Aquellas elecciones que ganó Núñez
Las de 1978 tienen muchos paralelismos con las de ahora: duras y desagradables
El apasionamiento que ha rodeado estas elecciones al Barça evoca las de 1978, con las que hay paralelismos. Terminaba la época de Agustín Montal, Cruyff había anunciado su marcha para el fin de la temporada y el club estaba abrumado por una deuda similar a su presupuesto anual. Y se vivía un ambiente de efervescencia política. Estaba reciente la Constitución (diciembre de 1977) y Cataluña exigía un Estatuto de Autonomía. Por primera vez no votaba un número limitado de compromisarios, sino todos los socios mayores de 21 años con cuatro de antigüedad. Un censo de 53.688 votantes. Eran las primeras elecciones así que celebraba un club de fútbol en España.
Pese a la dificultad de la tarea, se manejaron hasta siete nombres, entre los que se contó incluso Miró Sans, falangista, que había sido el presidente que construyó el Camp Nou y que vivió la época dorada de Helenio Herrera. Pronto renunció, entendiendo que no era su hora. Como renunciarían otros, por falta de apoyos.
Era favorito claro Víctor Sagi, propietario de una potentísima agencia de publicidad que trabajaba con el Barça y estaba presente en los reclamos de los cines de toda España. Era hijo de Sagi Barba, gloria del club en los años veinte, a su vez hijo de un célebre barítono y hermano de un cantante de zarzuela. Montó una gran candidatura, llena de nombres de peso e influencia. Lo tenía todo a favor, pero renunció inesperadamente por causas nunca aclaradas. Todo quedó reducido a tres:
Nicolau Casaus, 65 años, socio 7.202, industrial textil, presidente de la influyente Peña Solera. Condenado a muerte tras la Guerra por su militancia en Esquerra Republicana, le salvó su tío, Modrego Casaus, obispo. Pasó tres años en la cárcel.
José Luis Núñez, 46 años, socio 21.597, nacido en Bilbao, pero criado en Barcelona. Propietario de la importante constructora Núñez y Navarro, le llamaban el rey de los chaflanes porque compraba todos los solares con chaflán en venta. Los carteles de su constructora inundaban la ciudad.
Ferrán Ariño, 48 años, socio 27.037. Iba en la candidatura de Víctor Sagi y dio el paso al frente al abandonar este. Empresario farmacéutico, muy metido en la actividad catalanista de la época como impulsor de la Gran Enciclopedia Catalana y consejero de Avui. Con Montal había sido presidente del Barcelona Atlético, donde incorporó a Laureano Ruiz, al que muchos aún consideran origen de los éxitos de la cantera culé. Los años de Ariño al frente del filial alimentaron mucho al primer equipo: Tente Sánchez, Calderé, Corominas, Martínez, Estella, Manolo, Albaladejo, Rojo, Clos, Lobito Carrasco…
Dos de los candidatos representaban las aspiraciones nacionalistas del momento. Núñez, por el contrario, hacía bandera de la necesidad de mantener al Barça fuera de la lucha política, al tiempo que se presentaba como rupturista con los vicios propios de la gestión del fútbol en el pasado, que se proponía cambiar por técnicas empresariales modernas.
Núñez tenía a su favor, aparte de su prestigio como empresario y su aire de hombre nuevo, incontaminado por los errores del pasado (los otros no podían decir lo mismo, y él ahí pegó duro), la división del voto nacionalista entre dos candidaturas, una de un hombre joven y metido en los movimientos de su tiempo y otra de un veterano prestigioso, que tiraba del socio de más edad. Hubo movimientos para unir a Ariño y Casaus, pero no resultaron.
La campaña dividió a la prensa y a la calle. Fue muy dura, se puede decir que incluso desagradable. Las elecciones fueron el 6 de mayo, víspera de un Barça-Valencia. Se colocaron en el Camp Nou 54 urnas, abiertas desde la 9.00 hasta las 22.00. Votó el 41% del censo, que se consideró buena participación, dada la falta de hábito. El recuento dio una victoria muy ajustada de Núñez, con 10.532 votos, frente a 9.537 de Ariño y 6.020 de Casaus. Estaba claro que la división del voto nacionalista benefició a Núñez, cuya victoria creó gran irritación entre los partidarios de Ariño, que cuando el ganador llegó al Camp Nou le recibieron brazo en alto, cantando el Cara al Sol.
Cuando poco después Nicolau Casaus aceptó el ofrecimiento de Núñez para entrar como vicepresidente en su junta, muchos sumaron dos más dos y se indignaron. Y ganaron fuerza los rumores de que Sagi se habría retirado tras recibir un anónimo con la amenaza de hacer público un dossier de contenido personal si no se retiraba. Este sería un rumor recurrente en sucesivas elecciones en las que algún candidato, o aspirante a serlo, se retiraba sobre la marcha.
Núñez se mantuvo 22 años en el Barça. Llegó cuando aún vivía Bernabéu y se marchó cuando entraba Florentino. Su largo mandato, sin parangón en la historia del club, aún crea controversia.
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