_
_
_
_
_

El Circuito de Getxo resiste y se reanima

El Memorial Hermanos Otxoa se corre este domingo con la mejor participación en décadas en la histórica prueba ciclista

Mikel Landa, en la tercera etapa de la Vuelta a Burgos.
Mikel Landa, en la tercera etapa de la Vuelta a Burgos.Santi Otero (EFE)
Jon Rivas

Las cosas cambian, pero no todas. En Getxo ya no es posible, como era tradición el día de la carrera ciclista, comprar un bocadillo en la tienda de los Rosáenz, al final de la cuesta de Txomintxu, ni beber un vino en la tasca Gurugú, convertida, cosas de la modernidad, en una vivienda de planta baja. No es recomendable, en tiempos del coronavirus, recorrer a la inversa, con paradas para repostar en los bares del camino, el circuito ciclístico hasta llegar a la meta, antes en el muelle de Arriluze, ahora en la cuesta del Ayuntamiento. De hecho, será imposible acceder a la llegada salvo para equipos, periodistas y organizadores. Pero al menos, con las limitaciones y los requerimientos sanitarios impuestos por la pandemia, la carrera se mantiene, y se revitaliza. El Memorial Hermanos Otxoa, en recuerdo a los gemelos que dieron lustre al maillot de la Sociedad Ciclista Punta Galea, se correrá este domingo, dos días después de la fecha habitual, el 31 de julio, cuando tocaban las fiestas de Algorta. Roberto Laiseka, héroe en Luz Ardiden, como lo fue Javier Otxoa en Hautacam, y que también vistió el jersey naranja y azul del club organizador, será el director honorífico.

Todo comenzó hace casi un siglo. Un gentío enorme, según cuentan las crónicas, presenció, el día de San Ignacio de 1924, la carrera que organizó por primera vez en Getxo el Arenas Club. Después de 28 kilómetros de carrera, y para desgracia del club precursor, su figura, Segundo Barruetabeña, tuvo una avería a un kilómetro de la meta y le adelantó Domingo Gutiérrez, corredor del Athletic, que también tenía equipo ciclista. El máximo rival futbolístico se llevaba la prueba ciclista organizada por la entidad arenera. Tercero fue Miguel Serrano, que tres años más tarde fichó por el Real Madrid, donde coincidió con Paquillo Cepeda, cedido por el Athletic mientras cumplía el servicio militar, y que moriría tras una caída en el Galibier durante el Tour de 1935.

Han pasado 96 años, y tras algunas ausencias, en los años setenta especialmente, el Circuito de Getxo llega a sus bodas de diamante como la segunda carrera de un día más antigua de España, después de la Clásica de Ordizia, que nació dos años antes, y que solo se interrumpió durante dos veranos en la Guerra Civil. Curiosamente, las dos carreras vascas, junto con la Vuelta a España y la Vuelta a Burgos, son las únicas que han sobrevivido al coronavirus. Pese a su longevidad, gozan de buena salud. En el caso de Getxo, además, la pandemia ha resucitado la prueba. En los últimos años, a causa del World Tour, solo el Movistar, entre los grandes equipos, cumplió fielmente con su presencia en la prueba vizcaína. Eusebio Unzue no dejó de enviar nunca a su formación a una carrera en la que predominaban los conjuntos continentales, pero la falta de pruebas y la cercanía de la Vuelta a Burgos ha propiciado lo que los esfuerzos de los organizadores no habían logrado hasta la fecha, y cinco equipos de la máxima categoría del ciclismo mundial se alinearán en la salida del Puente Colgante, Patrimonio de la Humanidad. Además del Movistar, están inscritos el Bahrain, con Mikel Landa, Pello Bilbao y Mark Cavendish, el NTT Pro Cycling, el UAE, con Fernando Gaviria y Maximiliano Richeze en el grupo, y el Trek, que alineará al campeón del mundo Mads Pedersen. El maillot arcoíris lucirá por las carreteras de Getxo. No se veía a un pelotón tan bien nutrido en la localidad vizcaína desde 1958, cuando se celebró en marzo un critérium internacional en el que participaron Anquetil, Darrigade, Bahamontes, Loroño y Poblet, que se pudo rememorar en el NODO, o en la salida de etapa de la Vuelta a España de 2018.

El Circuito de Getxo recorre 177 kilómetros, con seis vueltas de 24 kilómetros, y ascensiones a Akarlanda –5,3% de desnivel– y al muro de meta de Arkotxa (6,7%) como principales hitos. La última vuelta, de 33 kilómetros, llevará a los ciclistas a Sondika, desde donde ascenderán la cuesta de Pike, de dos kilómetros con un desnivel medio del 9,4% y rampas de hasta el 14%. Desde Artxanda, el pelotón bajará a Enekuri, Erandio y por la ría a Las Arenas, la playa de Ereaga y finalmente, la subida a la meta de nuevo por Arkotxa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_