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Djokovic, hasta donde lo permitió Croacia

El número uno cede junto a Krajinovic ante el poderoso dobles rival (7-5 y 6-1), después de batir a Cilic, y se despide de la Davis tras la derrota final de Serbia

Djokovic en la Copa Davis
Djokovic, en un instante de la eliminatoria de este viernes frente a Croacia.SUSANA VERA (Reuters)
Alejandro Ciriza

Croacia logró este viernes el pase a la final de la Copa Davis al imponerse a Serbia por 2-1 y se enfrentará al vencedor del cruce que protagonizarán (13.00, #Vamos) Rusia y Alemania en el Madrid Arena. La derrota de los serbios supone, por tanto, el adiós de Novak Djokovic a la competición. El número uno, de 34 años, cumplió en el turno individual y venció a Marin Cilic por 6-4 y 6-2, pero en el duelo definitivo de dobles cayó junto a Filip Krajinovic contra la mejor pareja del mundo, la formada por Mate Pavic y Nikola Mektic (7-5 y 6-1).

No obstante, la eliminatoria estuvo marcada por el resbalón inicial del experimentado Dusan Lajovic frente al 279º del mundo, Borna Gojo (4-6, 6-3 y 6-2). El tropiezo del serbio tuvo un elevado coste para los suyos, forzados otra vez más, como ya ocurriera en la escala previa ante Kazajistán, a navegar con viento en contra. De urgencia en urgencia, volvió a irrumpir Djokovic como salvador y apagafuegos, pero en esta ocasión el terreno a recuperar era demasiado extenso. Con nueve premios en el saco esta temporada y registrando una victoria tras otra a lo largo de estas dos semanas, Pavic y Mektic pusieron fin a su trazado en el torneo. Esta vez, Nole no fue suficiente.

Djokovic ya tuvo que empezar la tarde sobre el filo de la navaja, saltando a la pista sin red y con la luz roja activada. Otra tarde más. El triunfo de Gojo sobre Lajovic en la apertura de la serie obligaba al número uno a remar a contracorriente y exponía a su equipo a una situación límite, por debajo y sabiendo que si él resolvía en el segundo individual, luego debería superar junto a Krajinovic a la pareja de oro croata. Es decir, exigido a la proeza para lograr el acceso a la final y seguir apuntando a la Ensaladera, la que hubiera sido la segunda del país balcánico. Ya solo fantasía.

Pavic y Mektic vienen a ser algo así como los Globetrotters de los dobles, el uno y el dos del escalafón respectivamente, y sabedor de ello, Nole guerreó mascullando todo el rato, sabiendo la que se le venía encima y lamentando el tropiezo inicial. El quid de la cuestión. Un patinazo con un peaje máximo. El número uno acabó con la meritoria resistencia de Cilic y logró mantener con vida a Serbia, pero en el episodio definitivo sucumbió al oficio de la mejor pareja del mundo. Él y su compañero consiguieron tensar el primer parcial hasta la resolución, y ahí los croatas desplegaron las alas.

El resto, coser y cantar para ellos, peloteando sobre la alfombra roja hacia la final del domingo (16.00, Movistar Deportes). Así se cerró la andadura del rey del circuito en esta Davis, a la que llegó con apetito y el desgaste lógico de todo el curso. Sin embargo, Djokovic deja otra demostración de clase en Madrid, quedándose a un solo paso de la lucha por el título y haciendo gala de su compromiso con su país. Desasistido, escaló hasta donde pudo: cuatro individuales, cuatro victorias. Pero la Davis no premia al solista sino al colectivo, y su equipo cojeó desde el inicio de la competición.

Gojo, un as en la manga

De este modo, Djokovic cierra el año con una mueca de disgusto. Imparable hasta agosto, el doble golpe encajado en los Juegos de Tokio –caída en las semifinales, contra Alexander Zverev, y derrota en el pulso por el bronce frente a Pablo Carreño– le hizo mella en la final de Nueva York –”desde el punto de vista emocional, todo esto ha sido muy difícil de manejar”–, y aunque se enderezó anímicamente con el triunfo en París-Bercy y el récord logrado allí, el adiós en la Davis duele a un hombre que insiste, se expone y va a por todas. Lo quiere todo Nole, sin concesión, y la ambición multiplica los riesgos y, por tanto, la posibilidad de salirse en alguna curva.

Mientras, Croacia, campeona de las ediciones de 2005 y 2018, y finalista en la de 2016, se aferra a su poderoso dúo y espera en la final con un as en la manga. Gojo, de 23 años y que venía de tumbar al australiano Alexei Popyrin (61º) y al italiano Lorenzo Sonego (27º) en las actuaciones previas, confirma el dicho de que en la Copa Davis, el ranking es poco más que un número.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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