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Copa América - cuartos - jornada 1
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Los penaltis alivian a Brasil

La Canarinha, que jugó 40 minutos con un jugador más, supera a Paraguay en la ruleta de las penas máximas y se clasifica para las semifinales

Juan I. Irigoyen
Rio de Janeiro -
Los jugadores de Brasil celebran la victoria ante Paraguay.
Los jugadores de Brasil celebran la victoria ante Paraguay.LUIS ACOSTA (AFP)

Jugó con fuego Brasil ante Paraguay. Primero lento para mover el balón en la medular, después errático en el área rojiblanca, nunca capaz de batir al esforzado equipo de Eduardo Berizzo. Ni siquiera cuando Paraguay se quedó con un jugador menos, en el inicio del segundo tiempo por la roja a Balbuena, la Canarinha rompió al Gatito Fernández. La tanda de penaltis enalteció a Allison y condenó a los paraguayos Gómez y Derlis. Brasil ya está entre los cuatro mejores de América y espera por el ganador del duelo entre Venezuela y Argentina.

No hay manera de tirar a la lona a la Canarinha, cuando la Copa América cuando se juega en su casa. Lo tuvo a tiro la noble Paraguay en Porto Alegre. Pero Brasil es un hueso por pasado, por supuesto, tiene cinco estrellas cosidas en el pecho; pero también por presente. Desde que Tite agarró en el mando del equipo, la Canarinha solo ha perdido dos partidos, ante Argentina en un amistoso y frente a Bélgica en Rusia. Casualmente en los dos partidos faltó Casemiro. Ante Paraguay, el volante del Madrid estaba suspendido por acumulación de amarillas. Costó (y mucho) pero Brasil rompió el estigma de jugar sin Casemiro. Sin embargo, si de malos antecedentes se trataba, Paraguay hace cuatro años que no ganaba un partido en la Copa América (en 2015, venció a Jamaica en Chile). Tendrá que esperar hasta el año que viene, la rojiblanca se fue de Brasil sin triunfos y ya acumula 11 partidos sin victorias.

Casemiro miró el partido en la grada, sentado al lado de Neymar. No fue la única baja de Brasil: Fernandinho no se recuperó de su lesión muscular y Richarlison ya le dijo adiós a la Copa. Con paperas, se quedó en la habitación del hotel. No se perdió la charla técnica de Tite, que le colocó un ordenador para que la viera por Skype. Brasil sufrió ante Paraguay el mismo mal que ante Bolivia en el debú: no estaba fino para mover el balón. Y eso que Arthur estaba presente en la cancha del Gremio. Siempre bien rodeado por los muchachos de Berizzo, en la primera pelota que tocó, al azulgrana lo pararon con falta. Derlis Sánchez ni se lo pensó cuando le cayó el balón en los pies: sacó un bombazo. Lo mismo que Hernán Pérez cuando encontró un hueco y se mandó hasta el área. Las dos, sin consecuencias para Allison. Contestó Brasil con una precisa jugada colectiva, liderada por Alves, en sociedad con Coutinho y Firmino.

No habían pasado ni cinco minutos y las cartas ya estaban sobre la mesa. Brasil se expresaba con el balón, Paraguay con los espacios. Berizzo armó un bloque duro, impenetrable hasta la tanda de penaltis. Dos líneas bien pegadas, cuatro defensores y cinco volantes, y Derlis en el ataque. Al punta, por momentos, se le sumaba Almirón y casi siempre le acompañaban los extremos, dispuestos a hacerle ancho el campo a Brasil. Así se lució por primera Alisson. Derlis sacó un fuerte remate después de recibir un centro cruzado de Arzamendia. Brasil tenía el balón, pero solo un arrebato de Coutinho puso en aprieto al Gatito Fernández.

Aceleró la Canarinha tras el paso por los vestuarios. Se coló Firmino por la medialuna y, cuando encaraba al Gatito Fernández, lo bajó Balbuena. Penalti, entendió el árbitro. Le duró poco, muy poco, el alivio a Brasil. Apareció el VAR para aclarar que la falta que había sido fuera del área. Balbuena se salvó de cometer penalti, pero no se libró de la roja (si el árbitro hubiese cobrado la pena máxima le tocaba amarilla). Rápido metió mano Berizzo para volver a armar una línea de cuatro en el fondo. Protegidos, entonces, por otros cuatro volantes. Y Paraguay se olvidó de los espacios que le dejaba Brasil. Estaba demasiado preocupado por frenar el asedio de la Canarinha. Lo intentaron todos: Coutinho, Firmino, Gabriel Jesus, Arthur, Alves y hasta Thiago Silva. Ninguno tan insistente como Everton, ni tan peligroso como Willian, que mandó un balón al poste. Y si no fallaba Brasil, aparecía un inmenso Gatito Fernández. La Canarinha jugó casi 40 minutos con un jugador más, sin fortuna ni precisión para romper a Paraguay. La suerte de la Canarinha en la Copa América estaba en las manos de Alisson, clave para frenar el primer disparo de Gómez en la tanda de penaltis. El tiro final fue de Gabriel Jesus, impasible después de la pifia de Firmino. Brasil ya tiene su lugar en las semifinales. Resistió Paraguay, sufrió Brasil. El premio fue para la Canarinha.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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