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Gareth Bale se despide del Real Madrid: adiós a un jugador misterioso y una carrera contradictoria

La clasificación o no de Gales para el Mundial condicionará el futuro del atacante, a punto de cumplir los 33 años y que el último curso jugó más con su selección que como blanco

Bale Real Madrid
Gareth Bale (centro) aplaude el pasado domingo en el Bernabéu durante la celebración de la 14ª Champions del Real Madrid.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)
Lorenzo Calonge

Una de las trayectorias más contradictorias de la etapa moderna del Real Madrid ya es definitivamente historia del club. Gareth Bale se despidió este miércoles del Real Madrid con una carta abierta en la que agradeció a todos su paso por el club, incluida “la afición” que le “ha apoyado durante todo este tiempo”. Su relación con la grada alcanzó tal punto de degradación, especialmente en la última época, que su currículum blanco fue por un lado y su lugar en el altar de los afectos madridistas, por otro complemente opuesto.

En sus ocho temporadas como blanco, ganó cinco Champions y fue protagonista principal de varias de ellas, formó parte de una delantera icónica (la BBC, junto a Benzema y Cristiano) y acumuló cifras personales notables (106 goles en 258 partidos); sin embargo, hace tiempo que su desconexión del club resultaba evidente y su grieta con la afición, insalvable. La enorme pitada con la que fue recibido por el Bernabéu el pasado 9 de abril para disputar el último cuarto de hora contra el Getafe después de más de dos años sin jugar en el estadio reflejó (y no sorprendió) la distancia entre él y la hinchada.

Su carácter misterioso y poco comunicativo nunca le ayudaron. En los despachos, eso sí, siempre fue mirado con indulgencia y gratitud por los servicios prestados. Su chilena en la final de la Liga de Campeones de 2018, su carrera y gol en la final de Copa de 2014, y el tanto en la prórroga en Lisboa forman parte del álbum de cromos de la segunda etapa más laureada de la entidad.

“Llegué aquí hace nueve años como un joven que quería hacer realidad mi sueño de jugar en el Real Madrid. Ahora puedo mirar hacia atrás, reflexionar y decir con honestidad que este sueño se hizo realidad y mucho, mucho más. Ha sido una experiencia increíble que jamás olvidaré”, escribió en su adiós.

Ya fuera del Madrid, ahora la incógnita es qué futuro le queda como jugador de fútbol, una duda que dependerá en buena medida de si Gales se clasifica para el próximo Mundial. El domingo día 5 se enfrentará en la final del playoff a Ucrania, que este miércoles derrotó a Escocia (1-3). Si no logra el pase para la cita de Qatar, no se descarta su retirada, a un mes de cumplir los 33 años.

Su salida de la Castellana se une a las de Isco y Marcelo, los tres por extinción del contrato, tres nombres que aligeran de forma notable la masa salarial del vestuario. Tres marchas diferentes (honores para el brasileño, indiferencia con el malagueño y pitos al galés) que tienen algo en común: todos iniciaron su pronunciado descenso en la etapa que se abrió tras la marcha de Ronaldo en 2018. A Bale le encomendaron aliviar el vacío del portugués, pero el zurdo demostró pronto que no estaba preparado para semejante misión. Lejos de asumir el reto, su caída desde entonces ya tuvo remedio.

Los intentos de Ancelotti

Empeñado en cumplir su contrato hasta el final, su pertenencia a la plantilla esta temporada pareció completamente extemporánea, más todavía en un conjunto donde cogieron vuelo los jóvenes. La cesión al Tottenham la campaña anterior, de donde había llegado en 2013 por una cifra récord en ese momento (101 millones), no satisfizo al conjunto inglés por la endémica irregularidad del jugador y los continuos parones físicos, y en agosto regresó a la Castellana. Aun así, Carlo Ancelotti le dio carrete al inicio del curso en los tres primeros partidos de Liga, pero el intento se vino pronto abajo.

Una lesión nada más pisar el Bernabéu a mediados de septiembre para un entrenamiento le llevó de nuevo a la enfermería y, desde entonces, su epílogo como futbolista del Real Madrid condensó lo peor de su trayectoria a ojos de la hinchada: lesiones, recuperaciones in extremis antes de convocatorias con su selección, bajas de última hora y ausencia de partes médicos por deseo del jugador. La temporada la cerró con más minutos con Gales (324) que con el Madrid (290).

No obstante, Carletto, que siempre defendió su profesionalidad contra la opinión mayoritaria de los aficionados, recurrió a él en dos momentos de 2022. Antes de la ida de los octavos de Champions en París, con Benzema en un momento de dudas físicas, y en medio de los cuartos contra el Chelsea, después de que el ensayo de Modric como falso nueve en el clásico resultara una catástrofe. Ante el pobre nivel de Mariano y Jovic, el técnico italiano vio necesario tener en cierta órbita al galés por si lo pudiera necesitar en un momento de máxima urgencia. Por más que tuviera el desafecto de la grada, nadie le negó nunca al atacante su capacidad para producir desde la nada.

Gareth Bale dijo adiós por escrito y con palabras amables tras una etapa final muy agria.

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