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Simeone y los ‘cholitos’ de emergencia

Vrsaljko, Herrera, Kondogbia y Lodi responden con nota y hacen buena la decisión del técnico de dejar en el banquillo a titulares habituales

El mediocentro Geoffrey Kondogbia pelea por el balón ante Pogba.
El mediocentro Geoffrey Kondogbia pelea por el balón ante Pogba.OSCAR DEL POZO (AFP)

“Con los fichajes de Griezmann, De Paul y Cunha el Atlético tiene la mejor plantilla de la historia”. La aseveración corría de boca en boca a principios de temporada. Los de Simeone venían de ser campeones de Liga y nada hacía presagiar lo que después ha sucedido en los últimos meses. La situación invitaba al optimismo: plantilla larga, posiciones dobladas, salvo la del lateral izquierdo; una nueva variación táctica con tres centrales y dos laterales de largo recorrido que añadir al clásico 1-4-4-2 de los años anteriores; la garantía de la competitividad demostrada hasta entonces por el equipo…

Poco funcionó de todo lo esperado hasta el punto de llegar a un partido trascendente como el del miércoles contra el Manchester United con un once titular que, a priori, sonaba a circunstancias. Las miradas se iban más al banquillo (De Paul, Lemar, Hermoso, Griezmann, Luis Suárez…) que al césped (Vrsaljko, Reinildo, Herrera, Kondogbia, Herrera, Lodi…). Simeone tiraba de los ‘cholitos’ de emergencia. De los ‘cholitos’ que él pensó más preparados para una batalla decisiva en el futuro de la Champions. Apostó por jugadores con la vitola de suplentes y que a lo largo de la temporada solo habían sido reclamados para la titularidad en caso de extrema necesidad, lesión o sanción de los considerados titulares.

Le salió bien al técnico el experimento. Y le podía haber salido mejor. Ese improvisado once mereció más ante un Manchester United poco acorde con la historia de su camiseta y de su escudo. El 1-3-5-2 se ajustó a la elástica rojiblanca con determinación. Simeone estiró más el equipo por la izquierda con Lodi que por la derecha con un Vrsaljko firme y seguro en su zona. El brasileño ya había demostrado que atacaba mejor que defendía, pero nunca había tirado tanto de su repertorio ofensivo: regates, centros en carrera, perfecta sincronización para defender al extremo (Rashford o Sancho) o saltar al lateral (Lindelof)…

En el centro, la pareja Herrera-Kondogbia. Nunca habían jugado juntos como titulares. Sin Koke (lesionado) y sin De Paul y Lemar (en el banquillo), el intento sonaba a músculo defensivo, a prueba pura y dura de agónica supervivencia. No fue así. Todo lo contrario. Con Llorente menos participativo y escorado a la derecha, el mexicano y el francés se adueñaron de la franja central, se comieron indistintamente a los que pasaban por su zona se llamaran Bruno Fernandes o Pogba y estiraron el bloque por dentro para equilibrar la distancia entre sus tres centrales (Giménez-Savic-Reinildo) y las dos referencias ofensivas (Correa y Joao Félix). Tuvieron el balón lo justo para dar continuidad al juego de ataque, al mismo tiempo que se imponían en la faceta defensiva. Posiblemente, les sobraron los últimos 20-25 minutos, sobre todo al mexicano, pero Simeone les mantuvo en el campo, posiblemente, como reconocimiento a su gran trabajo y por no querer señalar a ninguno de los dos después de su buena faena. No obstante, en ese tramo final, el equipo y el devenir del partido pedían un recambio en esa zona central que parecía tener nombre y apellidos: Rodrigo de Paul.

Un Chelsea con un super-Kanté y sin Lukaku

El campeón camina firme en la competición en la que defiende el título. Con la Premier perdida, Tuchel se juega todo su capital en el tapete de la Champions y se agarra a los jugadores que más en forma están en cada momento. Ante el Lille sorprendió la suplencia de Lukaku. No jugó ni un minuto. La herida abierta, por sus declaraciones de Navidad en el sentido que no estaba cómodo en Londres y no le importaría volver al Inter, no está curada. Tuchel prueba soluciones para la posición que parecía propiedad del internacional belga y no le salen mal: Havertz, Mount, Werner… Los 10 goles marcados por Lukaku en todas las competiciones saben a poco, aunque dos de ellos fueran en la final del Mundial de clubes ante el Palmeiras y valieran el título.

Por el contrario, en el Chelsea vuelven a emerger los 168 centímetros de N’Golo Kanté. Majestuoso ante el Lille con una conducción en velocidad y un pase de gol que le han vuelto a colocar en el escaparate de los elegidos. Joe Cole, exinternacional inglés y comentarista de BT Sports fue categórico. “Es el centrocampista más influyente en la Premier en los 10 últimos años”. Entre lesiones y rotaciones por la competencia interna con Kovacic y Jorginho, su temporada no estaba siendo tan redonda como las anteriores, pero el francés ha recuperado su mejor condición física y su técnica viene de fábrica.

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