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Deulofeu o la sombra de Neymar

El canterano, que ha regresado este verano al Barcelona, asegura que quiere “jugársela con los mejores”

Juan I. Irigoyen
Deulofeu festeja su gol ante el Chapecoense.
Deulofeu festeja su gol ante el Chapecoense. Pedro Salado (Action Plus via Getty Images)

A veces criticado por una supuesta fama de prepotente —dice la leyenda que en un partido de juveniles ante el Espanyol les dijo a sus rivales que los autógrafos los firmaba al terminar el partido—, otras, en cambio, por su falta de compromiso a la hora ponerse el mono de trabajo en el campo, Gerard Deulofeu, 23 años, asegura ser un hombre renovado. Lo dice cada vez que puede, como si tuviese que purgar las culpas del pasado. “Estoy más maduro”, enfatiza.

Deulofeu era uno de esos canteranos destinados al Camp Nou. Y aunque el de Riudarenes asomó la cabeza en el primer equipo, nunca pudo echar raíces entre Messi y compañía. “Gerard tiene cosas buenas; pero muchas otras a mejorar”, explicó Luis Enrique en el verano de 2014, antes de dejarlo marchar al Sevilla. No era la primera vez que tenía que armar sus maletas. En el curso 2013-2014 estuvo a préstamo en el Everton, adonde regresó en 2015. Sin embargo, le costaba abrocharse a un once titular. No lo consiguió ni el Sánchez Pizjuán ni en el Goodison Park. Hasta que el Milan se cruzó en su camino y el extremo se reencontró con su autoestima en San Siro.

Los equipos del extremo

Su primera experiencia fuera del Barça fue en el Everton en la temporada 2013-2014. Jugó 25 partidos, marcó tres goles y recuperó 36 balones.

En la campaña 2014-2015 pasó al Sevilla. Disputó 17 duelos, firmó una diana y robó 40 pelotas.

Regresó al cuadro inglés al curso siguiente, donde se quedó hasta el pasado mercado de invierno. En una temporada y media, saltó al campo en 37 partidos, cantó seis goles y ganó 80 balones.

En San Siro jugó 17 encuentros, marcó cuatro goles y recuperó 82 balones, la mejor marca de su carrera.

“He mejorado en el aspecto defensivo y eso me hace ser más regular. Estar más enchufado en defensa me ha facilitado tener más continuidad con el balón. Me ayuda a poder jugar los 90 minutos sin tener altibajos”, explica Deulofeu. En su etapa en el Milan, el delantero recuperó un promedio de 4,8 balones por partido. Números superiores a las de sus dos últimas campañas en el Everton (2,90 y 2,61). La estadística cobra mayor relevancia cuando se la compara con su primera escala en el conjunto inglés, en el curso 2013-2014: birló una media de 1,44 balones por duelo. “¿Esfuerzo en defensa?”, dice Deulofeu, tras su buen partido ante el frágil Chapecoense en el Gamper; “es uno de los aspectos en los que he mejorado. Lo necesitaba para estar al lado de estos jugadores”.

A su repertorio de regates, Deulofeu suma capacidad de sacrificio. Requisito indispensable (no suficiente) en este Barça que quiere olvidarse de la palabra tridente. El canterano no la tiene fácil para ganarse su plaza al costado de Messi y Luis Suárez. Mucho menos para llenar el vacío que dejó Neymar, desequilibrante como pocos, socio y amigo del uruguayo y del argentino como nadie. La sombra de Neymar es grande. “Estoy preparado, si no, no hubiese venido”, advierte el jugador por el que el Barcelona pagó 12 millones de euros al Everton. La repesca, entonces con Neymar en la plantilla, olía más a negocio que a apuesta por el canterano.

Demostrar en el campo

“La experiencia fuera de aquí me ha hecho mucho mejor jugador y voy a intentar demostrarlo en el campo”, subraya. Por ahora, parece que no tiene demasiada competencia en el grupo de Valverde para quedarse con la vacante de Neymar. Alcácer puede colocarse de extremo, como también pueden hacerlo Denis Suárez y Arda. La fórmula del falso extremo no es nueva. Guardiola y Luis Enrique la utilizaron cuando buscaron cocinar los partidos en el centro del campo. “En los equipos tiene que haber un equilibrio entre el juego interior y el juego al espacio. Hay momentos en los que hay que romper las líneas del rival. Tenemos nuestros laterales que son profundos, pero necesitamos también de jugadores que pueden moverse de esa manera. Gerard lo tiene”, explica Valverde.

El Barcelona, en cualquier caso, anda en la búsqueda de refuerzos. El nombre de Coutinho suena con fuerza, también el de Dembélé, que ayer borró de su biografía en Instagram al Borussia Dortmund. “A mí eso me es igual”, asegura Deulofeu; “esto es el Barça y siempre se habla de fichajes. Si quiero ser un jugador grande tengo que competir con los mejores”. Define sus intenciones en medio de la indefinición del Barcelona. El atacante de Riudarenes volvió al Barça para jugar. El desplante de Neymar le abrió un hueco, la llegada de Coutinho y Dembélé se lo puede volver a cerrar. Él, mientras tanto, está confiando: “Volví a jugármela con los mejores”.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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