Walter Tavares, el gigante inesperado
El nuevo fichaje del Real Madrid, de 25 años y 2,21m, debutará ante el Barça tras una historia inverosímil
El protagonista del primer Madrid-Barça de la temporada baloncestística estaba hace cuatro días jugando en Ontario (Canadá) y hace ocho años en un modesto pueblo de Cabo Verde, estudiando para ser informático y sin haber lanzado jamás a canasta. Walter Edy Tavares, de 25 años y 2,21m, debutará en el clásico (18.30, Movistar+ #0) con apenas un entrenamiento completo con el equipo de Laso. Otro paso inopinado de una biografía inverosímil.
El efecto mariposa desencadenado tras la lesión de Gustavo Ayón la pasada jornada de ACB en Tenerife rescató a Tavares de la Liga de Desarrollo estadounidense y escribió otro episodio en las eternas pugnas de despacho entre los dos grandes. El gigante de Cabo Verde estaba destinado a ser el fichaje estrella del Barça el próximo verano, cuando los azulgrana liberaran masa salarial de su plantilla cortando a Ante Tomic. Pero las urgencias madridistas por cubrir sus bajas aceleraron la operación y el pívot se decidió a vestir de blanco tras una conversación telefónica con Laso, más persuasivo que los directivos azulgrana, que presionaron hasta el último minuto para no perder al jugador que tenían apalabrado.
El nuevo techo madridista, con unas alas de 2,40m de envergadura, iguala los 2,21m de altura del mítico Arvydas Sabonis, y se sitúa a un centímetro de Nedzad Sinanovic —el más alto de la historia del club— y a tres de los 2,24m de Ralph Sampson (Unicaja, 1992) como torre de la ACB. “Tavares es el jugador que queríamos. Es muy grande y muy móvil. Cambia partidos por la situación que crea en el ataque contrario, porque obliga a los rivales a modificar los tiros. Se adapta bien a nuestro estilo. Estamos encantados de tenerle”, presumió Laso en la víspera del clásico. El técnico ya tiene en sus filas al jugador que deslumbró al baloncesto español en la Copa de 2014 en Málaga. Un portento que descubrió el baloncesto a los 17 años.
Hijo de un marinero y una tendera de la isla volcánica de Maio, Tavares rompió los percentiles de una familia de bigardos y llegó a los dos metros de altura con solo 14 años. Por aquel entonces, como toda su pandilla, soñaba con ser futbolista y triunfar en el Benfica. En su pueblo, de 270 km² y 7.000 habitantes, no había una sola canasta de baloncesto, pero las posibilidades de aquel grandullón no pasaron inadvertidas para un alemán que regentaba un bar frente a la casa de la abuela de Tavares. El empresario llevó un par de fotos del chico a los gestores del Gran Canaria que, tras organizar una expedición de técnicos encabezada por Himar Ojeda, reclutaron al gigante en 2009. Llegó a Las Palmas con problemas de anemia y psicomotricidad, sin haber jugado nunca al baloncesto, botándose el balón en los pies y sin resistencia física para mover semejante esqueleto, pero con la voluntad indeleble de ganarse una vida mejor tras una infancia de carencias.
Tras años de trabajo específico y abnegado, Pedro Martínez le hizo debutar en la ACB el día de Reyes de 2013 en el CID ante Unicaja. En su segunda temporada formó parte del mejor quinteto de jóvenes y fue el máximo reboteador y taponador de la Liga; en la tercera, alcanzó la final de la Eurocup con Aíto García Reneses. La NBA le captó pronto con sus radares y, con 22 años, apenas cinco después de haber cogido por primera vez un balón de baloncesto, comenzó a pasar pruebas rumbo al draft de 2014. Nunca había vestido de traje y para calzar su 54 de pie solo encontró un par de zapatos que encargó y nunca recogió Shaquille O’Neal en una zapatería de tallas grandes de Brooklyn. Con ellos caminó hasta abrazar a Adam Silver en el Madison Square Garden tras ser elegido en el puesto 43 por los Atlanta Hawks. Entre 2015 y 2017 jugó 13 partidos en la NBA. Fue cortado por los Cavaliers antes de empezar este curso y estaba disputando la Liga de Desarrollo con la idea de apurar las opciones de continuar en la liga estadounidense cuando recibió la llamada del Madrid.
“Pasó todo tan rápido que todavía no he podido asimilar todo. No me lo creó”, explicó Tavares tras su presentación de blanco. “Siempre he seguido el fútbol del Real Madrid. De pequeño siempre quieres estar con el equipo que gana y el Madrid ganaba siempre”, contó. “Varios clubes tenían interés en él, pero ha elegido el Real Madrid porque es un apasionado de Cristiano Ronaldo”, refrendó Juan Carlos Sánchez, director de la sección. Con apenas dos días de rodaje con sus nuevos compañeros, Edy se estrenará ante el Barça. “Pablo [Laso] me ha pedido que tenga presencia en defensa y en ataque. Que cuando tenga la pelota me tome mi tiempo y tome buenas decisiones. Vamos a sacar mucho provecho de Doncic y Campazzo que pasan muy bien la pelota”, contó la nueva torre del Madrid. Un gigante inesperado.
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