noche pasó a estar bajo control inglés y las muchachas de Sarina Wiegman (neerlandesa que hizo campeona de Europa en 2017 y subcampeona del mundo en 2019 a su país) pudieron mostrar otra de sus características que entronca con el fútbol de toda la vida en las islas: el juego aéreo.

Los balones colgados a Ellen White resultaron constantes hasta el descanso. Se la puso de maravilla Hemp desde la izquierda y la goleadora británica remató como nadie se esperaba en Old Trafford, fuera con todo a favor. Y cinco minutos después, otro balón flotante le quedó lejos a la atacante del City en medio del monólogo inglés. La mejor opción de sentencia antes del intermedio, eso sí, no llegó por arriba, sino por abajo, en un mano a mano que Zinsberger le sacó a Hemp. Una intervención de gran mérito para mantener a su equipo atornillado al duelo pese a la extinción de su ataque.

La pausa no cambió mucho el paisaje en Mánchester. Más control local, siempre con ese ritmo lento, algo cansino, y muy poco de Austria. La carga ofensiva de Inglaterra también bajó el pistón, así que la seleccionadora inglesa operó sin contemplaciones: fuera Mead, la goleadora, y White, la gran referencia atacante.

Sin embargo, el efecto estuvo lejos del esperado. El juego se fue diluyendo, Inglaterra perdió presencia, ya no tenía la amenaza por el aire y, en esa confusión y con el inquietante paso de los minutos, Austria sintió que se le abría una puerta. La tuvo Dunst a 10 minutos del final con un disparo peliagudo que sacó bien Earps, exigida luego en otro disparo desde la frontal. Una carga a la que Inglaterra respondió con más fútbol control para amarrar el debut en medio de la fiesta, que sumó otra cifra récord de público a un partido de fútbol practicado por mujeres, esta vez en una Eurocopa. No sobran los estadios de campanillas en esta cita, pero Old Trafford se puso de tiros largos para acoger el estreno.

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