El ruido de Dembélé salva a Griezmann
El extremo marca el empate, mientras que el 7 firma otro discreto partido
En el Barcelona se sorprendieron con la actitud de Martin Braithwaite. El delantero llegó en el último mercado de invierno después de que la entidad azulgrana pagara la cláusula de rescisión (18 millones) al Leganés. Con Luis Suárez lesionado, Quique Setién necesitaba un 9 para reemplazar al uruguayo. En el club no había dudas de que el danés era la opción de emergencia, un fichaje de transición. Sin embargo, Braithwaite no pensaba lo mismo. Estaba convencido de que podía triunfar en el Camp Nou. “Nos llamó la atención su personalidad”, destacaban en la Ciudad Deportiva del Barcelona. Y no engañaba. Su actitud empezaba en los pasillos de la Joan Gamper y continúa en el césped. La mostró ante el Eibar cuando, con Lionel Messi en la grada, se aferró al balón para lanzar el penalti a favor del Barcelona después de la intervención del VAR por una falta de Bigas a Araújo. El problema es que lo falló.
En un principio, el capitán del Barcelona iba a regresar de sus vacaciones en Argentina el domingo junto al resto de sus compañeros. No sucedió. Entonces, el club azulgrana informó de que el rosarino tenía permiso para estirar su descanso de Navidad como consecuencia de los problemas que sufría en el tobillo derecho. El Barça no especificó el día de regreso de Messi, pero se le esperaba en el entrenamiento del próximo viernes.
El 10 aterrizó este martes por la tarde en el aeropuerto de El Prat junto a su mujer y a sus tres hijos. Poco antes de que comenzara el duelo ante el Eibar, el capitán asomó en el Camp Nou junto a Pepe Costa, jefe de asistencia al jugador del Barça, y se sentó en la grada con los lesionados, Ansu y Sergi Roberto. Los penaltis no son el fuerte de Messi (erró el 22,3% de los que lanzó), pero tampoco parece que sea el de Braithwaite. En LaLiga ya había fallado el único que había lanzado en el Leganés, aunque había estado acertado con el Barça ante el Dinamo de Kiev.
Sin Messi, Griezmann parecía ser el encargado de tener la responsabilidad de liderar al equipo, también de hacerse cargo de la pelota desde los 11 metros. Ni una cosa ni la otra. El currículo del exjugador del Atlético tampoco era el mejor: un solo penalti chutado como azulgrana, fallado ante el Betis. Pero Braithwaite ni hizo dudar a Griezmann. No había quien le sacara el balón al danés mientras el árbitro revisaba la jugada en el VAR. El 7, por su parte, ni se acercó al área. Griezmann, en la posición de Messi junto a Pedri en la mediapunta intentó dos remates; solo uno alcanzó la portería de Dmitrovic. Sin peligro para el Eibar.
La solución de Koeman estaba en el banquillo. En el minuto 32 mandó a calentar a Dembélé. El extremo saltó al campo tras el paso por los vestuarios. Estuvo 21 minutos con su compatriota en el campo, Trincão reemplazó a Griezmann en el 66. Cabizbajo, el 7 dejó el campo sin rechistar. El Barça no sintió su ausencia. Dembélé, que reapareció después de su novena lesión muscular desde que fichó por el Barcelona, marcó su quinto gol de la temporada ante el Eibar. La presencia del extremo ambidiestro despertó el ataque del Barça, aunque de entrada falló un mano a mano ante Dmitrovic después de un buen pase de Pedri. No estuvo acertado en la primera que tuvo, pero sí en la segunda para rescatar un punto en el Camp Nou. Sin embargo, no le alcanzó al Barça. Una nueva decepción en el Camp Nou.
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