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Un amistoso de rugby entre España y una selección de Nueva Zelanda congrega a un récord de 40.000 personas en el Metropolitano

Los ‘Classic All Blacks’ vencen a España (26-33) en un duelo que debía servir de celebración mundialista y que se convirtió en un ejercicio de luto y reivindicación

Un momento del partido amistoso de rugby entre España y los 'All Blacks' (selección neozelandesa de rugby) disputado este sábado en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
Un momento del partido amistoso de rugby entre España y los 'All Blacks' (selección neozelandesa de rugby) disputado este sábado en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.Rodrigo Jiménez (EFE)

Tres años después de albergar una final de Champions, el Wanda Metropolitano ha vivido este sábado otro hito planetario: una ‘haka’. Una selección de leyendas neozelandesas, los Classic All Blacks, la interpretó ante la ojiplática España, unos leones heridos tras la sanción que les deja sin su primer Mundial en 24 años por la alineación indebida del sudafricano Gavin Van den Berg. Era la ventana que quería el rugby español, con el mayor aforo de su historia: casi 40.000 espectadores. Así lo resume su capitán, Fernando López: “Tendría que haber sido una celebración absoluta; ahora queremos que se haga justicia, demostrarle a World Rugby que merecemos estar, que los jugadores no tenemos la culpa”. El amistoso cumplió el guion: el rugby tiene tal poso en Nueva Zelanda que una selección de cuarentones vence (26-33) a una absoluta con nivel para jugar un Mundial.

La sanción de World Rugby fue una bomba para un grupo que se había ganado la clasificación sobre el césped, con victorias ante Rumania y Portugal, los dos beneficiados de la deducción de puntos aplicada. Pidieron la dimisión del presidente de la Federación Española de Rugby, Alfonso Feijóo, que se anunció horas después, en pos de “limpiar” la gestión del rugby nacional. “Fue una desilusión inmensa, no sabíamos qué hacer. No estábamos preparados para digerirlo; un deportista se prepara para perder un partido, no para algo así”.

Una vez asimilado el golpe, el vestuario no se rinde. “Vamos a intentar pelearlo en los despachos”. Su baza es que la sanción es desproporcionada; que Van den Berg jugó unos minutos en dos partidos que España ganó por más de 40 puntos. “Al principio la gente pensaba que hicimos trampas, pero fue una estafa. De una cosa a la otra hay un abismo. No somos ningunos tramposos. El castigo que se está dando es el máximo”.

El recurso no puede discutir el hecho probado – que el jugador estuvo fuera del país más de los 60 días permitidos al año para optar a ser seleccionado y que tres personas falsificaron su pasaporte para ocultarlo– sino la proporcionalidad de la sanción. “Tenemos que llegar a un arreglo con la federación para ser protagonistas en la apelación. Queremos demostrar quiénes fueron los culpables; acá los castigados somos nosotros, los que no hicimos nada”.

España, desaparecida en las grandes esferas del rugby, ha sido noticia mundial tras la sanción. Parte de la batalla de los jugadores es limpiar esa imagen. “Poco a poco, la gente de otros países se va dando cuenta de que somos víctimas. Nos hicieron un mal muy grande, no solo a los jugadores, sino a la afición que deja fines de semana con su familia para ir a los partidos de los Leones”. El duelo ante los veteranos de los All Blacks ha sido un ejercicio de limpieza internacional.

Ha pasado casi un mes y la relación con Van den Berg es inexistente. “Desapareció del mapa, se borró. Algunos de los chicos le llamaron, pero no contesta”. Hay quien cree que si el sudafricano asumiera en primera persona todo lo sucedido descargaría de culpa a España y podría servir para reducir la sanción. Para otros, el daño es ya irreparable. Pese a la contundencia de la decisión de World Rugby, que incidía en la reincidencia de España, el capitán no pierde la esperanza. “Siempre están del lado de los jugadores; si nos escuchan, les demostraríamos cuál es la realidad y lo que estamos viviendo”.

La del sudafricano fue una de muchas llegadas de jugadores extranjeros a la selección, como la del propio López, argentino. “Se hace en todas las selecciones del mundo; en los All Blacks hay tonganos, samoanos e incluso australianos. Todo el que viste la camiseta del León lo hace al cien por cien por amor a la selección, es lo que intentamos transmitir: jugamos por un país y por llevarlo a lo más alto”. El capitán defiende el mestizaje. “Es algo muy normal, más en España, un país que enamora”. Pero pide, de cara al futuro, “trabajar más en el semillero” con la base y “no depender tanto de esto”.

Pese a esa sensación entre luto y reivindicación, el privilegio de medirse a la camiseta más ilustre del rugby mundial no es menor. “Al final son ídolos nuestros. Es como una película, jugar contra los campeones. La oportunidad de estar en primera fila de la ‘haka’ es increíble”. Tana Umaga, el que fuera capitán de los All Blacks, lideró también al colectivo de leyendas con campeones del mundo como Conrad Smith o Jerome Kaino, entre los más recientes. El listado ilustre de 19 jugadores incluye nombres como Corey Flynn, Nathan Harris, Jarrad Hoeata, Nick Crosswell, San Tuitupou o Luke McAlister.

Precisamente McAlister recibió un placaje memorable de Álvaro Gimeno, que anotó uno de los cuatro ensayos de una España superada al descanso (5-19) por unos rivales que matizan el paso del tiempo con experiencia. Y talento. Porque las canas no han estropeado la mirilla de Stephen Donald cuando patea. Dio igual el resultado, el público acompañó los ensayos neozelandeses con olas. Era una suerte de bienvenida al Mister Marshall del rugby. La selección apretó al final con tres ensayos seguidos, pero no pudo completar la remontada.

El XV del León vivió una noche muy emocional, con clima de despedida. “Si no hay Copa del Mundo, tiene que venir un nuevo proyecto, es lo más sensato. Hay que empezar de cero para otros cuatro o cinco años de trabajo. Hay jugadores que no van a llegar por edad; podrán colaborar un poco en el ciclo, pero es el turno de la nueva generación”.

López pide seguir luchando: “Esto no es un final. Hay que ir para adelante con todo. Si no es en esta, en la próxima Copa del Mundo tenemos que estar como sea”. El dilema es si puede el rugby español recuperarse de dos fases de clasificación con un final dramático, pues en 2018 España fue también apartada por alineación indebida. “No tiene por qué pagar todo el rugby. Hay que alejar a la gente que no hace bien las cosas y empezar de cero. No podemos dejar que termine todo así”.

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