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El fútbol y las secciones del Barça se quedan en blanco en Europa

El club considera que las diferencias fiscales con los rivales, la NBA y el poder económico de algunos magnates limitan la competitividad de sus equipos

Jugadores del Barcelona de balonmano después de perder en la Champions League contra el Veszprem.
Jugadores del Barcelona de balonmano después de perder en la Champions League contra el Veszprem.SASCHA STEINBACH (EFE)

El FC Barcelona ha cerrado en blanco por segundo año consecutivo su participación en Europa. Ninguna de las cuatro secciones profesionales del club ha ganado un título continental desde 2015, cuando Josep Maria Bartomeu fue elegido presidente, después de que el equipo de fútbol lograra el triplete y, por tanto, la Liga de Campeones. También las secciones de balonmano y de hockey patines alcanzaron entonces los máximos trofeos continentales. El último galardón europeo en baloncesto fue en 2010 y en fútbol sala, en 2012.

La directiva azulgrana considera que el balance no obedece a un error de su gestión sino a la dificultad de competir con clubes que disponen de un mayor presupuesto y sobre todo de unas condiciones de fiscalidad mejores en sus países que en España. “La alternativa es invertir más dinero o trabajar para que los participantes jueguen en las mismas condiciones”, argumentan. La entidad azulgrana no está dispuesta a aumentar los 40 millones de euros que invirtió en sus secciones la última temporada 2016-2017.

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La situación se considera asumible en el hockey patines y el balonmano porque han sido competitivos, aunque ambos equipos quedaron eliminados en las semifinales: “Un gol o un resultado negativo no condiciona la apuesta”, insisten desde el club, “pese a que los rivales disponen de una inversión mayor y cada vez resulta más difícil optar a la Copa de Europa”. Las mismas fuentes aseguran, por ejemplo, que el Vardar Skopje, el último campeón de balonmano, dispondría de unos ocho millones netos por los nueve brutos del Barça.

Serguéi Samsoneko, el presidente ruso y principal inversor del club macedonio, ha decidido competir con el Barcelona, el PSG, los clubes alemanes, los húngaros y los polacos, y la apuesta le salió redonda el pasado domingo en Colonia. La particularidad del balonmano es que no tiene término medio. El Barcelona se pasea en las competiciones españolas —suma siete títulos seguidos en una Liga en que su última derrota se remonta a mayo de 2013— y da la sensación de fracaso si no reina también en Europa. Sin embargo, el equipo de Xavi Pascual respondió con brillantez en una Champions que se ha potenciado de manera extraordinaria. Alcanzar la Final Four, tras haber ganado la fase de grupos y los cuartos de final, gracias a una remontada ante el Kiel, no colma las expectativas, pero tiene su mérito.

También los equipos portugueses e italianos de hockey desafían cada vez más al Barça, el Liceo y el Reus, que ganó la última Copa de Europa celebrada en Lleida. Ausente los dos últimos años, el Barça ha recuperado también su presencia europea el año que viene en el fútbol sala después de clasificarse para la final de la Liga. “El fútbol sala sirve de referencia para visualizar el margen de actuación que tenemos los clubes como el Barça”, argumentan desde el Camp Nou. “Insistimos y negociamos hasta conseguir que fueran dos los representantes españoles en la Copa de Europa”.

Ahora habrá que medir las opciones azulgrana en un torneo complicado por los muchos aspirantes al trono, como sucede igualmente en el baloncesto, la sección que pasa por el peor momento en el Barça. Los azulgrana han perdido rueda respecto a los clubes españoles, de Turquía, Rusia y Grecia. Su único título en las tres últimas temporadas es la Supercopa de España, en 2015, y su balance en la que ha concluido ha sido calamitoso: 11º en la Euroliga, eliminado en los cuartos de final en la Liga y en las semifinales de la Copa. Y aun peor, el equipo ha dado mala imagen, la afluencia al Palau ha disminuido de manera importante, la plantilla fue multada por el club por bajo rendimiento y da la sensación de que el Real Madrid va dos pasos por delante en resultados y gestión.

“Nos perjudica seriamente la fiscalidad que existe en varios países europeos porque en nuestro país pagamos un 48% en impuestos. Los agravios comparativos son serios incluso en nuestro propio país si tenemos en cuenta a los equipos vascos”, subrayan en el Barcelona, conscientes además de que el baloncesto es un deporte en el que la capacidad de maniobra es cada vez menor por la voracidad de la NBA, que el pasado verano, por ejemplo, se llevó a Satoransky y Abrines.

El club azulgrana no se plantea en cualquier caso reducir su apuesta por las secciones profesionales, especialmente potenciadas desde la llegada a la presidencia de Josep Lluís Núñez en 1978, y al tiempo se propone profesionalizar las secciones femeninas de los deportes no profesionales, cuya función es sobre todo social, tarea importante en el FC Barcelona.

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