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LaLiga Santander jornada 37
Atlético
Atlético
Giménez 30'
1 1
Finalizado
Sevilla
Sevilla
En-Nesyri 85'

En-Nesyri mete al Sevilla en la Champions

El marroquí iguala el gol de Giménez y el Atlético homenajea por su despedida a Suárez y Herrera

El delantero uruguayo del Atlético de Madrid, Luis Suárez, junto a sus hijos, se despide de la afición al término del partido correspondiente a la jornada 37 de primera división disputado hoy domingo en el Wanda Metropolitano.
El delantero uruguayo del Atlético de Madrid, Luis Suárez, junto a sus hijos, se despide de la afición al término del partido correspondiente a la jornada 37 de primera división disputado hoy domingo en el Wanda Metropolitano.Chema Moya Chema Moya (EFE)
Ladislao J. Moñino

En la noche de los homenajes a Luis Suárez y Herrera por sus despedidas, Julen Lopetegui acabó manteado por sus futbolistas. Un gol de En-Nesyri a cinco minutos del final que supuso el empate le dio al Sevilla la clasificación para la Champions y chafó la fiesta del Atlético cuando se creía ganador y con la tercera plaza asegurada. Fue mejor el equipo de Simeone, pero se dobló en los minutos finales ante el empuje de un rival que, por momentos, se vio abocado a una última jornada comprometedora para alcanzar su objetivo.

ATMAtlético
Atlético
1
Oblak, Reinildo Mandava, Giménez, Savic, Koke, Kondogbia, Carrasco, De Paul (Héctor Herrera, min. 77), Marcos Llorente (Felipe Monteiro, min. 77), Griezmann (Correa, min. 70) y Luis Suárez (Matheus Cunha, min. 64)
SEV Sevilla
1
Sevilla
Bono, Montiel (Jesús Navas, min. 45), Diego Carlos, Marcos Acuña, Koundé, Rakitic (Óliver Torres, min. 56), Gudelj (Rekik, min. 74), Delaney, Lucas Ocampos (Jesús Corona, min. 45), Papu Gómez (Rafa Mir, min. 56) y En-Nesyri
Goles 1-0 min. 30: Giménez. 1-1 min. 85: En-Nesyri.
Árbitro José María Sánchez Martínez
Tarjetas amarillas Montiel (min. 40), Mario Hermoso (min. 45), Gudelj (min. 71), En-Nesyri (min. 86), Rafa Mir (min. 88) y Marcos Acuña (min. 94)

La metralla y los estacazos iniciales anunciaron la bravura del duelo. En el juego excedido de revoluciones suele salir ganador el equipo de Simeone. Se encienden los rojiblancos cuando el fútbol se consume a toda mecha. Con ese juego espasmódico, nacido de recuperaciones raciales, en menos de diez minutos Luis Suárez y Reinildo amenazaron a Bono. No respondía el Sevilla a esas madrugadoras embestidas. Se le ha caído el equipo a Lopetegui en una segunda vuelta para la que fichó a Corona y Martial con las miras puestas en la pelea por el título. Sin embargo, el desplome ha sido morrocotudo. Se ha convertido en un equipo de nombres ilustres con más intenciones que juego. Dio la impresión en el primer acto de haberse quedado sin cargas de profundidad en ataque. Cuando entre Gudelj y Rakitic domaron la visceral arrancada del Atlético, ni Acuña, Ocampos, el Papu Gómez y En-Nesyri hicieron pupa, frenados por Savic, Giménez y Reinildo. Este último se ha convertido en el símbolo de la remontada en la tabla que ha podido firmar su equipo. Ante la inusual fragilidad defensiva exhibida, Simeone fue al mercado a buscar un candado y se ha encontrado un muro. Un especialista en el quite por arriba y por abajo que amargó a Ocampos. El extremo argentino acostumbra a ser un dolor de muelas para los rojiblancos y acabó desesperado ante la exuberancia física de Reinildo en cada carrera y en cada disputa en la que fue derrotado.

Rendición de Ocampos

De las recuperaciones de Reinildo emergió de nuevo ese Atlético de turbina que volvió a encajonar al Sevilla. Sin golpearle, pero con rastros de hacerle daño al mínimo despiste. Y eso sucedió en un saque de esquina enguantado por Carrasco. Giménez se elevó tan imperial como libre para conectar por fin uno de esos cabezazos contundentes que estallan en las redes. Generalmente, no suelen conjugar bien la imponente capacidad de salto del central charrúa con sus giros de cuello. Esta vez sí.

El tanto liberó aún más al Atlético. Con el billete de la Champions ya en el bolsillo, los futbolistas de Simeone continuaron con una seguridad y una ambición poco vista esta temporada. Con la firmeza y la regularidad mostradas en este tramo final, la pelea por revalidar el título hubiera sido más intensa.

No cambió el pelaje el Atlético en la reanudación y sí lo intentó el Sevilla. Lopetegui dio por imposible el duelo de Ocampos contra Reinildo y dejó al argentino en el banquillo para darle vuelo a Corona. La decisión hubiese extrañado en otro momento, pero el otrora afilado Ocampos es una de las muestras de los bajones individuales que han propiciado el bajonazo del colectivo. Navas por Montiel fue la otra decisión de Lopetegui para tratar de darle un giro al encuentro. Las buenas maneras del mexicano le dieron cierto aire en el inicio del segundo acto. Volvió a sucumbir ante el ritmo y la contundencia de los rojiblancos, que han agradecido la subida de tono de De Paul y Kondogbia en estos últimos partidos. El que más, Koke, que ha encontrado socios para tapar espacios y no tener que hacer un ejercicio permanente de esfuerzos solidarios.

Mandones, los futbolistas de Simeone se empeñaron en que Suárez se despidiera con un gol. Y a punto estuvieron de lograrlo cuando el uruguayo atacó una rosca pasada de De Paul con un cabezazo en plancha que se le fue por un par de palmos. Ahí, la grada se entregó por última vez al charrúa. Simeone le cambió por Cunha a la hora de juego porque el partido no se prestaba a homenajes antes de tiempo.

El Sevilla, ya sin otra que buscar el empate, comenzó a merodear el área de Oblak y a probarle con algunos disparos. Ya más pendiente de cerrar el partido a la contra, le faltó finura en los últimos metros a los atacantes del Atlético. No la tuvo Griezmann, ni Correa cuando reemplazó al francés. La crecida del equipo de Lopetegui la certificó En-Nesyri con un certero cabezazo en el segundo palo, que supondrá la tercera participación consecutiva del Sevilla en la Champions y la tercera plaza en el aire.

Suárez: “Agradezco uno a uno a los hinchas el cariño, no lo olvidaré”

Con lágrimas en los ojos y acompañado de su familia, Luis Suárez agarró el micrófono. “Agradecer uno por uno a todos los hinchas del Atlético el cariño que me brindaron desde que llegué y también a los compañeros. Lo que tenía que hacer era devolvérselo en la cancha a un club que me abrió las puertas”, fueron las palabras que pudo pronunciar antes de que la congoja le impidiera articular palabra. “Los llevaré siempre en el corazón, una pena que no pudiéramos celebrar la Liga juntos. Aúpa Atleti”, se despidió mientras la grada le dedicaba “¡Es del Atleti, Suárez es del Atleti!”.

La carrera de 40 metros en Zorrilla para encarar y superar a Masip forman parte de la historia del Atlético. Aquel gol en Valladolid (1-2) en el último partido de la pasada Liga supuso el título y la entrada de Luis Suárez en el santoral de la hinchada rojiblanca. Una jornada antes, también hizo el tanto que culminó la remontada contra Osasuna (2-1) en los minutos finales. En el segundo tiempo, una pancarta que rezaba “Gracias Lucho por hacernos campeones” recordó su trascendencia en la conquista liguera con sus 21 goles. Antes, cuando su nombre sonó por la megafonía, tronó el agudo “¡u-ru-gua-yo, u-ru-guayo!”.

Sus registros, a falta de lo que suceda la próxima jornada en Anoeta, son 82 partidos y 34 goles. No llegará a los 100 que son necesarios para que una placa con su nombre figure en el Paseo de las Leyendas pese a los intentos en las redes sociales para que el club acceda.


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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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