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Despedida por quedarse embarazada

Un club italiano de voleibol demanda a una exjugadora por “ocultar” su deseo de ser madre y “violar la buena fe contractual”

Lara Lugli, durante un partido.
Lara Lugli, durante un partido.Diario AS

La jugadora italiana de voleibol Lara Lugli descubrió que estaba embarazada en marzo de 2019. Hasta ahí, todo normal. Los problemas llegaron después, cuando informó de su estado a su club, el Pordenone, de la segunda división de su país. Fue despedida automáticamente. En parte, contaba con ello.

Un mes después de su cese sufrió un aborto espontáneo que también comunicó al equipo. Más tarde, volvió a contactarles para solicitar el pago del mes de febrero, el último que había trabajado al completo antes de la rescisión del contrato. Y, en ese momento, la sociedad deportiva no solo le negó la retribución, sino que la demandó por daños y perjuicios, acusándola de “haber violado la buena fe contractual” al “ocultar su posible deseo de quedar embarazada” cuando se firmó el fichaje, puesto que en esa ocasión la exjugadora “ya tenía 38 años”. El Pordenone también la culpa porque tras su marcha “se fue a pique en el campeonato” y perdió patrocinadores.

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Su historia pone de manifiesto la desprotección con la que tienen que lidiar muchas atletas y evidencia las sombras del mundo del deporte femenino, en el que, en palabras de la propia deportista, un embarazo se considera una falta de profesionalidad y, en ocasiones, se equipara al dopaje.

La jugadora decidió dar su testimonio en Facebook el pasado 8 de marzo, Día internacional de la Mujer. “Aunque no sea una atleta de fama mundial, esto no puede ser un precedente para otras jugadoras que en el futuro se encuentren en una situación como esta, porque si una mujer se queda embarazada no puede conferir un daño a nadie y no debe indemnizar a nadie”, escribió. El próximo mayo tiene una convocatoria en los juzgados con su antiguo club para resolver la cuestión.

Además, como ha explicado la atleta y se lee en la citación judicial, el equipo le recriminó que después del aborto podría haber completado los últimos meses del campeonato, “al menos desde el banquillo”. “Dejando de lado el estado psicológico en el que me encontraba en ese momento, es una frase de una falta de elegancia monstruosa. Sentí vergüenza y tristeza”, ha señalado Lugli al diario La Repubblica.

Su caso ha generado polémica en el país y la Asociación Nacional de las Atletas (Assist), dedicada a defender los derechos de las deportistas de diferentes disciplinas, pedirá la intervención del primer ministro, Mario Draghi, y del presidente del Comité Olímpico Nacional (CONI), Giovanni Malagó, para que aborden la “vergonzosa situación” en la que se encuentran las deportistas italianas.

La asociación denuncia que en la base de este suceso se encuentra el hecho de que no se reconozca profesionalmente gran parte del deporte femenino. “Somos aficionadas y no tenemos ninguna protección. Si anuncias que esperas un hijo, un minuto después estás despedida”, ha denunciado Lugli en La Repubblica. “Es increíble que en 2021 estar embarazada se considere como algo poco profesional, criminalizado como tomar cocaína y luego dar positivo en un control de drogas”, ha añadido.

El caso ha desatado una cascada de reacciones más allá del ámbito deportivo. “Hablar de condena a la jugadora Lara Lugli por un embarazo es violencia contra las mujeres. La maternidad tiene un valor personal y social insustituible”, ha señalado la presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati. La diputada del Partido Democrático y expresidenta de la Cámara Baja, Laura Boldrini, avanzó que presentará una interpelación parlamentaria.

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