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España abruma a una enclenque Rumania y sella su clasificación para el Eurobasket de 2022

Los de Scariolo, liderados por Brizuela, Barreiro y Tyson Pérez, arrollan a su rival por 53 puntos de diferencia (94-41) y se desquitan del tropiezo ante Israel

Jonathan Barreiro entra a canasta ante Lucas Tohatan
Jonathan Barreiro entra a canasta ante Lucas TohatanMiguel Ángel Polo (EFE)
Faustino Sáez

España ya es una de las 24 selecciones que estarán en el Eurobasket de 2022 de las 32 que iniciaron la clasificación. Con mucha menos brillantez que rumbo al Mundial de China, la selección de Sergio Scariolo cumplió con el objetivo con dos jornadas de margen y podrá destinar los partidos del próximo mes de febrero para trabajar en el futuro más inmediato, en la búsqueda de piezas que completen la lista para los Juegos de Tokio por ejemplo. Rumania no pudo ni rechistar ante el empuje de Tyson Pérez, la aplicación de Darío Brizuela (17 puntos) y López-Aróstegui, y las ganas de Jonathan Barreiro, Víctor Arteaga y Rubén Guerrero (12 rebotes). El rival más débil del grupo, con el contador de victorias a cero y ya eliminado, fue presa fácil para un equipo con espíritu de desquite tras el patinazo ante Israel. Rumania aceptó desde el salto inicial convertirse en el sparring de un trámite sin historia que se cerró con 53 puntos de diferencia (94-41).

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Scariolo reclutó en el quinteto inicial a las tres piezas de Unicaja (Alberto Díaz, Darío Brizuela y Rubén Guerrero), a Javi Beirán, para poner experiencia mundialista, y a Tyson Pérez, para replicar la aportación del ausente Sebas Saiz. Y la fórmula funcionó de manera instantánea ante una endeble Rumania (17-4, m. 6). En febrero, España se impuso con solvencia en Cluj Napoca con el brío expansivo de Saiz (17 puntos y 10 rebotes aquel día) y el estado de gracia de Dani Díez (21 puntos, con 4 de 6 en triples) como principales armas. Esta vez fue Brizuela el que se encargó de suministrar puntos a buen ritmo, 10 en sus primeros siete minutos en pista, para descoser al rival. Después apareció el líder de este equipo de las ventanas, Quino Colom, y también Jonathan Barreiro, descarte ante Israel, para conservar el impulso de partida. Se trataba de dar continuidad a la intensidad y la concentración, de no caer en el mismo pecado de dispersión que en el partido del sábado. Triunfó el propósito de enmienda. El 94-41 final fue la mayor tunda de España desde un amistoso de 2013 ante Gran Bretaña (100-46) y la renta más grande en partido oficial de la selección desde un 130-53 ante Suiza en 1988, según el registro de misterchip.

Dos días antes, España desapareció tras el descanso en su encuentro ante Israel. Después de encarrilar el duelo se vio desbordada y sin argumentos en una segunda mitad que desató la reflexión autocrítica de Scariolo. “Todos sabemos que España es el país del mundo en cuya Liga hay menos jugadores nacionales, y en concreto el promedio de minutos jugados en la ACB de este grupo de 13 jugadores es de más o menos 17 por partido. Además, no hay ninguno que juegue en el extranjero”, señaló el seleccionador en la víspera del duelo decisivo ante Rumania. “La situación y los datos son muy preocupantes”, abundó Scarilo. “Los jugadores tienen que entender que es clave mantener la concentración durante 40 minutos... Hay muchas cosas que se adquieren jugando, compitiendo, equivocándose y aprendiendo de los errores. Por eso estas ventanas ofrecen una buena oportunidad para sumar más experiencia y a la vez asegurar la clasificación para el Eurobasket”, remató el técnico. Bastaba con ganar por segunda vez a Rumania para sellar el billete al Europeo de 2022 y el rival no presentó excesiva batalla (45-21, m. 20).

La psicodélica configuración de las ventanas FIBA es a un tiempo traicionera, como para dejar a la Eslovenia campeona de Europa fuera del Mundial, y amable, como para permitir a España ganarse la clasificación con solo dos triunfos. En el grupo A, Israel (cuatro triunfos en cuatro partidos) y Polonia certificaron su clasificación junto a la selección con dos jornadas de margen. Con el pasaporte asegurado se trataba de incidir en otros aspectos. “Hay que intentar dar experiencia internacional a nuestros jugadores, que tienen muy poca”, recalcó Scariolo. Un problema, de fondo y de base, que queda al descubierto cuando, en ausencia de las piezas de Euroliga y NBA, hay que buscar en el fondo de armario de la rotación del baloncesto español. Equipos como el Baskonia o UCAM Murcia solo tienen un jugador seleccionable en su plantilla y a ello se le suma que piezas clave como Colom y Beirán están apartados en sus clubes. No le sobran recursos al seleccionador. Pero, exprimiendo la convocatoria, destacaron esta vez los pocos grandes (Tyson, Arteaga y Guerrero) además de Barreiro y España gestionó sin sobresaltos la misión (54-24, m. 26). Con el paso de los minutos la diferencia alcanzó los 53 puntos, con margen para el disfrute todos y la reivindicación de muchos. En 2022, cinco años después del bronce en el Europeo de Turquía, aquella cita en la que Juan Carlos Navarro puso colofón a su carrera con la roja, la selección española volverá a poner a prueba su dominio continental, con nueve medallas (tres oros, tres platas y tres bronces) en los últimos de 10 torneos.

“Supongo que habría que replantear muchas cosas”, explicó Scariolo cuando le preguntaron por la fórmula de las ventanas de la FIBA. “Esperemos que la próxima sea ya la última ventana, al menos en modo burbuja. Cada uno que tenga la responsabilidad de actuar, que lo haga. Nosotros tendremos que hacerlo en la cancha. Teníamos que estar en el Eurobasket sí o sí y hemos cumplido el objetivo”, cerró el seleccionador.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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