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LaLiga Santander jornada 20
Eibar
Eibar
Esteban Burgos 9'Edu Expósito 90'
2 0
Finalizado
Atlético
Atlético

El Atlético naufraga en Ipurua

El Eibar aprovecha el mal primer tiempo de los rojiblancos, que fueron superados en intensidad, en juego y en puntería

En foto, los jugadores del Eibar celebran el 2-0. En vídeo, los entrenadores del Atlético, Diego Simeone, y del Éibar, José Luis Mendilibar, tras el partido.Foto: atlas | Vídeo: REUTERS / ATLAS
Jon Rivas

Para el Atlético de Madrid, la visita anual a Ipurua había sido siempre un placer; cinco viajes, cinco victorias. Ni Garitano primero, ni Mendilibar después, habían sido capaces de hincarle el diente a Simeone, entrenador de colmillo afilado y duro de roer. El Eibar dejaba de ser el Eibar cuando aparecía el Atlético por el campo armero. O tal vez sí era el Eibar, y por eso, tan transparente, se convertía en el modelo ideal para que el equipo colchonero desplegara sus recursos. Pero esta vez fue el Atlético el que no respondió como siempre, como si los cinco metros que se ha desplazado el campo con las obras de la última tribuna les hubieran descolocado del minuto uno al noventa.

Hizo una mañana espléndida en Eibar, con termómetros primaverales, pero a media tarde el valle del Deba se cubrió de nubes y comenzó a llover. Sin parar. Se le nubló el día al Atlético y todo el chaparrón cayó sobre las espaldas de sus jugadores, que pierden comba con la cabeza de la tabla. Cuando falla el fútbol hay que ofrecer, al menos, la misma intensidad que el rival, y esta vez no fue así. La primera parte fue ya del Eibar, que impuso su estilo. Con la defensa adelantada, maniató el centro del campo atlético. Apretó cuando debía y aflojó la presión en los momentos adecuados, pero se adelantó siempre a cualquier iniciativa visitante. Los duelos siempre caían del lado azulgrana, desde el inicio. Con cuatro minutos jugados ya había enviado su primer mensaje un Eibar confiado en sus posibilidades. Sacó Pedro León una falta, que se envenenó. La desvió Oblak a córner cuando se colaba.

No aprendió la lección el Atlético, que se desangraba por su banda derecha, y en un saque de esquina que cedió por ese lado, el toque con efecto de Pedro León lo prolongó Enrich para que Esteban Burgos, en el segundo palo, empujara la pelota libre de marca. Levantó el asistente su banderín, pero el VAR descubrió a dos defensas atléticos remolones en el achique. Un fallo impropio de un equipo que se jacta de su fortaleza defensiva. El Eibar celebró su gol en diferido. Era el primer tanto del central argentino en LaLiga. Mendilibar ha tenido que echar mano de él después de muchas horas de banquillo. Debutó en Bilbao en el minuto 20 frente al Athletic, por lesión de Bigas; se rompió la nariz en un choque con Raúl García y resistió hasta el final. Ahora juega protegido con una máscara.

Sin convicción

Todo siguió igual los minutos siguientes, con el Eibar ganando las disputas y un Atlético escaso de juego, en el que sólo Thomas, que se multiplicaba, parecía darle sentido a su fútbol. Pero con eso no le llegaba para equilibrar la situación ni, por supuesto, el resultado. Lo intentó João Félix en un disparo que Dmitrovic envió a la esquina, y Correa en un remate de cabeza desviado, pero le faltaba chicha al Atlético. Su juego no tenía fuste. Le costaba engarzar dos o tres pases seguidos. Tenía bajas el equipo de Simeone, es verdad, pero no parece una buena excusa frente a un Eibar con medio equipo titular fuera de combate.

Como debía hacer, apretó el Atlético tras la pausa, pero sin demasiada convicción, y con las ideas justas. Durante algunos minutos metió al Eibar en su área, una situación que al equipo armero le gusta poco. Una ocasión de Correa, después de que a João Félix se le quedara atrás el balón, fue la mejor opción atacante de los de Simeone. Nada más, poco bagaje para un equipo que aspira a todo. Morata no apareció en ataque.

Los cambios del Atlético, cuando ya el Eibar empezaba a recuperar el color, resultaron significativos. Simeone echó mano de la cantera, Camello y Óscar, para darle un poco de picante a su ataque, pero no arreglaron nada. Es más, cuando el reloj llegaba al minuto 90, el Eibar conseguía el segundo gol, tras un saque de esquina en el que la pelota le cayó a Edu Expósito, que desde fuera del área lanzó un pepinazo raso y ajustado al que no llegó Oblak.

Como en el partido del Metropolitano, el Eibar se adelantaba con dos goles, pero esta vez para ganar y sumar tres puntos. El Atlético salió mojado y deprimido de Ipurua. Y alejado de la cabeza de LaLiga.

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