El Valencia hurga en el hundimiento del Levante
Los de Bordalás levantan un 2-0 a un equipo que lleva sin ganar en Liga 26 partidos seguidos, desde abril
En el día mundial del escepticismo, la hinchada del Valencia se frotó los ojos y observó cómo su equipo se instala a dos puntos de la Liga de Campeones tras voltear un 2-0 para acabar ganando 3-4 en el barrio de Orriols. El once del murciélago disparó su paracaídas tras la goleada encajada en el Villamarín y enlaza siete jornadas seguidas invicto, con cuatro victorias y tres empates. En un contexto social revuelto e inflamado contra Peter Lim, el equipo de Bordalás, pese al aluvión de bajas que sufre desde la cuarta jornada, ha puesto el foco en la pelota y se asoma al balcón europeo.
El achacoso once granota, el único equipo que todavía no ha ganado en LaLiga, lleva 26 partidos sin vencer, entre este curso y el pasado, desde que lo hizo el 10 de abril en Ipurua. Ningún equipo jamás en la historia del torneo ha estado tantas jornadas sin ganar.
El derbi del Turia se abrió con un tanto de penalti. Un córner de Campaña desde la izquierda lo cabeceó Duarte y la pelota impactó en el brazo izquierdo desplegado de Diakhaby y luego en el travesaño. El árbitro, previa consulta en el monitor del VAR, señaló penalti y Campaña embocó a la segunda después del rechace de Cillessen.
El segundo tanto llegó tres minutos más tarde. El Levante transitó como un relámpago al cazar una contra tras una falta favorable al Valencia. El despliegue en velocidad dibujó un tres contra uno que Roger transformó en gol. En esa acción, el equipo de Alessio Lisci recordó al bloque vertiginoso de la etapa de Paco López.
En un derbi con 12 bajas, cuatro en los locales y ocho en los visitantes, dos de las vías de acceso estaban en los carriles derechos de cada equipo. El granota lo defendía el canterano Marc Pubill y el blanquinegro, el suplente Piccini. El niño de 18 años de Terrassa estuvo digno y se quedó a punto de marcar el tercero de su equipo. Cillessen, un gigante, lo impidió. El italiano se tambaleó cada vez que Morales lo retaba. El Comandante empleó todos sus recursos de jugador de fútbol sala y se tiró hasta una cola de vaca. Jugó con mucha suficiencia hasta que Lisci lo sustituyó ante la sorpresa de la grada.
El Valencia se desperezó con un latigazo de Guedes al filo del descanso. El portugués recibió en línea de tres cuartos, levantó una pared con Hugo Duro y, cuando recibió de vuelta, disparó cruzado para hacer el primero de su equipo.
El inicio del segundo tiempo, muy loco, metió a la tropa de Mestalla en el partido. Dani Gómez disparó al larguero desde la frontal ante la pasividad de Racic, de nuevo intrascendente y fallón, y el balón le cayó a De Frutos, que pifió el remate solo ante Cillessen. El holandés montó el contragolpe. Lanzó en largo sobre Hugo Duro, que fue derribado en el área por Vezo, mal en la marca y defendiendo con la mirada. Carlos Soler empató el partido desde el punto de penalti.
Soler firmaría un doblete minutos después para levantar el partido. Recibió Guedes en la derecha y asistió al 10, que cortó desde el centro a la espalda de tres contrarios. Vezo llegó tarde y Soler fusiló a Cárdenas. Guedes hizo el cuarto con la izquierda en otro fogonazo tras sentar a Clerc y Cárdenas con un movimiento de cintura. Bardhi recortó en el descuento en una final emocionante, pero el derbi del Turia se lo llevó el Valencia.
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