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Todd Boehly, el financiero que forja leyendas deportivas

El inversionista de 46 años que se ha hecho con el Chelsea expande un portafolio que ya incluye los Dodgers, Lakers, Sparks y el catálogo de Bruce Springsteen

Luis Pablo Beauregard
El nuevo dueño del Chelsea, Todd Boehly, observa el partido del equipo frente al Wolverhampton en Stamford Bridge.
El nuevo dueño del Chelsea, Todd Boehly, observa el partido del equipo frente al Wolverhampton en Stamford Bridge.DPA vía Europa Press (Europa Press)

El inversor Todd Boehly explicaba hace algunos años, de la forma más sencilla, cómo ha creado un imperio mediante su fondo de inversiones, Eldridge Industries. “La mayoría de las cosas son cajas donde pones cosas. No es la caja en sí lo que es bueno o malo, sino lo que hay dentro de estas”, dijo en 2019 a The Wall Street Journal. El empresario estadounidense se acaba de hacer con una caja nueva, el Chelsea, el orgullo de Stamford Bridge y emblema de la Premier. Boehly lo ha adquirido, junto a un consorcio, por 5.200 millones de dólares de manos de Roman Abramóvich, el oligarca ruso que se vio obligado a deshacerse del club por las sanciones impuestas al círculo cercano de Vladímir Putin por la guerra de Ucrania.

Siguiendo con el ejemplo de las cajas, Boehly, de 46 años, ha generado con Eldridge un recipiente que contiene un inmenso y diverso portafolio de inversiones. “Nuestra visión es muy simple: invertimos en lo que la gente necesita y lo que la gente quiere”, explica el empresario en un video a forma de presentación. La firma posee 80 empresas: de seguros, servicios financieros, hoteles como The Beverly Hilton y el Waldorf Astoria de Beverly Hills; bienes raíces, el festival cultural SXSW (South by Southwest), la productora de cine independiente A24, las revistas especializadas The Hollywood Reporter, Rolling Stone y Billboard. El fondo también compró a finales del año pasado por 500 millones de dólares, junto a Sony, el catálogo musical de Bruce Springsteen y The Killers. En su más reciente compra se ha puesto como objetivo hacerse con la Hollywood Foreign Press Association, la atribulada organización que celebra los Globos de Oro.

El Chelsea, un club con 117 años de historia, se suma ahora a otra gema cerúlea propiedad de Eldridge, los Dodgers de Los Ángeles. El equipo de béisbol, uno de los más importantes en Estados Unidos, fue comprado en 2012 por 2.000 millones de dólares. Desde entonces, el equipo ha florecido en manos del empresario, quien personalmente posee el 20% (el fondo es propiedad de otro 7%). Los Dodgers han llegado a tres finales de la liga en las últimas cinco temporadas. Conquistaron en 2020 su séptimo campeonato, el primero desde 1981. En 2022, el grupo maneja la nómina más abultada de la MLB, 263 millones de dólares.

La operación se cerrará a finales de este mes una vez que el consorcio liderado por Boehly y respaldado por el magnate suizo Hansjorg Wyss, el copropietario de los Dogers, Mark Walter y el desarrollador Jonathan Goldstein (fanático del Tottenham), reciba el visto bueno de los reguladores británicos. Esto convertirá la compra de los blue en la mayor transacción de un equipo profesional, superando la adquisición el multimillonario inversionista Steven Cohen de los Mets de Nueva York, en 2020, de acuerdo a la firma de análisis Dealogic.

Todd Boehly, copropietario de los Dodgers, oberva un partido en el estadio angelino el pasado 30 de abril.
Todd Boehly, copropietario de los Dodgers, oberva un partido en el estadio angelino el pasado 30 de abril. Mark J. Terrill (AP)

El aterrizaje de Boehly en Stamford Bridge refuerza la presencia de los estadounidenses en la Premier League. Ocho equipos ya son controlados por empresas americanas, entre los que destacan el Manchester United de la familia Glazer, el Arsenal de Stan Kroenke y el Liverpool de Fenway Sports Group (propietarios de los Red Sox de Boston).

El empresario de Eldridge no es ningún desconocido en Londres. El inversionista estudió en la London School of Economics y trabajó brevemente en Citibank antes de iniciar su carrera como banquero en Credit Suisse a mediados de los noventa. Quienes lo conocen afirman que Boehly imprime en sus equipos un cuidadoso análisis basado en datos y estadísticas, una estrategia popularizada en la liga profesional del béisbol y llevada al cine en la película Moneyball, protagonizada por Brad Pitt. Es una apuesta por perfiles fríamente seleccionados que sustituyen a los grandes fichajes.

“El fútbol es el deporte más grande del mundo”, dijo el empresario a Bloomberg en 2019. “Es el mejor producto del mundo. Son 90 minutos, un gran tiempo de duración. Y la pasión de los fanáticos simplemente no tiene comparación en ningún otro deporte”, añadió. En aquel año, Boehly hizo a Abramóvich una oferta por el Chelsea por 2.200 millones de libras. Su argumento era que quería ganar y formar parte de la comunidad. El ruso, quien llevó al club londinense a ganar todos los trofeos en 19 años, desestimó entonces la oferta. La ofensiva de Putin sobre Ucrania evitó que la negativa se repitiera nuevamente. Parte de la operación contempla que el estadounidense lleve adelante la reforma de Stamford Bridge, un estadio que pasaría de albergar 42.000 fanáticos a 62.500, según los planes trazados por el oligarca.

Boehly y su socio, Mark Walter, han reforzado su posición en los deportes en los últimos años. En junio del año pasado compraron el 27% de los Lakers, un porcentaje puesto en venta por el polémico empresario conservador Phil Anschutz. La familia Buss, sin embargo, sigue controlando la mayoría del equipo comandado por Lebron James y Anthony Davis. También es propietario del equipo femenil de baloncesto de la ciudad, las Sparks, quienes han logrado un título, en 2016, desde que fueron compradas por Eldridge, dos años antes. “Es intelectualmente estimulante porque en el deporte no hay garantía de nada”, afirmó el magnate a Yahoo Finance sobre sus inversiones deportivas.

Algunos analistas afirman que una de las prioridades del consorcio será mejorar los derechos de transmisión del equipo dirigido por el alemán Thomas Tuchel. El inversionista tiene una gran experiencia obteniendo grandes pelotazos televisivos. Meses después de llegar al timón de los Dodgers, arrancó a Time Warner un acuerdo por 7.000 millones de dólares hasta 2038. La cadena NBC pagó en 2021 cerca de 2.700 millones de dólares por transmitir la liga inglesa en los televisores de los estadounidenses por los próximos años.

El apetito por el fútbol, llamado soccer de este lado del mundo, ha crecido de forma importante. La emisora afirmó el mes pasado que la audiencia, de medio millón de espectadores por partido, ha crecido un 27% comparado con un año antes. El empate 2-2 del Chelsea frente al Liverpool de inicios de este año fue visto por más de un millón de personas, convirtiéndose en el tercero más visto en el país en televisión por cable. Es un mercado que no puede hacer más que crecer.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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