El enigma revelado de Karim Benzema

Desde hace años, cuando se acerca un derbi, la defensa del Atlético de Madrid se acuerda de Karim Benzema. Entonces les regresa la inquietud de volver a perseguir a un delantero indescifrable que describe rutas absurdas, en especial si coincide en el campo con Marcelo, otro heterodoxo que desafía los cánones de su presunta posición. Con ellos les suceden cosas como la última noche europea del Vicente Calderón, en mayo de 2017, cuando Benzema, entre escapista y funambulista, burló a Savic, Godín y Giménez sobre la línea de fondo, sacó un pase atrás y aplacó el fuego de la remontada que había prendido el equipo de Simeone.

El lance, incomprensible en el campo, también resultó indetectable para las estadísticas. Ni gol ni asistencia: su pase lo remató Kroos, pero paró Oblak y ese rechace fue el que rebañó Isco para marcar. Y sin embargo, resulta inolvidable. “¿Es lo más bonito que he hecho en la Champions? Tal como yo veo el fútbol, sí”, lo recuerda el francés en un documental de RMC.

Los defensores atléticos y los estadísticos no han sido los únicos incapaces de descifrar a Benzema. A su propio padre le llevó años, según contó el futbolista en Universo Valdano: “Ahora entiende mi fútbol y lo que hago en el campo. Antes era solo goles. Ahora puedo hablar con él”, dice en una conversación en la que habla también de la incomprensión de la grada del Bernabéu.

Quizá el único que siempre se ha conducido como si todo tuviera sentido ha sido Florentino Pérez, que fue a buscarlo en persona a su casa del barrio de Bron, en Lyón. Era 2009, el segundo advenimiento de Pérez al Real Madrid. Dijo que debía hacer en un verano lo de tres y desembarcó en el club con una exuberante remesa de futbolistas: Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema y Xabi Alonso. En un coloquio sobre fútbol y cine, Jorge Valdano lo describió entonces como una “superproducción”.

Once años después, con 32 ya cumplidos, Benzema es el único futbolista de aquella película que permanece en la plantilla. Precisamente el más discutido, aunque casi siempre interpretó bien lo que necesitaba el equipo aun a costa de la incomprensión general: “Cambié mucho mi juego de Lyon con Cristiano, para jugar con él. Estaba él para marcar los goles. He jugado para él. Siempre lo hablamos fuera del campo: él sabía y yo también. Dejé mi alma un poco de ‘quiero meter goles’. Ahora he cambiado otra vez. Puedo marcar goles, dar asistencias...”, le resumió a Valdano. Desde la marcha del portugués a la Juve, ha firmado dos temporadas seguidas por encima de los 20 goles en la Liga, algo que no había conseguido hasta entonces.

Ahora que ya lo entiende hasta su padre, el francés ha encontrado también el amparo de los registros históricos rodeado de ilustres del club. Si hoy juega contra el Atlético —es el único nueve disponible—, será el futbolista extranjero con más partidos en el Real Madrid (528), por delante de Roberto Carlos (527), Marcelo (515), Cristiano (438) y Di Stéfano (396). También aparece entre los máximos goleadores de la historia del club: es el quinto, por detrás de Cristiano, Raúl, Di Stéfano y Santillana. Y por delante de Puskas.

Sin Cristiano, Benzema se ha mantenido como única referencia goleadora del equipo, vestigio de la última gran maniobra de Florentino Pérez, a la espera de ver si florece su siguiente superproducción, la del semillero de jóvenes brasileños.