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Ancelotti prioriza el currículum

El técnico italiano arranca su segunda etapa en el Real Madrid eligiendo a dos ilustres como Hazard y Bale por delante de la amplia batería de jóvenes

Lorenzo Calonge
Bale y Martín Aguirregabiria, ante la mirada de Carlo Ancelotti durante el Alavés-Real Madrid.
Bale y Martín Aguirregabiria, ante la mirada de Carlo Ancelotti durante el Alavés-Real Madrid.Juan Manuel Serrano Arce (Getty Images)

Carlo Ancelotti, de 62 años y con ese porte de veterano diplomático de las viejas cancillerías europeas, se presentó en su vuelta a la Liga española echando mano de los apellidos más pesados de la plantilla. Ante la eterna cuestión de quién acompañaría a Benzema, el técnico atendió en Vitoria al pasado de sus futbolistas, y terminó eligiendo a Hazard y Bale, protagonistas de una larga hibernación, cada uno por causas muy distintas. De inicio, no hubo ningún hueco para la amplia camada de jóvenes, apuesta económica y estratégica del club tras la marcha de Cristiano. Tampoco para el prometedor canterano Miguel Gutiérrez, suplente en el lateral izquierdo pese a las lesiones de Mendy y Marcelo. A la espera de todas las vueltas y revueltas que dé el curso, el italiano tiró para el estreno de los mejores currículos del vestuario.

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Desde 2018, el ataque del Madrid regresa cada tres días a la casilla de salida en un círculo infinito. La nómina de efectivos es amplia, pero las soluciones, aisladas más allá del delantero francés, otra vez bigoleador. La decisión de Ancelotti con Hazard evocó a lo que lo que tantas veces intentó Zinedine Zidane: darle carrete en cuanto el belga afinó mínimamente su puesta a punto física.

El recuerdo de sus días de gloria y las escasas soluciones encontradas hasta ahora en Valdebebas siguen animando al inquilino del banquillo blanco a colocarle en primera línea a la menor oportunidad en busca de un sorpasso en la línea ofensiva del equipo que aún no se ha producido. “No sé si será conmigo, pero tarde o temprano va a llegar”, aseguró proféticamente el desaparecido ZZ hace unos meses sobre el belga. La fe de Ancelotti parece similar. Después de una pretemporada sin minutos y un plan específico de trabajo, el ex del Chelsea compareció de arranque en Mendizorroza. Era la primera vez en sus tres temporadas en el Madrid que estaba presente en el debut. Las otras le pilló en su lugar más conocido en España, la enfermería.

La apuesta por Bale, sin embargo, es propia del actual entrenador merengue que, a la espera novedades en el mercado de fichajes, es lo único nuevo que ha recibido arriba. Hace un año se escribía su obituario blanco y ahora, piruetas del fútbol, se muestra como la baza ofensiva de este Madrid que sigue sin gastar un euro por segundo verano consecutivo.

Las tres ocasiones de Hazard

La última vez que coincidieron el galés y el belga en un campo fue en junio de 2020, contra el Mallorca, en la Liga del postconfinamiento. Aquella noche tórrida en el desierto del Di Stéfano fue la sentencia de Zidane a Bale, pero la imposibilidad de encontrarle otro destino con su sueldo y su pasado reciente lo han devuelto una temporada y pico después al Bernabéu. “Lo veo bien y motivado”, apuntó el técnico italiano este sábado en las tripas de Mendizorroza, con más ánimo de salir del paso que de elevar las expectativas. Los tres años y medio de descenso de Bale mueven a la cautela, pero la precariedad atacante de los blancos, la capacidad productiva del jugador, aunque sea a cuentagotas, y el buen regusto que le dejó en su momento (39 goles y 31 asistencias entre 2013 y 2015) le animan a intentarlo. Los inicios de campaña, con la mente todavía fresca, siempre han sido un momento propicio para una última tentativa con el galés. Lo llegó a hacer hasta ZZ tras reclamar públicamente en el verano de 2019 su marcha por el bien de todos.

Lo mejor que se puede decir del paso de ambos por Vitoria fue su voluntad. Hazard, de más a menos, comenzó con cierto brío y asistió de espuela a Benzema en el 0-1. Fue el que más ocasiones creó (3) de los dos conjuntos, según la estadística de Opta. Y el galés, en ese juego discontinuo tan suyo (apenas dio ocho pases buenos, uno menos que Rodrygo en un tercio de tiempo), dejó tres disparos. “Era difícil jugar entre líneas porque el Alavés se ha cerrado bien”, analizó Ancelotti sobre los dos.

Ya con todo encarrilado fueron desfilando los más jóvenes: Rodrygo, Asensio o Vinicius, que se apuntó un tanto postrero de cabeza y al que el técnico italiano le mandó deberes para el futuro. “Le he dicho que es muy difícil encontrar delanteros que marquen tras cuatro, cinco o seis toques. Necesita uno o, como máximo, dos. Entonces, tienes que estar dentro del área para meter. Es muy joven, va a progresar”, concluyó el preparador en una frase en la que se adivina que, para él, el brasileño todavía no se ha licenciado pese a los 119 partidos que acumula como madridista. No así Hazard y Bale, cuyo problema no es de aprendizaje, sino de rendimiento. En Vitoria, lo que más pesó fue su pasado.

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