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Los cuatro centuriones de Diego Costa y Griezmann

Con el centro del campo menos creativo y su estelar pareja de ataque el Atlético golea y prepara su asalto al Camp Nou

Ladislao J. Moñino
Diego Costa celebra su gol ante el Sevilla mientras Griezmann y Gabi acuden a felcitarle
Diego Costa celebra su gol ante el Sevilla mientras Griezmann y Gabi acuden a felcitarleAitor Alcalde (Getty Images)

Las paradojas en el fútbol pueden resultar asombrosas. Con la fórmula cementera del cuatrivote formado por Saúl, Gabi, Thomas y Koke, el Atlético de Madrid le hizo cinco goles al Sevilla en el Sánchez Pizjuán. La versión menos creativa del centro del campo que puede armar Simeone se probó por primera vez con Diego Costa como referencia ofensiva. El resultado fue una exhibición goleadora poco frecuente en la era Simeone. La tunda al Sevilla ha supuesto un golpe de autoridad que permite a los rojiblancos acudir al Camp Nou para tratar de convertir la pelea por el título liguero en un estrecho mano a mano.

Entre el cuerpo técnico del Atlético existía el convencimiento de que con la línea de mediocampistas más física y que más equilibrio le puede dar, con el momento de forma por el que atraviesa Griezmann, más la presencia de Costa como cabeza de área, el diseño podía resultar tan granítico en defensa como contundente en ataque. Un martillo pilón que al término del partido Simeone describió con la boca grande al hablar de “un bloque” que también supo “leer el partido, ser contundente” y que tuvo “momentos de muy buen fútbol”. Una roca que se afiló y encontró el gol cuando la presión fue cerca del área del Sevilla. A falta de una elaboración más consistente, dañina y regular, el Atlético supo dibujar el paisaje en el que mejor se encuentra para encontrar el gol. La mayoría se gestó en los intentos por recuperar la pelota arriba y armar el ataque con la defensa del Sevilla saliendo con la pelota o descolocada. La pérdida de Banega en el primer gol, la pujanza de Koke que generó el rechace que Griezmann convirtió en una obra maestra en el segundo tanto, el contragolpe que originó el penalti en el tercero o el robo de Griezmann que significó el 0-4, tuvieron en común la secuencia del robo y el ataque rápido y directo. “No es casualidad robar pelotas donde se robaron. Para que haya un error tiene que haber una presión para que esto suceda”, advirtió Simeone.

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El partido de Sevilla dejó para el Atlético varios matices que le reconfortan. Hasta ahora, Diego Costa y Griezmann no habían firmado una actuación tan sobresaliente de manera conjunta. Empezaba a imponerse la sensación de que cuando uno brillaba el otro no lo hacía tanto. Si el equipo incurría en un exceso de balones largos para buscar a Costa se saltaba demasiado a Griezmann. Si optaba por jugar primero con el francés el hispanobrasileño intervenía menos. Costa sentía que el equipo no le encontraba con frecuencia o en condiciones ventajosas. Se preocupó por Koke, recordando que fue su mejor lanzador en la temporada de la conquista del título liguero. En el Sánchez Pizjuán, la conexión revivió sus mejores días. A Koke también le favorece pillar a los equipos contrarios desordenados para encontrar mejor los pases al espacio para Costa e incluso para Griezmann.

El punta galo está muy cómodo desde la llegada de Costa. Le ha liberado para moverse por todo el frente de ataque y elegir los momentos y los espacios en los que intervenir. De alguna manera, los problemas que tiene Simeone para encajar a ese cuarto centrocampista de corte más creativo desaparecen con esa versión más liberada de Griezmann. Con la salida de Carrasco y de Gaitán el repaso del plantel del que dispondrá Simeone transmite esa sensación de bloque marmóreo en el que ya solo el francés. Correa y Vitolo brillan por su desequilibrio con la pelota.

Torres no se marcha, pero estuvo a punto

Fernando Torres se quedará hasta final de temporada, pero estuvo muy cerca de marcharse tras el “no” a pelear por su continuidad para el próximo curso que pronunció su entrenador en la rueda de prensa prevía al partido de vuelta con el Copenhague. Simeone ha admitido que no era el momento ni las formas de comunicar sus pensamientos respecto a sus planes de futuro con Torres. Con la marcha de Gaitán y de Carrasco a China, el Atlético cubre sus necesidades económicas y Simeone se quita de en medio a dos jugadores problemáticos.

El perfil del plantel se ha radicalizado para acercarse más a una fórmula en la que su entrenador se siente más seguro e identificado. La radiografía no será un molde fijo ante rivales como el Leganés o para algunos partidos de casa, pero apunta a que para los partidos de enjundia que restan de aquí al final de temporada sea la escogida si Griezmann y Costa mantiene el nivel mostrado en el Pizjuán.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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