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El Baskonia se despide con buen sabor

Gana con amplitud al Zalgiris pero cae eliminado de la Euroliga tras la victoria del Bayern, que le deja sin opciones

El alero italiano del Baskonia Simone Fontecchio intenta superar a Edgaras Ulanovas, del Zalgiris Kaunas.
El alero italiano del Baskonia Simone Fontecchio intenta superar a Edgaras Ulanovas, del Zalgiris Kaunas.David Aguilar (EFE)
Jon Rivas
Euroliga jornada 33
Baskonia
Baskonia
96 79
Finalizado
Zalgiris
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El Baskonia deja la Euroliga hasta la próxima edición con una buena actuación, tal vez una de las mejores de los últimos meses, muy irregulares y que le han apartado de los ocho mejores del torneo. La victoria del Bayern acabó con las mínimas esperanzas que tenía el equipo vitoriano para acceder a los cuartos de final.

El primer cuarto del Baskonia fue fantástico. Frente a un Zalgiris excesivamente relajado en defensa y muy desacertado en ataque, el equipo de Spahija todo lo hizo bien atacando bajo la canasta contraria y pertrechándose alrededor de la suya. El equipo lituano fue una sombra que pisaban sin recato los jugadores baskonistas, que venían lanzados después de aplastar en la ACB al Bilbao. El despliegue de Fontecchio fue espectacular, pero ninguno de sus compañeros desentonó. El Zalgiris no consiguió anotar su segunda canasta hasta el minuto 6 del partido, cuando mientras el Baskonia había despegado hacia la estratosfera, los lituanos seguían en modo avión.

Después de un viaje tan largo desde la república báltica, el farolillo rojo de la Euroliga parecía haberse quedado varado en Foronda, sin acertar a encontrar el camino hacia el Buesa. El marcador lo decía todo: 35-15 al final de los primeros diez minutos con un Baskonia de números casi sobrenaturales: solo un fallo en tiros de dos, otro en triple, otro más en tiros libres, casi la perfección.

Y las cosas fueron a mejor en el segundo cuarto. Llegó a ponerse el Baskonia con treinta puntos de diferencia (52-22) cuando restaban 3.40 para el descanso. Les entraba todo a los vitorianos, mientras que los aros rechazaban cualquier intento del Zalgiris, nadie echaba de menos a Baldwin, lastimado en un hombro y que no jugó ni un solo segundo.

Pero tuvo un momento tontorrón el equipo de Spahija, que concedió cuatro canastas consecutivas a su rival, que recortó las diferencias. Con la segunda unidad en el campo y dos jugadores lituanos que no se rendían, Lauvergne y Lekavicius, la diferencia en el marcador menguó hasta los 17 puntos, después de un parcial favorable en el segundo cuarto.

Recondujo el Baskonia su juego con el comienzo de la segunda parte, apoyado sobre todo en el juego de Costello, capaz de poner un tapón y correr el contragolpe en la misma acción para destrozar la moral de los hombres de Jure Zdovc, cabizbajo durante todo el partido. Enseguida enterró las intenciones del Zalgiris de estrechar el marcador y poner en aprietos a los vitorianos, pero la diferencia era demasiado grande. Junto a Costello, Giedraitis completó un partido descomunal, que decayó en los minutos finales cuando ninguno de los dos equipos tenía ya mucho más por hacer.

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