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México batalla contra Martinica, la selección sin país ni dinero

La isla caribeña, adscrita al Gobierno francés, recaudó hasta 23.000 dólares para poder competir en la Copa Oro pese a no estar afiliados a la FIFA

Diego Mancera
Los martiniqueños lamentan un gol de México.
Los martiniqueños lamentan un gol de México.C. Burton (AP)

Martinica juega al fútbol como país, pero vive al pulso de Francia. La diminuta isla caribeña, de apenas 1.180 kilómetros cuadrados de extensión, está adscrita a la Administración francesa como uno de los 96 departamentos franceses. Ese estatus político les impide a los martinicanos ser miembros de la FIFA, aunque su única vitrina al mundo es la Copa Oro, el torneo de naciones del norte de América. Y para asistir financiaron sus viáticos a través de crowdfunding (financiación colectiva). Su periplo ha terminado con uno de los mejores partidos de su historia: perder por un gol, 2-3, contra México.

La selección de Martinica es la única de su tipo. En la Eurocopa y la Copa Africana de Naciones solo compiten países afiliados al máximo organismo del fútbol. La Concacaf, que rige en Norteamérica, Centroamérica y el Caribe, ha dejado abierta las puertas a todas las islas caribeñas para que compitan en su campeonato, e incluso a los tres departamentos franceses: Guadalupe, Guayana francesa y Martinica. También pueden competir en la Liga de las Naciones de esa región, pero lo prohibido para los de Fort-de-France es jugar las eliminatorias para el Mundial. Los martiniqueños lograron clasificarse a la Copa Oro tras dejar en el camino a tres miembros de la FIFA: Puerto Rico, Islas Vírgenes Británicas y Antigua y Barbuda. Por medio del sitio web Kiss Kiss Bank Bank solicitaron 23.000 dólares para solventar sus gastos, desde los salarios, vuelos, alojamiento y un seguro para los futbolistas. 

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A inicios de 2010, el Gobierno del expresidente Nicolas Sarkozy permitió la celebración de un referéndum en la Guyana y Martinica para dirimir si ambas regiones querían ampliar su autonomía. El no ganó y prefirieron mantener los mismos vínculos que los hermanaban con los franceses. De esa forma, el fútbol martinicano quedó bloqueado para ser admitido como miembro en la FIFA.

El fútbol de Martinica intentó ser autónomo en 1953 cuando ingresó como miembro asociado de la Concacaf. Entre los equipos isleños de América empezaron a competir en la Copa Caribeña, la misma que ganaron los martiniqueños en 1993 frente a Jamaica. Ese ha sido su primer gran hito. Tardaron 40 años en clasificarse a su primera Copa Oro. Su primer partido fue una paliza de 9-0 frente a México

Una de las ventajas de Martinica es que sus clubes pueden disputar la Copa de Francia contra los grandes equipos franceses como el Mónaco y el París Saint-Germain. La temporada pasada el isleño Aiglon du Lamentin irrumpió en la fase de los 64 mejores equipos franceses.

La identidad también ha sido una búsqueda para Martinica. Han descartado el color rojo de los colores nacionales a la hora de saltar al campo. Pero no pueden desprenderse de su fuerte conexión con Francia. Siete de sus 23 futbolistas convocados a la Copa Oro nacieron en Europa, fuera de la isla. Su mayor figura es también uno de los mayores fiascos en la historia de fichajes del Real Madrid. Julian Faubert solo jugó 52 minutos como merengue y lo que era un talento promisorio terminó en el olvido. En 2014 decidió unirse a la selección caribeña y dejar en el olvido el único partido que jugó como internacional de Francia en 2006. Pese a todo, Faubert de 35 años no fue convocado con su selección para este año. Los dos futbolistas con un poco de mayor jerarquía son Jean-Sylvain Babin del Gijón y Samuel Camille del Tenerife.

En Martinica los aficionados al fútbol se enorgullecen de que el padre de Raphael Varane y la madre de Thierry Henry hayan nacido en la isla. Uno de los grandes deseos fue que Henry pudiese jugar con la selección isleña así como lo hizo Jocelyn Angloma. El defensor que había jugado por Francia las Eurocopas de 1992 y 1996 decidió, en 2007, formar parte del representativo caribeño de Guadalupe durante la Copa Oro, ahora es su entrenador.

El equipo dirigido por Mario Bocaly cerró su participación en la Copa Oro con una derrota contra México (2-3) en la que su goleador Kevin Parsemain anotó un gol para la anécdota de tiro libre y  un cabezazo de Jordy Delem, que juega en EE UU. Martinica se despidió del torneo más importante para ellos con un presupuesto apurado y un anhelo que raya en lo imposible:  jugar, algún día, un Mundial.

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. También se encarga de informar de historias deportivas de México. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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