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Segunda oportunidad para Simeone

Tras el fiasco de la última temporada, las estrecheces económicas del Atlético fuerzan al técnico a volver a confiar en el bloque con el que no cumplió las expectativas el curso pasado

Axel Witsel (derecha) disputa el balón a Gareth Bale durante el Galés-Bélgica de la Liga de las Naciones disputado el pasado 11 de junio en Cardiff.
Axel Witsel (derecha) disputa el balón a Gareth Bale durante el Galés-Bélgica de la Liga de las Naciones disputado el pasado 11 de junio en Cardiff.DPA vía Europa Press (Europa Press)
Ladislao J. Moñino

Las estrecheces económicas del Atlético de Madrid van camino de concederle una segunda oportunidad a Diego Pablo Simeone y a gran parte del calificado como mejor plantel de la historia de resarcirse de su mediocre última temporada. Entrenador, jugadores y dirigencia admiten que el nivel de la plantilla campeona de la Liga 2020/21, reforzada con Griezmann, De Paul y Cunha, daba para algo más que para descolgarse en noviembre de la pelea por el título liguero, lograr un apurado tercer puesto, caer en octavos de final de la Copa y salvar la honra alcanzando los cuartos de la Champions. Simeone debe afinarse para encontrar la tecla con la que no dio el curso pasado y sus futbolistas deben elevar el rendimiento individual y colectivo.

Excedido el club en el gasto salarial por los 85 millones de pérdidas que generó en las arcas el impacto de la covid, el control económico de LaLiga obliga al Atlético a aplicarse la norma del tres por uno. Es decir: solo un tercio de sus nuevos ingresos puede ser destinado a fichajes en un presupuesto en el que la masa salarial del cuerpo técnico y de la plantilla, que sobrepasa los 300 millones de euros, supone dos tercios del total.

Bajo esa asfixiante condición financiera, y a dos semanas de iniciarse la pretemporada, Simeone solo cuenta por el momento con la incorporación del mediocentro belga Axel Witsel (33 años), aún no oficializada, y los regresos forzosos de Saúl y Álvaro Morata. El primero percibe unos siete millones de euros netos y el segundo se acerca a la decena. Saúl, sin mercado, regresa de su cesión al Chelsea con el objetivo de reencontrarse con el jugador que fue. En el club deslizan un entusiasmo en el jugador que será puesto a prueba si Simeone le orilla al lateral izquierdo. Cuando se marchó a Londres se conformaba con que le dejaran entrenarse como centrocampista, aunque luego también Tuchel le utilizara en más de una ocasión como carrilero.

El caso de Morata es más peliagudo aún. En el Atlético dan por hecho que se quedará una vez que se han cumplido los plazos para que la Juventus ejerciera la opción de compra de 35 millones de euros. Ni el delantero tenía como primera opción su regreso ni tampoco el entrenador. A uno y otro no les quedará más remedio que aceptarse si el mercado así lo depara. El club esgrime su condición de que será el nueve de España en el próximo Mundial para avalar su permanencia. El problema es que Morata ha alcanzado ese rol de incuestionable en la selección por la cofianza ciega que le ha mostrado Luis Enrique. En este Atlético le espera la competencia de João Félix, Griezmann, Correa y Cunha.

Witsel es un viejo objetivo de la dirección deportiva rojiblanca de cuando jugaba en el Benfica. Como con Luis Suárez en sus tiempos del Liverpool, el club no pudo afrontar su contratación porque su valor de mercado lo marcaron los 50 millones de euros que pagó el Zenit de San Petersburgo. Entrado en la recta final de su carrera, el centrocampista belga llegará libre tras finalizar su contrato con el Borussia Dortmund.

Witsel como realidad

Bajo esos parámetros está obligado a moverse este verano el director deportivo, el italiano Andrea Berta. Sin concretarse aún el fichaje pese a lo avanzado de las negociaciones, en el club todavía hay quien teme que una oferta superior de última hora de un club inglés pueda deparar otro caso como el de Boubacar Kamara (22 años). Éste, destacado en el Marsella como una de las grandes promesas del fútbol francés, era la primera opción para ser el mediocentro que compitiera con Kondogbia. También quedaba libre y existía un acuerdo cerrado con él hasta que el Aston Villa elevó generosamente los emolumentos que percibiría en el Atlético.

Simeone le ha dado el visto bueno a Witsel como futbolista de jerarquía al que se supone no se le doblarán las piernas en las citas de altura. Tras la marcha de Rodrigo al Manchester City, el preparador argentino no ha terminado de encontrar un mediocentro estable. Del belga se espera que se le pueda exprimir el año más otro opcional que firmará.

Dando por hecha la llegada de Witsel, la otra gran preocupación de Simeone es la búsqueda de un lateral derecho fiable que le permita no volver a tener que tirar de Marcos Llorente para esa demarcación. Con las citadas restricciones económicas, Andrea Berta rastrea con denuedo el mercado para encontrar un lateral diestro de nivel bajo la fórmula de una cesión más opción de compra. El portugués Semedo, del Wolverhampton, es otro viejo anhelo de Simeone que podría llegar bajo esas condiciones por la estrecha relación que su agente, Jorge Mendes, mantiene con la dirigencia.

También está entre las preferencias del Cholo su compatriota Nahuel Molina (Udinese), pero su precio se dispara por encima de los 30 millones de euros. Además, Vrasljko, en la búsqueda de su último contrato, ha rechazado la oferta a la baja del club por lo que la posición también se queda sin un recambio para el titular. El fichaje de urgencia de Daniel Wass en el último mercado de invierno para tapar la traumática salida de Kieran Trippier no convence a Simeone. El técnico piensa que defensivamente no le da lo que él exige. Sin embargo, todo apunta, como en los casos de Mora y Saúl, a que tendrá que concederle la misma segunda oportunidad que tienen él mismo y el resto de la plantilla.

Solo la venta de los más cotizados permitirá fichar

El condicionante de tener que dedicar solo una tercera parte de los nuevos ingresos a fichajes para no quebrantar el control económico de LaLiga tiene al Atlético maniatado para satisfacer la demanda de refuerzos de Simeone. Ahora mismo, solo las ventas de alguno sus futbolistas más cotizados (Oblak, João Félix, Carrasco, Marcos Llorente y Correa) podrían ayudar al club a ir al mercado con suficiente liquidez para afrontar contrataciones. Sin embargo, en principio, ese no es el plan del club y tampoco de Simeone. Solo mediante el pago de sus elevadas cláusulas el club se vería forzado a desprenderse de algunos de estos cinco jugadores.

Lemar aún es una pieza apetecible en la Premier League, pero finaliza contrato la temporada que viene y la entidad ya ha percibido que no asoman clubes que estén dispuestos a pagar lo que pide para amortizar los 70 millones de euros por el 70% del pase que en su día abonó al Mónaco. Los 85 millones de euros de pérdidas que generó el covid han dejado al Atlético atado de pies y manos. Abordar el fichaje del valencianista Carlos Soler, al que Simeone ha dado el visto bueno, ahora mismo resulta imposible si no se generan más ingresos. Las marchas de Luis Suárez, Herrera y Vrsaljko solo han descontado masa salarial, que se ha cubierto con Morata y Saúl.

Como por la venta de jugadores, lo que el Atlético recaude por patrocinio también está sometido al citado uno por tres. En el supuesto de que el nuevo patrocinador del estadio aportara 15 millones de euros —Wanda ponía unos 10—, solo cinco podrán ser destinados a fichajes.


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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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