Borja Iglesias, de oficio abrelatas
El delantero abre el marcador y se corona como máximo goleador bético en el torneo
Con calzonas negras. Así salió el Betis, como cuando juega en Nervión, en el campo del eterno rival, el Sevilla, protagonistas ambos de una dualidad eterna en la capital de Andalucía. Manuel Pellegrini salió con el once esperado, el que se saben de memoria todos los aficionados verdiblancos. Los analistas del Betis suelen descifrar los partidos fijando la atención en los 10 primeros minutos de Fekir. Las ganas, la predisposición del campeón del mundo y su compromiso se reflejan rápido cuando tiene hambre de ser decisivo en el engranaje del equipo. Y se notó desde el principio que Fekir quería ser importante, sacando faltas al Valencia, también haciéndolas él con sus manotazos al rival. El equipo de José Bordalás sabe lo que hace. Guillamón, un buen jugador defensivo, estuvo siempre encima del francés, con galones para pedir siempre el balón, pero sin capacidad para ser decisivo. Cada falta que cometía Fekir se traducía en varios jugadores del Valencia en el suelo, con protestas incluidas a Hernández Hernández. Se la jugó mucho Fekir, en la diana siempre de los rivales. El francés recibió cuatro faltas en la primera mitad, e hizo tres.
El Betis encontró el protagonismo en futbolistas que, como suele ocurrir en las finales, se convierten en héroes inesperados. Ocurrió con Héctor Bellerín, el lateral cedido por el Arsenal que se convirtió en el jugador más pujante del Betis en un primer tiempo igualado y tenso, sin el menor resquicio para la duda.
Bellerín decidió romper el orden de las cosas con una gran internada por la banda. Velocidad y precisión se unieron para que el catalán, hijo de padre bético, la pusiera de cine en el área. Borja Iglesias amagó el desmarque para luego sorprender a la defensa del Valencia con un salto y un remate implacables. El Betis se puso por delante. Con todos los focos puestos en el Betis en Fekir o Canales, al equipo bético lo auparon Bellerín y Borja Iglesias.
Borja ha sufrido un calvario en el Betis. Llegó en el verano de 2019 después de que el conjunto verdiblanco pagara 28 millones de euros por un delantero que se había salido en el Espanyol. En el Betis le costó un mundo rendir hasta que en 2021 comenzó a hacer goles y rentabilizar su fichaje. En el minuto 60, Borja recibió un buen pase de Fekir. Intentó un remate con la izquierda y la defensa del Valencia le sacó el balón en un excelente bloqueo. Insistía Borja, máximo goleador del Betis en la Copa, con cinco dianas, jugando su partido número 46 de la temporada.
Guillamón, en su sexta falta, vio la amarilla mientras Borja iba a lo suyo. Descargando balones a la banda, donde Canales apenas le entendía. Tampoco Fekir, ensimismado en su pelea contra todo el Valencia. Mucho más lo entendió Juanmi, quien tras otro balón robado por Borja lanzó un buen remate al palo. Fue en el minuto 78. Borja Iglesias pudo coronarse en el minuto 82, pero su disparo salió rozando el larguero. En el 90, todavía se marchó en solitario para que Mamardashvili volviera a cerrarle el camino de la gloria. En el minuto 101 acabó su final, la primera de su carrera, al ser sustituido por Willian José.
Desde el banquillo vio el Panda ese dramático desenlace de un partido que él había encaminado con su testarazo, pero que no se decidió hasta más de dos horas y media después en medio de una enorme tensión en La Cartuja. Ya con Joaquín sobre el césped, triunfador a los 40 años, de nuevo ganador de la Copa con el Betis, el único futbolista verdiblanco con dos títulos en su palmarés.
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