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La igualdad se acerca en bicicleta

“Somos un equipo de 35 ciclistas, 25 chicos y 10 chicas”, proclama Valverde en la presentación conjunta del Movistar

Carlos Arribas
Las ciclistas y los ciclistas del Movistar 2018 posan junto a las autoridades en la presentación del equipo.
Las ciclistas y los ciclistas del Movistar 2018 posan junto a las autoridades en la presentación del equipo.Claudio Alvarez (EL PAÍS)

Mediado el acto, la presentación del equipo ciclista del Movistar se transforma en una prueba práctica de la existencia del manspreading, que no es un invento. Mientras los hombres de la primera fila se abren bien de piernas, los dos pies firmemente apoyados en el suelo, sentados en los bancos, y ocupan buen cacho, las mujeres ciclistas, que comparten evento, cruzan las piernas para compartir el espacio con generosidad.

Es la primera vez que un club deportivo español de primer nivel mundial organiza una presentación conjunta de sus equipos femenino y masculino, y los detalles visuales, la forma de sentarse, la fotografía con ellas y ellos mezclados junto a los dirigentes (todos hombres) de la empresa y del equipo, el tratamiento equitativo, chocan a los habituados a lo de otros años.

“Somos un equipo de 35 ciclistas, 25 chicos y 10 chicas”, proclama Alejandro Valverde, el líder del sector masculino, que ocupa escenario junto a Mavi García, la líder del sector femenino. Se dividen el tiempo de los discursos. “Este equipo es un mensaje de igualdad para todos”, dice por videomensaje desde Australia Rachel Neylan, la figura extranjera de un equipo que no quiere ser solo imagen visual de diversidad porque esté de moda, sino realidad también. “Como defensor de la mujer, para mí es un orgullo este equipo”, remacha Nairo Quintana, otro ciclista de los buenos.

La realidad y la igualdad, podría decirse, se demuestran pedaleando, lo que en la práctica significa que las ciclistas del Movistar gozarán de muchos más derechos y garantías laborales y salariales que la gran mayoría de las deportistas españolas. “Es un equipo UCI [por la Unión Ciclista Internacional], y como tal, las corredoras son profesionales, cuentan con seguridad social y su contrato se deposita en la federación, y nosotros comprobamos que todo es legal, y el equipo deposita un aval para garantizarlo”, explica Alejandro Martín, secretario general de la federación española. “Y, como los hombres, pueden acogerse al decreto 1006 en caso de problemas laborales”. Y también pertenecen al sindicato de ciclistas. “El Movistar es el primer equipo femenino en España que hace todo bien”, dice el jefe del sindicato, José Luis de Santos.

La ley del deporte española no obliga a las ligas femeninas a ser profesionales y tratar como tales a las deportistas, cuyos derechos no existen. Como denunciaron recientemente jugadoras del Aguere, de la primera división femenina de voleibol, se someten a contratos por obra, temporales, sin derecho a vacaciones ni a baja maternal. Como no son profesionales, se consideran contratos privados y ninguna autoridad o sindicato tiene derecho a fiscalizarlos, ni siquiera su federación o el Consejo Superior de Deportes (CSD). “Nosotros hemos trasplantado el modelo del equipo masculino al femenino, simplemente quitando algún cero en la cantidad de los contratos [entre 20.000 y 25.000 euros anuales para las chicas]”, dice Javier Valera, responsable financiero del equipo. “Incluso nos salen más caras las pólizas de seguro de las mujeres que las de los hombres, por la posibilidad del embarazo”.

Mavi García, de 33 años, trabajaba hasta hace dos en una empresa y se entrenaba en los ratos libres. Después decidió ser ciclista profesional, pero se topó con que los contratos que le hacían otros equipos no cotizaban a la seguridad social. “Por primera vez en el deporte cuento con todos mis derechos como trabajadora”, dice. “Y podré dedicarme al ciento por ciento a ser deportista profesional, y pensar solo en destacar en mis carreras preferidas, en la Bira, en el Giro…”.

Feliz con la imagen conseguida, y la carne que sustenta esa piel, Carlos López Blanco, el responsable de Telefónica que impulsó la creación del equipo femenino, no puede evitar resumir el momento con una frase redonda: “Hemos de añadir un nuevo valor a lo que representa el equipo”, dice. “Éramos el trabajo en equipo, el sacrificio y el juego limpio. Ahora contamos también con el valor de la diversidad”.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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